Saturday, November 22, 2014

Apocalipsis 20:11-15 El Juicio Final


Apocalipsis 20:11-15
El Juicio Final


Si bien la primera parte de este capítulo de Apocalipsis es el texto más controvertido del libro, estos últimos versículos del capítulo son seguramente entre los menos populares. Porque habla del juicio, y termina con el lago de fuego.

Recordemos que, como en gran parte del libro, vemos las palabras “Y vi …” dos veces.  No dice “Y será…” sino “Y vi…”.   Juan está describiendo la visión que vio, y luego nos queda interpretarla a la luz del resto de las Escrituras.

¿Qué es lo que Juan vio?  Dos cosas:

1.      El gran trono blanco y al que estaba sentado en él
2.      Los muertos, grandes y pequeños de pie ante Dios.

Se trata aquí del juicio. Hay varios libros, y un libro especial, que es el libro de la vida.  El juicio está basado en lo que está escrito en los libros, pero los condenados son aquellos que no se hallan inscritos el el libro.  Juzgados según sus obras, condenados eternamente según su inscripción o no en el libro.
También vemos que no hay excepción al juicio. Que sean personas ahogadas en el mar, o enterrados en el cementerio, no hace ninguna diferencia.

La lección que aprendemos en este texto es que todos, sin excepción, tendrán que rendir cuentas ante el trono de Dios.

Cada persona tendrá que rendir cuentas en el trono de Dios en el sentido en que lo vemos en Apocalipsis 20:11-15

I.      Cada uno rendirá cuentas por sus obras v.12
1.                  Creyentes y no creyentes, las obras de cada uno serán examinados “porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” (1 Corintios 5:10)
2.                  Algunos dirán que este juicio es a un momento distinto, y hasta que haya mil años, o mil siete años, o mil tres años y medio, entre este y el juicio del gran trono blanco. Sin embargo, ni el texto de Corintios, ni este texto en Apocalipsis pretende decirnos ni cuándo ni en qué orden estos juicios suceden (si hay más de un juicio). Por eso, me parece que no hay que crear diferencias artificiales.
3.                  Si no conoce a Dios, sepa que Dios sabe todo en lo que le concierne a usted. Y él conoce sus obras. Dice la Palabra de Dios en más de un lugar que rendirá cuentas por sus obras. Si conoce a Dios, por medio de Cristo, también sus obras serán examinados.
4.                  Este juicio no es un juicio para condenación eterna. Porque Romanos 5:1 nos afirma: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”. Si bien las obras de los creyentes serán juzgados, eso no significa que el creyente esté en peligro de condenación.
5.                  Por otro lado, sabiendo que nuestras obras, buenas y malas, serán examinados ante el trono de Jesús al final, ¿no quisiera que estas obras sean las que glorifican a Cristo? ¡No quisiéramos quedar mal parados en aquel momento!

II.    Cada uno rendirá cuentas por haber recibido a Cristo o no
1.                  Esto es un juicio infinitamente más serio. Nadie será eternamente condenado por una obra que cometió, sino por el hecho de haber rechazado a Cristo.
2.                  Son los cuyos nombres no están escritos en el libro de vida que serán echados al lao de fuego.
3.                  ¿Quiénes son los que están escritos allí? Aquellos que siguen a Jesús. “Mas no os regocijéis en esto de que los espíritus se os sujetan; antes regocijaos de que vuestros nombres están escritos en el cielo.” (Lucas 10:20)
4.                  En Apocalipsis 17:8 menciona que hay nombres “escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida” ‘ el resto son los seguidores de “la bestia”, que le admiran.
5.                  Sólo hay una elección básica que el hombre de hoy puede hacer: poner su fe en Cristo, o rechazarlo. No hay medio término. El día vendrá en que haya que rendir cuentas de esa decisión, y no habrá oportunidad para cambiar la decisión.

