Monday, December 29, 2014

UNA VICTORIA INICIAL JUECES 1

 UNA VICTORIA INICIAL
JUECES 1





1:1       “Aconteció después de la muerte de Josué
Este texto es muy parecido a Josué 1:1  “Aconteció después de la muerte de Moisés
El texto hace pensar que el mismo autor que empezó el libro de Jueces había empezado también el libro de Josué.  Sin embargo, puede ser simplemente que un nuevo autor imitó a propósito el principio del libro de Josué, para relacionar los dos libros en la mente de los lectores - para hacer un paralelo,  aunque el paralelo sería un contraste.
Hay una diferencia importante entre los dos libros: Josué es un libro que relata algunos fracasos del pueblo de Israel, pero sobre todo sus victorias.  Los fracasos son excepcionales.  Jueces es un libro que relata algunos éxitos del pueblo de Israel, pero sobre todo sus fracasos.  Los éxitos son excepcionales.  Los fracasos son la norma.
En la realidad, el libro de Jueces parece demasiado a muchas vidas cristianas hoy en día: El Señor bendice; el pueblo no corresponde.  Caen en el pecado; el Señor les deja llevar las consecuencias de su pecado; reconocen su situación; se arrepienten; piden el socorro de Dios, y Dios les socorre.  Luego el mismo ciclo vuelve a empezar.
Pero al principio del libro de Jueces, vemos todavía una victoria; vemos cómo el pueblo de Dios consiguió lo que Dios había querido para ellos.  ¿No queremos eso para nosotros también? Veamos cómo se hizo.
En este texto de Jueces 1:1-11, vemos que la victoria en la guerra santa depende de cuatro cosas:

I.       Una dependencia de Dios   v.1
1.      La necesidad de asegurarse de la bendición de Dios “Sin mí nada podéis hacer” (Jesús en Juan 15)
2.      Necesidad de la dirección de Dios.  Si le preguntamos, Él nos responderá en alguna manera.
3.      Hacemos nuestras decisiones demasiada fácilmente sin preguntar a Dios lo que Él quiere.
4.      Nos cuesta hoy en día recordar que dependemos enteramente de Dios. 
a.       El salmista lo reconoció: “Sosténme, y seré salvo, y me regocijaré siempre en tus estatutos.” (Sal. 119:117).
b.      Una antigua historia habla de un fraile que siempre usaba una copa que tenía el pie roto, aunque había otras copas en buena condición.  La razón era porque tenía que aguantarla continuamente durante la comida, para que no cayera, y que eso le recordaba su dependencia de Dios y su propia fragilidad.
c.       Pedro lo reconoció “guardados por el poder de Dios” 1 P. 1:5
5.      Hasta que entendamos nuestra dependencia total de Dios, no podemos emprender ningún proyecto para Dios con éxito.  Porque intentaremos hacerlo con nuestras propias fuerzas y nuestra propia sabiduría, y fracasaremos.
6.      ¿Quieres estudiar? ¿Quieres trabajar? ¿Quieres casarte? ¿Quieres hacer deporte? Somete tus proyectos a Dios, Confía en él, pide su dirección.  Siguiéndole a él, la victoria será tuya.

