MATEO 5:6 HAMBRE Y SED
"Bienaventurados los que tienen hambre y sed
de la justicia, porque ellos serán saciados."
Según Martin Lloyd Jones, esta bienaventuranza, en
relación con las bienaventuranzas anteriores:
Pasa del negativo al positivo
Pasa de reconocer su necesidad a querer que sea
arreglado, corregido.
I.
Hay que
elegir bien tu fuente de satisfacción.
1. Hambre y sed de la justicia no es hambre y sed de la felicidad.
2. Quien busca la felicidad "volverá a
tener sed" (Jn. 4:13)
3. Los que buscan la felicidad no pueden conseguir
más satisfacción que aquellos que buscan la droga. Siempre se necesita algo más, y más fuerte.
4. La felicidad duradera sale de la justicia; la justicia no sale de la felicidad.
5. Esta justicia no es propia justicia; no es
la justicia del tribunal; estos no
producen satisfacción; no producen felicidad.
6. Se trata más bien de una justicia personal,
regalado por Dios.
II.
Hay que
buscar la justicia básica.
1. Reconocer que la necesitamos.
2. Querer corregir nuestro estado perdido en el
pecado.
3. Querer restablecer la relación con Dios, que ha
sido rota por razón del pecado.
4. El creyente, que es salvo, ha sido
"saciado" de la justicia en este sentido. Ya está satisfecho. (Ro. 3:26; 5:1; 8:1).
III. Hay que estar hambriento y sediento de una
justicia práctica.
1. Reconocer la necesidad de vivir esta
justicia en la práctica: en una vida conforme a la justicia imputada por
Dios en Jesucristo.
2. Hay que querer vivir esto, de todo corazón.
3. Hay que querer que nuestros deseos cambien.
4. Hay que sentirse desesperado si este
cambio. Cuando el hijo pródigo tuvo hambre
se volvió hacia la comida de los cerdos.
Pero cuando estuvo verdaderamente hambriento, famélico, se
volvió hacia su padre.
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