III.   La consecuencia de haber rechazado a Cristo es el ser echado en el lago de fuego.
1.                  ¿Qué es ese lago de fuego? ¿Es algo literal?
2.                  Recordemos que esto es una visión. Si queremos algo literal, tendremos que mirar en otras partes de la Biblia, por ejemplo en las mismas palabras de Jesús.
3.                  En Mateo 5, y en Mateo 10:28, como en varios otros textos, Jesús hace mención de Gehena, como siendo el destino de los condenados. La Gehena era el lugar donde se quemaba la basura cerca de Jerusalén.  En algunos de sus parábolas, Jesús habla de las tinieblas de fuera, donde habrá “llanto y crujir de dientes” según Lucas 13:28.  Esta última expresión parece ser definitivamente en un contexto literal. Lo que es muy claro por el Nuevo Testamento es que aquellos que insisten durante todas sus vidas a rechazar a Jesús, pues ellos serán definitivamente rechazados al final. Y lo lamentarán amargamente.


La cuestión que nos queda por hacer, pues, no es: “¿Es justo ese juicio?” ya que es Dios de justicia que lo hace. Tampoco es: “¿Cómo evitar la condenación?” ya que el Nuevo Testamento nos pone la solución de manera muy clara. La cuestión ahora es, ¿Qué le pasará a usted? ¿Acabará lamentándose por haber rechazado al único Salvador o Señor, Jesucristo? No ponga esta decisión para más tarde. El hecho de no decidirse es decidir en contra. Y entonces la decisión será en su contra también.

Thursday, November 20, 2014

Apocalipsis 20:1-10 El Diablo Bajo Control


Apocalipsis 20:1-10
El Diablo Bajo Control

Este pasaje en las Escrituras es probablemente el pasaje que ha sido el tema de más desacuerdo entre creyentes comprometidos con la fidelidad de las Escrituras.
Hay dos maneras principales en que este texto ha sido entendido.

  1. La manera “milenarista” – que en el futuro, habrá un tiempo en que el diablo será encadenado, en el sentido de completamente incapacitado durante mil años, que habrá mil años de paz en la tierra, y que creyentes resucitados volverán a la tierra durante estos mil años para reinar sobre las naciones con Cristo. Dentro de esta interpretación, hay variaciones, particularmente en lo que concierne el lugar de Israel.
  2. La manera “amilenarista” – que este texto se refiere a “miles de años” (como se puede traducir igualmente), que el diablo estaría “liado” o “limitado” en sus posibilidades, que eso se refiere a lo que dijo Jesús en Mateo capítulo 12, significando que el hombre fuerte ya está limitado.  Que este período habría empezado con el tiempo en que vino Jesús, y sigue hasta el final del mundo.  Que los que han muerto por su testimonio “siguen viviendo y reinando” (en el cielo) – lo que también es una traducción legítima del verbo en el versículo 4.
Sea lo que sea la interpretación correcta, hay ciertas lecciones que todas podemos sacar de este pasaje.  La lección de la soberanía de Jesucristo sobre la historia del mundo, y sobre el mismo Satanás. Que éste nunca puede hacer más de lo que Dios le permite hacer (como lo vemos en el primer capítulo de Job).

Cada cristiano puede confiar en la soberanía de Dios por las razones que encontramos en Apocalipsis 20:1-10

  1. Dios tiene el control completo sobre Satanás
    1. Dios está capaz de atarlo, arrojarlo, y encerrarlo
    2. Satanás no puede probar a alguien sin el permiso de Dios
                                                              i.      En el caso de Job – Job 1
                                                            ii.      En el caso de Pedro – Lucas 22:31
                                                          iii.      En el caso de usted – 21 Corintios 10:13

  1. Dios tiene el control completo sobre las naciones
    1. Es Dios que permite a Satanás a que reúna las naciones
    2. Las naciones serán destruidas cuando Dios lo decide
  1. Dios sigue aguantando a los suyos en la mano
    1. Siguen viviendo (Jesús dijo que “no morirán”)
    2. Siguen reinando
    3. Viven con Cristo
                                                              i.      Vivimos ahora
                                                            ii.      Viviremos entonces
                                                          iii.      Para nosotros, vivir es Cristo.
    1. Reinan con Cristo
                                                              i.      Reinamos ahora
                                                            ii.      Reinaremos entonces.