II.    Una confianza en Dios  v.2-3
1.      Si miramos la lista de libros que se venden en las librerías, veremos la necesidad que la gente parece tener de sentir una confianza: libros sobre cómo afirmarse, sobre la autoestima, etc.  La gente que no tiene confianza se siente infeliz.  Pero es importante tener confianza en algo digno de confianza.…  En Dios.  Un hijo de Dios no tiene por qué depender de sus propios recursos.  ¿En qué podemos tener confianza?
a.       Que nuestros pecados son perdonados 1 Jn 1:9
b.      Que Dios contestará a nuestras oraciones 1 Jn 3:22; 5:14
c.       Dios perfeccionará lo que es incompleto en nosotros Fil 1:6
d.      Dios nos ama; somos importantes para él Sal 139:14-17  Ro. 8:32
2.      Confianza en la promesa de Dios
3.      Una confianza en la persona de Dios.  ¡Es nuestro Padre! Con él, podemos atrevernos a hacer cualquier cosa.  Un grupo de botánicos hizo una excursión en una región difícil de acceso de los Alpes.  Un científico, mirando por sus prismáticos, notó una especie de flores hermosas, y muy raras, al fondo de una barranca muy honda.  Para alcanzarlas, alguien tendría que bajar por una cuerda.  Pidieron a un joven que se dejara bajar por una cuerda.  El joven estaba emocionado por la aventura, pero también le inspiraba respeto.  Dijo que sí, pero que esperasen un poco a que volviera.  Se fue corriendo, y dentro de poco volvió con un hombre mayor.  Dijo: “Estoy dispuesto a ser bajado por una cuerda, pero este hombre tiene que aguantar la cuerda: es mi padre.”
4.      Una confianza que produce entusiasmo en sí mismo.
5.      Una confianza que produce un entusiasmo que se contagia a otros.
6.      Si tú tienes verdadera confianza en lo que el Señor hará en tu servicio para él, tú también te sentirás entusiasmado para servirle, y este entusiasmo se contagiará.

III. Una colaboración con el pueblo de Dios v.3
1.      Vivimos en una era de independencia: cada uno dice, “me las arreglaré sólo.”
2.      Es bueno ser autónomo.
3.      Es necesario mantener buenas relaciones con otros.  La importancia de una comunión con el pueblo de Dios.
a.       Participar en la fe de otros creyentes;
b.      Trabajar junto con creyentes comprometidos en la obra del Señor.
4.      Podrás evangelizar mejor, podrás edificar mejor, podrás enseñar mejor, podrás organizar mejor, si trabajamos juntos.

IV. Una obediencia a Dios  v.8-11
1.      La obediencia: condición absoluta para que la victoria siga.
2.      Desgraciadamente, lo que sigue en este libro nos mostrará que su obediencia fue solamente parcial: iban a dejar cohabitar los jebuseos.
3.      Demasiadas veces, estamos satisfechos de nosotros mismos porque obedecemos en alguna cosa, pero que no vivimos una vida de obediencia total.
4.   La obediencia en parte solamente, es verdaderamente desobediencia.  Como Saulo, rey de Israel.  Obedeció sólo en parte cuando conquistó a los amalecitas.  Como consecuencia, perdió el reino.


¿Quieres una victoria en tu vida como tuvieron los Israelitas en el libro de Josué, y al principio de Jueces?  ¿Quieres una victoria aun mayor que eso, que perdura?  El secreto está en estas cosas:  Depende enteramente de Dios.  Ten confianza en Dios.  No seas independiente: colabora con el pueblo de Dios (no esperes a que estén perfectos).  Y, más que todo, obedece a Dios.

Friday, December 19, 2014

Apocalipsis 22:6-21 Jesús Viene Pronto


Apocalipsis 22:6-21
Jesús Viene Pronto

El hecho que Jesús viene “pronto” nos empuja, o nos debe empujar, a ciertas decisiones.
Nota: “pronto” puede traducirse “súbitamente”.


I.                  Nos empuja a adorar sólo a Cristo y a nadie más v.8-9
1.                  Juan tuvo la tentación de adorar al mensajero en vez de adorar a Cristo
2.                  Tenemos que decidir a quién anticipamos. Muchos ponen más importancia en lo que podría suceder a ciertos países o líderes que la realidad del retorno de Cristo
3.                  Para algunos, hasta el mismo anticristo es más importante que Cristo
4.                  Algunos adulan el último “gran” predicador sobre la profecía en vez de concentrar en Cristo.
5.                  Cuando piensa en el hecho que Cristo vendrá, y que vendrá súbitamente, debe empujarte a decidir a quién adorarás. ¿Quién es más importante para ti?

II.               Nos empuja a limpiar nuestros vestidos v. 14 “Bienaventurados los que lavan sus ropas…
1.                  El retorno de Cristo nos recuerda que no se trata sólo de andar limpiamente para tener una buena relación con él ahora, sino que en anticipación del hecho que él vendrá y lo veremos cara a cara.
2.                  El hijo que está en casa mientras sus padres están viajando en Europa: mantienen la comunicación por Facebook, Skype, y teléfono. Pero si el hijo sabe que sus padres podrían llegar en cualquier momento, se esforzará a mantener la casa tan limpia como puede.
3.                  De la misma manera, en la medida que estemos conciencia de la inminencia del retorno de Cristo, estaremos motivados para mantener nuestras vidas limpias.

