Friday, December 27, 2013

MATEO 6:18 TESOROS EN EL CIELO


MATEO 6:18

TESOROS EN EL CIELO


 "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla, ni el la herrumbre corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón."
     Este pasaje es el corazón mismo del sermón del monte. En este mismo capítulo, hemos considerado la importancia de dar limosnas en secreto; de orar en secreto; de ayunar en secreto.  Este pasaje nos da la razón por eso.  Los que hacen sus obras de justicia en público, de una manera ostentosa, lo están haciendo por lo que se pueda conseguir en la tierra.  Jesús nos exhorta a estar consciente de lo que se consigue en el cielo con la verdadera justicia sincera.  También hablará en el pasaje siguiente de nuestros valores materiales.  Es que sea de una manera material, sea de una manera emocional, hemos de elegir entre lo que podemos conseguir en la tierra, o lo que Dios nos quiere dar. En otras palabras, para Él la cuestión no es una de ser materialista o no, sino el ser terrenal o celestial.

I    NUESTROS "JUGUETES" MATERIALES ENGAÑAN
1                            Un niño recibe el juguete que siempre había que­rido.  Se rompe en seguida por ser mal fabricado.
2                            Seguro que el regalo preferido de nuestro Daniel, una Navidad, cuando era pequeño, fue un tele-sketch. Pocos días pasado Navidad lo dejó encima de la estufa, y se fundió.
3                     Mediante una herencia bastante importante, me compré un coche por ($3000), que se rompió dentro de una semana: lo vendí por el precio de servicio de la grúa; y un procesador de textos, algo más caro que un orde­nador: alrededor de $4000 (en 1984-5).  Quería lo mejor.  Lo traje a Palma, y dentro de un año ya no funcionaba, con ninguna manera de arreglarla.
4                            Son cosas, y nada más.  Si ponemos nuestro gozo en esas cosas, nos engaña­mos.  Nos roban, se rompen,  se deterioran.  Dinero que parece como si durara por mucho tiempo y para muchas cosas, se esfuma rápida­mente.  Como el dinero que muchos tenían inver­tido antes de la gran crisis: Se esfumó en no sé qué, y dentro de vein­ticuatro horas, multimillonarios se habían convertido en hombres muy pobres, sin casa, sin nada.  Muchos de aquellos se suicidaron, porque su tesoro había desva­necido.  Pobre de ti si tus tesoros son de este mundo.
5                            Tus tesoros pueden también ser amistades, pueden ser una buena reputa­ción, el respeto de los demás; todo esto se esfuma fácil­mente.  Es engañoso.  ¿Por qué no poner tu tesoro en un sitio que no engaña?
6                            Tu salvación es tu posesión más preciosa.  Todo el dinero en el mundo no puede comprar el gozo que Cristo ha puesto en tu vida.  ¡ALELUYA!
7                            "Buscad primero el reino de Dios y Su justicia, y todas esas cosas os serán añadidas." (Mt. 6:33)

II  LAS COSAS DE LA TIERRA TIENEN UN "BRILLO OSCURO"
1                            ¿Qué significa: "si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieb­las?"?
2                            Ejemplo: Una "luz" que en realidad son tinieblas. ¿Cuán­tos han visto luciérnagas?  Son pequeños bichos vo­lantes que producen lucecitas en la noche. Las sustan­cias que dan luz a esas luciérnagas son muy en demanda.  Contienen dos productos químicos muy raros, que se llaman: luciferase y luciferin. Las dos palabras de­rivan de Lucifer, el nombre del diablo!  Aquellos dos compo­nentes valen casi cinco veces más que su peso igual en oro.  Pero la luz que producen, cuando se comparan al brillo del sol, bien podría llamarse oscuridad.
3                            Muchas personas ponen dinero, o ciertos placeres en primer lugar en su lista de prioridades, porque promete dar brillo a sus vidas.  Pero no se fijan  en las limitaciones de aquello.  El dinero, por ejemplo, puede aflojar la tensión económica, pero no puede curar un corazón partido.  Puede conseguir un placer efímero, pero no una paz duradera.  Es demasiado débil como luz para satisfacer nuestros anhelos espirituales.  El vivir única­mente para ganancia terrenal es ser llenado por la "luz de Lúcifer" -  lo que no es nada más que oscuridad en verdad.
4                            Vivamos, pues, para Cristo.  Él es la luz que ilumina el alma con el gozo de la salvación eterna.

III          EL PODER MIRAR ADELANTE NOS DA GOZO
1                            Un poeta inglés escribe: "Los ángeles, de su hogar en lo alto, miran con ojo lastimoso, viendo que donde no somos más que visitas pasajeras, nos con­struimos nidos tan fuertes; mientras donde esperamos vivir para siempre, apenas ponemos una sola piedra."
2                            Se cuenta la historia de una joven cristiana que visita al antiguo amigo de su padre. El anciano había buscado las riquezas y la fama del mundo, y con éxito.  Él pregun­taba a la joven sobre su padre, de quien se sabía que tenía algunas dificultades econó­micas.  Escuchó atenta­mente sobre la paciencia de su antiguo amigo, y la alegría con que anticipaba sea la muerte o la vida. Algo turbado en su conciencia  por el contraste en sus vidas, exclamó: "Segura­mente te preguntas por qué yo no puedo estar tan contento y alegre como tu padre, pero piensa en la diferen­cia: Él se marcha hacia su tesoro, y yo - ¡yo tengo que marcharme dejando el mío!
3                         Si tu tesoro es en Dios, en el cielo, pues tienes toda razón para estar alegre.  Tus circunstancias temporales no te afectan, porque anticipas algo estupendo por de­lante.  Tienes esperanza.  Y más vale poco con espe­ranza, que mucho sin esperanza.   

IV   MIRAR AL BUEN SITIO NOS PROPORCIONA LA RECOMPENSA MÁS VALIOSA
1                            "Entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios."  1 Co. 4:5
2                            ¿No has visto a niños resplandecer cuando se les ha elogiado por algo que han hecho? A veces aun más que si recibie­ran una recompensa material. Un escritor describe como cuando sacó a algunos niños de una casa que se había encendido, la madre le había agradecido con tanta emoción.  Ella y su marido eran propietarios de un pequeño restau­rante, y le habían ofrecido comidas gratis, pero le dijo que sus palabras de agradecimiento bastaban por recompensa.  A veces cuando ayudamos a alguien con consuelo, o consejo, y la persona dice: "gracias, me has ayuda­do", aquello es bas­tante recompensa.  Aunque siempre nos deja un poco avergonzado porque sabemos que hubiéramos podido hacer mejor, o más.
3                            A lo mejor nos sentiremos algo turbado al oír al Señor decir:  "Bien hecho, buen siervo y fiel", por tener la misma sensación de recibir mucho más de lo que merece­mos.  Nos daremos cuenta que solo somos pecadores salvos por la gracia.  Pero las palabras de elogio del Señor nos conmoverán. Serán la mejor de todas las recompensas.  El hecho de pensar en esto puede retarnos a vivir una vida con más dedica­ción y servicio.

¿Qué es lo que has elegido en tu vida? A qué das más impor­tancia?  ¿Lo que puedes conseguir ahora por tus propios esfuerzos, o lo que Dios te quiere dar?

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