Por tanto, como cristianos, no tenemos que estar temblando delante de Satanás, ni delante de sus agentes. No hay que temer los demonios, las fantasmas, o lo que sea.  Satanás no nos puede hacer más daño que lo que Dios le permite hacer. A menos que nosotros queramos escuchar sus tentaciones y hacernos daño a nosotros mismos a través del pecado. Satanás, cuando su tiempo determinado por Dios haya sido completo, será arrojado en el lago de fuego. Tampoco significa que debemos despreciarlo o hacer chistes en cuanto a él. Porque Satanás es un ser poderoso, creado por Dios, y Cristo pagó un precio extremo para destruir sus obras. Despreciarlo, o burlarse de él, sería despreciar el sacrificio de Cristo.

Como cristianos, tampoco necesitamos temblar delante de lo que pasa con las naciones. Que el poder esté en manos del occidente, del oriente, del sur – que haya guerras internacionales o guerras civiles, podemos saber que nuestro Salvador y Señor está totalmente en control.

Friday, November 14, 2014

El Jinete del Caballo Blanco Apocalipsis 19:11-21


Apocalipsis 19:11-21
El Jinete del Caballo Blanco

Esta segunda parte del capítulo 19 nos da una imagen de la última batalla entre el bien y el mal, entre el Señor Jesús y las fuerzas de la Bestia.  Algunos ven esto como relatando lo mismo que Apocalipsis 20:7-10, mientras otros los ven como siendo dos episodios totalmente diferentes, separados por unos mil años.  Evitando de entrar en esa polémica, vamos a mirar lo que podemos aprender en este capítulo sobre el Señor Jesús.

Vemos la descripción del Señor:

Montado en un caballo blanco = tenemos la idea de un conquistador virtuoso.

Fiel y Verdadero = Descripción de su carácter.  Podemos siempre contar con él, y nunca nos engaña. Lo que él dice es absolutamente verdadero.

Con justicia juzga = Él es el juez. No nos toca a nosotros juzgar. Él conoce perfectamente los corazones, las motivaciones, los propósitos de los hombres. Por eso, si vemos cosas que nos parecen injustos en el mundo, podemos creer que los hombres sí son injustos, pero que el Señor hace parecer Su justicia en todo. No hemos de temer por eso.

Sus ojos como llama de fuego = Él lo ve todo. De él, nada ni nadie se esconde. No lo podemos engañar en ninguna manera.

En su cabeza muchos diademas = Él es el Rey legítimo, no sólo de un país, sino de muchos, es decir, todos. Todos, sin excepción le deben lealtad y obediencia, y acabarán respondiendo por su falta de lo mismo.

Un nombre escrito que ninguno conocía = Siempre hay algún aspecto de misterio. Lo podemos conocer, pero no lo conocemos del todo.

Ropa teñido de sangre = Nunca debemos olvidar que él ha pagado el precio supremo. No ha  sido protegido en una torre de marfil. Ha sufrido horriblemente, tanto físicamente como espiritualmente.
Su nombre: El Verbo de Dios = Eso es lo que podemos conocer de él, y es suficiente para nosotros del momento. Es la misma expresión de Dios.

Una espada aguda para herir las naciones = Si bien su Palabra salva, también condena. El tiempo de Su paciencia está terminando. No hay que sorprenderse de que las naciones estén sufriendo guerras, hambre, y pestilencias. Porque las naciones se elevan contra Dios, y no pueden esperar que Dios esté de su parte!
Las regirá con vara de hierro = Nos refiere al Salmo 2:9.  ¿Se referiría a un futuro reino terrenal? ¿O se referiría al tiempo actual, demostrando su soberanía sobre las naciones?  Una cosa de la cual podemos estar seguro: “Nuestro Dios está en el cielo y él hace todo lo que quiere” (Salmo 115:3) Por eso se habla del “lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todpoderoso”. La gracia y la misericordia de Dios no significan nada si no hay cuestión de ira contra el pecado.

El centro, pues, del mensaje de este texto se encuentra en el versículo 16: “REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”.  Es un texto que subraya la soberanía absoluto de Jesucristo. Lo que es, al fondo, el tema del libro de Apocalipsis.

El resto del texto, de los versículos 17-21, nos habla de la destrucción de los ejércitos de la bestia, y del castigo final de la bestia y el falso profeta con los que les siguieron.