III.            Nos empuja a seguir viviendo una justicia v.11 “y el que es justo, practica la justicia todavía
1.                  En otras palabras, si somos entre los “justos”, estamos llamados a vivir conforme a lo que somos.
2.                  En realidad la práctica de la justicia es la evidencia de ser un “justo”.
3.                  Debemos darnos cuenta que somos justificados por la fe, y la fe es la única cosa que nos de el derecho de ser llamado “justos”.

IV.            Nos empuja a decidir v.11 “Que el injusto siga haciendo injusticias, que el impuro siga siendo impuro, que el justo siga practicando la justicia, y que el que es santo siga guardándose santo.”
1.                  Debemos decidir si seremos “justos” o “impuros”. No podemos balancear entre uno y otro.
2.                  Si una persona es un justo, su misma naturaleza hará que haga justicia. Pero si es un impuro, su naturaleza hará que practique impurezas. Pero las personas tienen que decidir de cuál lado serán.
3.                  Y usted, ¿ha decidido ya si es un justo o un impuro? ¿Ha decidido si es un santo o no? Porque Dios le está llamando a tomar una decisión, y como dijo  el profeta Elías, “¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos?” No podían servir a Dios y a Baal. Jesús, muchos siglos más tarde, dijo que no podéis seguir a Dios y a Mamón (el dinero).  Con todo lo que la Palabra de Dios nos enseña sobre nuestra elección antes de la fundación del mundo, nada quita el hecho que cada persona se halla ante una decisión.
4.                  Sería importante que tomen la buena decisión.

V.               Nos empuja a desear su venida v.17 “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven.”
1.                  Finalmente, el que ha tomado la decisión de ser un “justo”, un “santo”, tiene una naturaleza que ama tanto a Jesús, que desea, anhela, su venida.
2.                  Habiendo conocido a Jesús en Espíritu, tiene un sentimiento de emoción al pensar en verlo.
3.                  Toda su vida, sus pensamientos, sus obras, son orientados hacia ese anhelo: que Jesús venga en su gloria.
4.                  ¿Qué es más importante para ti: lo que estás viviendo ahora, tus placeres, tu reputación? ¿O ver a Jesús glorificado en el futuro, y tener, a la vez, una comunión perfecta, colmada, en él? Eso indica algo de tu naturaleza.

Este último pasaje de la Biblia, pues, además de describirnos la victoria final, nos demuestra que el hecho de ser cristiano no es algo teórico. No se trata meramente de algún credo, o de algo que nos parezca razonable. Se trata de algo vivo, dinámico, transformador. Una persona que es cristiano, Es un adorador que ha escogido adorar solamente a Cristo, y que ve toda otra cosa en esa perspectiva. Es una persona que vive su vida de justicia de manera activa. Es una persona que ha tomado una clara decisión en cuanto a su vida, que sabe lo que ha decidido, y que vive conforme a esa decisión que ha tomado. Es una persona que vive con un propósito, una esperanza: el retorno físico, glorioso de Cristo. Eso es lo que le consume.

Y tú, ¿puede decir que eso te describe?

