MATEO 6:18
TESOROS EN
EL CIELO
"No os
hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre corrompen, y donde
ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla,
ni el la herrumbre corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí
estará también vuestro corazón."
Este
pasaje es el corazón mismo del sermón del monte. En este mismo capítulo, hemos
considerado la importancia de dar limosnas en
secreto; de orar en secreto; de ayunar en secreto. Este pasaje nos da la razón por eso. Los que hacen sus obras de justicia en
público, de una manera ostentosa, lo están haciendo por lo que se pueda
conseguir en la tierra. Jesús nos
exhorta a estar consciente de lo que se consigue en el cielo con la verdadera
justicia sincera. También hablará en el
pasaje siguiente de nuestros valores materiales. Es que sea de una manera material, sea de una
manera emocional, hemos de elegir entre lo que podemos conseguir en la tierra,
o lo que Dios nos quiere dar. En otras palabras, para Él la cuestión no es una
de ser materialista o no, sino el ser terrenal o celestial.
I NUESTROS
"JUGUETES" MATERIALES ENGAÑAN
1
Un niño recibe el juguete que siempre había querido.
Se rompe en seguida por ser mal fabricado.
2
Seguro que el
regalo preferido de nuestro Daniel, una Navidad, cuando era pequeño, fue un tele-sketch.
Pocos días pasado Navidad lo dejó encima de la estufa, y se fundió.
3 Mediante una
herencia bastante importante, me compré un coche por ($3000),
que se rompió dentro de una semana: lo vendí por el precio de servicio de la
grúa; y un procesador de textos, algo más caro que un ordenador: alrededor de $4000 (en 1984-5). Quería lo mejor. Lo traje a Palma, y dentro de un año ya no
funcionaba, con ninguna manera de arreglarla.
4
Son cosas, y
nada más. Si ponemos nuestro gozo en
esas cosas, nos engañamos. Nos roban,
se rompen, se deterioran. Dinero que parece como si durara por mucho
tiempo y para muchas cosas, se esfuma rápidamente. Como el dinero que muchos tenían invertido
antes de la gran crisis: Se esfumó en no sé qué, y dentro de veinticuatro
horas, multimillonarios se habían convertido en hombres muy pobres, sin casa,
sin nada. Muchos de aquellos se
suicidaron, porque su tesoro había desvanecido. Pobre de ti si tus tesoros son de este mundo.
5
Tus tesoros
pueden también ser amistades, pueden ser una buena reputación, el respeto de
los demás; todo esto se esfuma fácilmente.
Es engañoso. ¿Por qué no poner tu tesoro en un sitio que
no engaña?
6
Tu salvación
es tu posesión más preciosa. Todo el
dinero en el mundo no puede comprar el gozo que Cristo ha puesto en tu
vida. ¡ALELUYA!
7
"Buscad
primero el reino de Dios y Su justicia, y todas esas cosas os serán
añadidas." (Mt. 6:33)
II LAS COSAS
DE LA TIERRA TIENEN UN "BRILLO OSCURO"
1
¿Qué significa:
"si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?"?
2
Ejemplo: Una
"luz" que en realidad son tinieblas. ¿Cuántos han
visto luciérnagas? Son pequeños bichos
volantes que producen lucecitas en la noche. Las sustancias que dan luz a
esas luciérnagas son muy en demanda.
Contienen dos productos químicos muy raros, que se llaman: luciferase
y luciferin. Las dos palabras derivan de Lucifer, el nombre del
diablo! Aquellos dos componentes valen
casi cinco veces más que su peso igual en oro.
Pero la luz que producen, cuando se comparan al brillo del sol, bien
podría llamarse oscuridad.
3
Muchas
personas ponen dinero, o ciertos placeres en primer lugar en su lista de prioridades,
porque promete dar brillo a sus vidas.
Pero no se fijan en las
limitaciones de aquello. El dinero, por
ejemplo, puede aflojar la tensión económica, pero no puede curar un corazón
partido. Puede conseguir un placer
efímero, pero no una paz duradera. Es
demasiado débil como luz para satisfacer nuestros anhelos espirituales. El vivir únicamente para ganancia terrenal
es ser llenado por la "luz de Lúcifer" - lo que no es nada más que oscuridad en
verdad.
4
Vivamos,
pues, para Cristo. Él es la luz que
ilumina el alma con el gozo de la salvación eterna.
III EL PODER
MIRAR ADELANTE NOS DA GOZO
1
Un poeta
inglés escribe: "Los ángeles, de su hogar en lo alto, miran con ojo
lastimoso, viendo que donde no somos más que visitas pasajeras, nos construimos
nidos tan fuertes; mientras donde esperamos vivir para siempre, apenas ponemos
una sola piedra."
2
Se cuenta la
historia de una joven cristiana que visita al antiguo amigo de su padre. El
anciano había buscado las riquezas y la fama del mundo, y con éxito. Él preguntaba a la joven sobre su padre, de
quien se sabía que tenía algunas dificultades económicas. Escuchó atentamente sobre la paciencia de su
antiguo amigo, y la alegría con que anticipaba sea la muerte o la vida. Algo
turbado en su conciencia por el
contraste en sus vidas, exclamó: "Seguramente te preguntas por qué yo no
puedo estar tan contento y alegre como tu padre, pero piensa en la diferencia:
Él se marcha hacia su tesoro, y yo - ¡yo tengo que
marcharme dejando el mío!
3 Si tu tesoro
es en Dios, en el cielo, pues tienes toda razón para estar alegre. Tus circunstancias temporales no te afectan,
porque anticipas algo estupendo por delante.
Tienes esperanza. Y más vale poco
con esperanza, que mucho sin esperanza.
IV MIRAR AL
BUEN SITIO NOS PROPORCIONA LA
RECOMPENSA MÁS VALIOSA
1
"Entonces
cada uno recibirá su alabanza de Dios."
1 Co. 4:5
2
¿No has visto a
niños resplandecer cuando se les ha elogiado por algo que han hecho? A veces
aun más que si recibieran una recompensa material. Un escritor describe como
cuando sacó a algunos niños de una casa que se había encendido, la madre le había
agradecido con tanta emoción. Ella y su
marido eran propietarios de un pequeño restaurante, y le habían ofrecido
comidas gratis, pero le dijo que sus palabras de agradecimiento bastaban por
recompensa. A veces cuando ayudamos a
alguien con consuelo, o consejo, y la persona dice: "gracias, me has ayudado",
aquello es bastante recompensa. Aunque
siempre nos deja un poco avergonzado porque sabemos que hubiéramos podido hacer
mejor, o más.
3
A lo mejor
nos sentiremos algo turbado al oír al Señor decir: "Bien hecho, buen siervo y fiel",
por tener la misma sensación de recibir mucho más de lo que merecemos. Nos daremos cuenta que solo somos pecadores
salvos por la gracia. Pero las palabras
de elogio del Señor nos conmoverán. Serán la mejor de todas las
recompensas. El hecho de pensar en esto
puede retarnos a vivir una vida con más dedicación y servicio.
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