Las lecciones que sacamos de este texto:

1.                  Que Jesús es Dios y Rey soberano
2.                  Que Jesús reina sobre las naciones, que lo realicen o no

3.                  Que los enemigos de Jesús acabarán siendo destruidos, en el castigo eterno.

Tuesday, November 11, 2014




Apocalipsis 19:1-10
Alegría en Medio de la Destrucción

“¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos…

Cuando hay grandes desastres en el mundo, a veces hasta los creyentes tenemos una tendencia, no solamente a lamentarnos, sino a temer lo peor. Sentimos desamparados, como si todo estuviera fuera de control.  Ahora bien, es propio de los creyentes a sentir lástima para aquellos que sufren las consecuencias de los desastres, y que hagamos lo que podamos para aliviar las aflicciones de las víctimas. Porque estamos llamados a amar, y mientras haya vida en alguien, hay algo que amar. También podemos y debemos hacer lo que podemos, como seres humanos, para evitar estos desastres en el mundo, además de disminuir, si fuera posible, las consecuencias.  Aun si este mundo está llamado a desaparecer, no es razón para la cual no debemos ser cuidadores responsables del mundo. Aun si el mundo está llamado a sufrir guerras, eso no quita la responsabilidad de los creyentes a ser pacificadores.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, los ciudadanos de los países aliados, al menos aquellos que tenían corazón, sintieron gran pena por el sufrimiento del pueblo alemán, y por las víctimas japoneses de la bomba atómica en Hiroshima y en Nagasaki. Pero al mismo tiempo que sintieron esta lástima y esta tristeza ante aquellos horrores, también sintieron alegría por el fin de la guerra, y por el hecho que países esclavizados fueron liberados.
Sin embargo, el otro sentimiento, el de sentirse desamparado, o en temor de lo que pueda seguir, no es algo que debe afectar a un creyente. Porque somos hijos e hijas de Dios. Podemos confiar en Aquel que es soberano, que está perfectamente en control en medio de los desastres, aun aquellos desastres que son causados directamente por los hombres.

Los creyentes pueden alegrarse en medio de los peores desastres en el mundo porque:

I.       Saben que el Señor está en su trono, ejerciendo su justicia
1.                  Si sabemos que el Dios Creador está en control de la situación, entonces esto debería quitar el sentimiento de pánico.
2.                  Podemos estar tranquilos, sabiendo que lo que sucedió es justo.

II.    Saben que los planes del Señor se están cumpliendo
1.                  Si estamos del parte de Dios, nos debería alegrar que él esté llevando a cabo sus planes.
2.                  Si sabemos que él está cumpliendo sus planes, ¿por qué temeríamos para el futuro?

III. Están en seguridad
1.                  No estamos en seguridad de sufrir dificultades económicas o físicas.
2.                  No estamos en seguridad de sufrir la muerte.
3.                  ¡Pero estamos en seguridad para la eternidad! Si somos hijos o hijas del Señor, entonces no necesitamos temer para el futuro porque él nos ha redimido, y sabemos que estaremos con él para la eternidad.

IV. Están preparados para la gran boda del Señor
1.                  Además, con cada uno de estos desastres, sabemos que el gran día de la boda del Señor se está acercando. Y sabemos que cuando esto sucede, la novia (la Iglesia) estará preparada. Además, formaremos parte de esto. A la vez como miembros de la novia y como amigos del esposo (Jn 3:29).
2.                  Miremos arriba, y guardemos nuestros ojos fijos en lo que nos espera, y así, aun en medio de las tragedias, tendremos alegría. 


Así, pues, aun cuando de un lado estemos llorando por lo que padece el mundo destruido, al mismo tiempo podemos sentir alegría – no una alegría egoísta por el hecho que estos padecimientos no sean nuestras, porque sí formamos parte física de este mundo – sino una alegría porque los planes del señor se están llevando a cabo a pesar de todo lo que el hombre y Satanás hayan hecho para frustrarlos. Podemos alegrarnos porque el Salvador que sufrió tanto para redimir a los hombres está viendo el fruto de sus labores. Podemos alegrarnos porque él ha dado el privilegio de formar parte de esta victoria.