Tuesday, December 16, 2014

Agua de Vida y un Árbol de Sanidad Apocalipsis 22:1-5




Agua de Vida y un Árbol de Sanidad
Apocalipsis 22:1-5

Este texto, al principio del último capítulo del Nuevo Testamento, se entiende generalmente como hablando del estado eterno, después del juicio final.  Sin embargo, el libro de Apocalipsis está lleno de imágenes que repiten o resumen la historia que se cuenta desde el principio del libro, y aun desde el principio del Nuevo Testamento.
Una cosa que cause confusión es la expresión “sanidad de las naciones”, porque al leer eso, pensamos en países con sus gobiernos. Sin embargo la expresión “naciones” en el Nuevo Testamento es una palabra que también se traduce “gentiles”, o, en otras palabras, todos aquellos que no son de la nación judía. Podríamos también utilizar la expresión “paganos”, salvo que eso tiene un sentido algo despreciativo hoy en día (aunque para los judíos, “naciones” o “gentiles” era también despreciativo).  La idea, aquí, es la sanidad o la sanación de los no-judíos. ¿De qué son sanados? Pues, son sanados de su estado de separación de Dios. “Recordad que en ese tiempo estabais separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo.  Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre de Cristo. Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz, y para reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad.  Y VINO Y ANUNCIO PAZ A VOSOTROS QUE ESTABAIS LEJOS, Y PAZ A LOS QUE ESTABAN CERCA” (Efesios 2:12-17).

Es posible que la intención, pues, de este pasaje, sea de resumir la historia de la redención a partir de la cruz hasta la eternidad, cuando no habrá necesidad de luz ni de lámpara, ni de sol.

Estando así, pues, aprendemos en este texto las grandes bendiciones que tenemos por nuestra relación con Cristo.

I.                   Hemos recibido el agua viva que satisface para siempre “un río limpio de agua de vida resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero
                      1.     ¿Se siente decepcionado por lo que tiene, o lo que no tiene? A veces anhelamos algo tanto, pero una vez lo tenemos, nos damos cuenta que no satisface. Sólo la presencia de Cristo nos puede satisfacer realmente, Y además, es duradero.
             2.       Como creyentes, nos vale la pena cultivar esta relación con él. Vale más que toda otra cosa.

II.                Como “gentiles”, hemos sido librado de la posición de separación de las bendiciones de Dios “y las hojas del árbol eran para sanidad de las naciones (los gentiles)
            1.                  Lo cierto, es que lo que nos separaba, a todos, de Dios es nuestro pecado.
            2.    Cuando Cristo murió en la cruz, pagando por nuestros pecados, él nos sanó de la consecuencia de nuestros pecados. Como dice Romanos 8:1, ya no hay más condenación para aquellos que están en Cristo Jesús.
           3.            Asegurase de que esté en Cristo, y no sólo en una organización o sociedad cristiana. Ni siquiera su iglesia le sanará de sus pecados. La iglesia es la comunidad de aquellos que han sido sanado por Jesucristo.

III.             Somos libres de la maldición para siempre “y no habrá más maldición
         1.            Es la consecuencia de la sanidad por la cruz. Cuando no hay pecado no hay maldición.
          2.                  Cristo llevó nuestra maldición cuando murió por nosotros.
         3.          Cristo venció a Satanás y todos sus obras en la cruz.
      4.     Ahora Dios no está diciendo “mal” de nosotros, sino que está diciendo “bien” de nosotros (bendiciendo).

IV.             Gozamos de una relación con el Señor “y verán su rostro
           1.        En la eternidad, le veremos su rostro literalmente.
           2.        Mientras tanto, podemos, de cierto modo, “ver su rostro” en una relación íntima con él.
          3.    Siendo librado de nuestros pecados, ya no hay nada en absoluto que pueda impedir que gocemos de esta relación abierta e íntima con Dios. Lo que Adán perdió nos fue restaurado.

V.                El Señor se identifica con nosotros “y su nombre estará en sus frentes
            1.       Si adoptas a un joven, le das tu nombre.  Es atrevido hacerlo, porque te identificas con él.
           2.        Te sentirías algo orgulloso si alguien a quien admiras mucho te prestara el uso de su nombre; si él se identificara públicamente contigo.
            3.        ¿Qué identificación más clara puede haber que un nombre escrito en tu frente? Sin embargo es lo que el Señor hace por ti y por mí. Cuando dice que pone su nombre en tu frente está diciendo que se está identificando contigo en la manera más pública posible. ¡Qué privilegio más grande! ¡No tienes que andar con vergüenza! ¡Eres importante!

