MATEO 6:1 ¿CUÁL ES EL
MÓVIL?
"Guardaos de hacer vuestra justicia delante
de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa
de vuestro Padre que está en los cielos." (Mateo 6:1) En el corazón de todo ser humano hay muy a
menudo una confusión de móviles. Jesús
quiso que en nuestro servicio para Dios, tengamos el móvil muy claro. Por eso, nos advierte contra tres
peligros: Una generosidad interesada (v.2-4)
Una piedad superficial (v.5-15)
Un sacrificio ostentoso
(v.16-18). La única manera en que podemos protegernos de estos peligros
es el secreto.
I.
Hay que
evitar de tener una generosidad interesada
(Mateo 6:2-4)
1. Matthew Henry: "Es verdad que nuestras
limosnas no nos merecen el Cielo, pero no llegaremos al cielo sin ellos."
2. Defn.
"Hipócrita": un actor,
pretendiendo ser lo que no es, o disimulando lo que es en verdad.
3. Los esfuerzos del hipócrita para que todos noten
su generosidad. Sólo vale la pena ser
generoso si alguien lo ve.
4. Recompensa: No es aquella recompensa que Dios
promete a los que hacen el bien, sino la recompensa que se prometen a sí mismos...
(no tendrán más! Recompensa presente, y nada en el
futuro.
5. Dios no tiene ninguna obligación hacia
aquellos. No hicieron nada para Su
gloria, por tanto no pueden esperar premio de Él.
6. No hemos de dejar que los demás sepan lo que hemos
hecho, ni tampoco "la mano izquierda" observándonos demasiado a nosotros
mismos.
7. Arriesgamos caer en la trampa de la presunción,
y de la satisfacción de sí mismo, adorando a nuestra propia sombra.
8. Cuanto menos nos fijamos en nuestras buenas
acciones, cuanto más Dios se fija en ellas.
9. La
Recompensa : Nos lo dará como Padre, y no como Jefe. El Jefe da al siervo lo que vale su trabajo,
y nada más. El Padre da mucho más de lo
merecido a su hijo.
10. ¿Para qué, y para quién, haces tus limosnas?
II.
Hay que
evitar una piedad superficial
1. "y orando", o "cuando
oréis" (y no "si
oréis"! Se da por sentado que un
discípulo orará. (No hay mérito en ello!
2. Dos defectos mayores en la oración: vanagloria, y vanas repeticiones.
a. Vanagloria:
i.
Su propósito:
elogio por parte de los vecinos.
Þ sitios: sinagoga para oración pública, pero no es el sitio para oración
privada. Tampoco es la
"calle" (la calle ancha, o principal).
Nota: Los judíos tenían largas "oraciones"
que estaban obligados de rezar a ciertas horas canónicas. Los fariseos se las
arreglaban generalmente para estar en medio de algún sitio público a la hora
canónica para que se les vean en su apariencia de piedad.
Þ postura: "en pie" - nada mal con la postura, pero implica la visibilidad.
Þ orgullo: "aman el orar..."
no aman el orar en sí mismo, sino aman el orar por la buena reputación
que les da el orar en público.
Þ el producto: Ya tienen su recompensa. No se
puede esperar nada más por parte de Dios.
ii. Lo que Jesús quería:
Þ en tu aposento. (Isaac en el campo, Jesús en la
montaña, Pedro en el techo: un sitio privado.)
- Si es imposible esconderse, no hay que descuidar la oración por
ello. (ejemplo: a las comidas)
Þ orará a Dios y no para los hombres.
Þ el producto:
tu Padre ve y te
recompensará.
b. Vanas Repeticiones
i.
No es que se
condena toda repetición, sino la vana.
Jesús se repitió (Mateo 26:44) pero eso venía de un fervor
extraordinario.
ii. Hay gente a quienes les gusta oírse hablar.
iii. Es pagano. Creían necesaria la multiplicación de
palabras para que Dios les oyera.
iv. La iglesia Romana ha llevado esto a tal punto que
abusan de la misma oración que el Señor nos dio como antídoto a eso: lo abusan
en ese mismo propósito supersticioso: (cuantas más
veces la repitas, más mérito te valdrá!
v. Dios sabe.
No es razón para no orar. Dios
quiere que reconozcamos nuestra necesidad de Él. Los niños no hacen largos discursos a sus
padres cuando necesitan algo. ¿Cómo reaccionamos cuando en medio de la noche
oímos la voz aterrorizada de nuestro niño gritando: "(Papá, Mamá!"?
No hace falta un discurso para que vayamos, y tampoco hace falta que
rezan algo de memoria.
c. Así, tenemos que examinar nuestras expresiones con
Dios, y evitar toda superficialidad. ¿Por qué oramos?
¿Para qué oramos? ¿De cuál manera
oramos?
III. Hay que evitar un sacrificio ostentoso v.16-18
1. En estos versículos, Jesús habla del ayuno. Es el último tema, porque no es un deber en
sí mismo, sino un medio para disponernos para otros deberes.
2. Los fariseos ayunaban 2 veces por semana. No había nada mal en esto, sino la ostentación.
3. Según Lloyd Jones, eran ayunos de burla, un
espectáculo, siendo la sombra, sin la sustancia.
4. Se ponían con caras tristes, cabellos despeinados,
etc. para demostrar su religiosidad.
5. Cita de G. Campbell Morgan:
"Siempre insistimos en la necesidad de
abnegación. Hacemos bien en insistir en ello. Es el corazón, el centro, de la
vida cristiana. Es el proceso que produce una vida fuerte. El atleta se abniega
en muchas cosas en sí mismos inofensivos, para conseguir una victoria. Ha
de haber abnegación, ha de haber continencia, ha de haber ayuno.
Pero el error está en ayunar para que los demás nos crean muy buenos. Así se
consigue la recompensa, y no hay nada más. Pero si el propósito del ayuno es
encontrar algo más fuerte, algo más verdadero, algo más noble; para crear más sitio
para la venida y la ida y el movimiento del Espíritu - entonces es verdadero
ayuno. Pero, ¿qué serán los
signos exteriores del ayuno? ¿el semblante triste y el rostro desfigurado? Más
bien, la cara lavada y la cabeza ungida. ¿No sería tiempo que nosotros en la Iglesia Cristiana
hablásemos un poco menos de la abnegación y que la viviésemos
más? ... La vida interior siempre debe ser una abnegación, pero hemos de venir
al mundo con una sonrisa y una canción, con la cabeza ungida y la cara
lavada. Esto es la religión verdadera,
Esto es la vida."[1]
6. La idea en esto es que el ayuno puede ser
positivo, pero lo será si respetamos las condiciones: motivos puros, y el
secreto.
Para terminar, quisiera citar lo que decía F.B.
Meyer, que se fijó en las palabras repetidas en los versículos 4, 6, y 18: "tu Padre que ve en lo
secreto":
"Jesús, que insiste en estas palabras, -
aquel que tenía que vivir bajo la vista pública de los hombres todo el tiempo,
anhelaba el lugar secreto de la comunión con su Padre, que le esperaba
allí. Claro, el propósito de estos
versículos era sacar a sus discípulos de la exteriorización excesiva de la
época y que distraía de la sencillez, la franqueza y la simplicidad de la vida
espiritual. Es imposible cumplir
nuestros deberes religiosos delante de la gente, sin que consideremos qué
impresión estaríamos produciendo, y hasta cuál punto estamos realzados a sus
ojos. Y en cuánto busquemos estas
cosas, tanto el torrente está contaminado de lodo y de aluvión y llega a ser
turbia.
"Tenemos tanta vida religiosa como la que
presentamos a Dios en secreto, ni más ni menos. Lo que no ocurre entre tú y Dios sin
ningún otro testigo que Su ojo, no es más que paja que el viento llevará.
"Así se probará nuestras limosnas, oraciones,
y ayunas o abnegación de pecado y de inmoderación. Si hacemos cualquiera de
esas cosas para aumentar la consideración en que los hombres nos tienen, pues
no valen nada a los ojos de Dios. Pero lo que se hace para Él sólo, recibirá
su atención y su recompensa inevitables. Quédese en esta seguridad: ‘te
recompensará’. No hay duda. Por cada petición susurrada en Su oído, por
cada abstinencia de pecado y del yo, habrá una segura recompensa, según la
medida divina. Tales semillas tienen una siega prolífica. Busque, pues, el lugar secreto donde los ojos
fisgones no pueden seguir y donde oídos curiosos no pueden alcanzar a
oír."[2]
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