VI.             Tenemos la promesa de una eternidad gloriosa “No habrá allí más noche … y reinarán (seguirán reinando) por los siglos de los siglos”.
              1.      Según Juan 3:16, ya tenemos vida eterna si hemos creído en él. No es algo que alcanzar.
             2.     Ya reinamos con Cristo; al morir seguiremos reinando con Cristo; y en la eternidad, después del juicio final, también seguiremos reinando con Cristo.
           3.       Nuestro futuro eterno es algo tan glorioso que no tenemos palabras para describirlo. Sólo podemos pensar en lo que no habrá: no habrá noche. Cristo mismo será nuestra luz.
            4.     Cuando las cosas parecen difícil hoy, pensemos en el hecho que es sólo temporario. Pongamos los ojos en Cristo y en nuestro futuro con él. Nos ayudará poner el presente en perspectivo.


Con realidades y promesas tan gloriosas, no hay razón para que el cristiano ande cabizbajo. Es por eso que Pablo pudo decir a los creyentes filipenses: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocijaos!

Friday, December 5, 2014

Apocalipsis 21:9-27 La Nueva Jerusalén o La Esposa del Cordero


Apocalipsis 21:9-27
La Nueva Jerusalén o
La Esposa del Cordero

Es interesante que en este texto, “la Nueva Jerusalén” es equivalente a la “esposa”. En otras palabras, está describiendo la Iglesia de Cristo.

La descripción de la ciudad nos da una buena imagen de la iglesia. Se nos habla de la iglesia en cuanto a su futuro eterno, pero eso nos enseña también lo que la iglesia debe ser hoy en día.

I.                   La Iglesia es accesible para todos (tiene 12 puertas, por todos lados)  vv.12-13; 21
               1.                  Las frecuentes invitaciones de Cristo eran para todos.
               2.                  La iglesia debe ser abierta para toda raza y toda clase de sociedad.
   3.                 Su iglesia local, ¿lo hace fácil para un sin-techo, un vagabundo, o un                                      alcohólico a acercarse a Cristo?

II.                La iglesia está fundamentada en los doce apóstoles v.14
1.                  La enseñanza de los apóstoles es la base y la autoridad de la iglesia.
2.                  Son ellos que definieron qué es el evangelio (Gá. 1:6-8)
a.                   ¡no son ellos que lo inventaron!
b.                  Es el evangelio de Jesucristo. Los apóstoles nos lo transmitieron “una vez para todo”(Judas:3)
3.                  Todo lo que se desarrolla en la iglesia, en cuanto a credos y teologías, es un intento a expresar y comprender en nuestros tiempos este fundamento que los apóstoles pusieron.
4.                  Este fundamento estará reconocido hasta en la eternidad.
5.                  Es imprescindible que nosotros, hoy, permanezcamos fieles a este fundamento.

III.             La Iglesia es limitada en cuanto a quiénes pueden formar parte (las medidas) vv.15-18
1.                  La iglesia está formado de aquellos que creyeron solamente (Hechos 2:41 y 47)
2.                  Si bien Cristo murió por los pecados del mundo, murió con el propósito de salvar a aquellos que creerían (Romanos 3:25)
3.                  ¿Estás seguro de formar parte de esta gloriosa iglesia en la eternidad? Para ello, tiene que formar parte de la iglesia, por la fe en Cristo, ahora.

IV.             En la iglesia no hay templo, ya que Cristo es su templo v.22
1.                  Está hablando de la eternidad, en la cual no es necesario un templo.
2.                  En el mismo sentido, donde está Cristo, no es necesario un edificio que sea templo.
3.                  Si bien se puede utilizar un edificio para dónde los creyentes se puedan reunir, eso no es templo.
4.                  Hoy en día, la iglesia, en el sentido de la totalidad de los creyentes, es templo.
5.                  Cuidémonos de toda idolatría de edificios, y meremos a Cristo (Col. 3:1-4).

V.                La iluminación de la iglesia es la gloria de Dios, Cristo el Cordero proveyendo la luz. v.24-26
1.                  Cristo es la luz del mundo, y también nosotros, hoy, somos luz del mundo.
2.                  Es porque Cristo vive en nosotros.
3.                  Si bien Cristo iluminará todo en la eternidad, nosotros tenemos que pensar en cómo está iluminando el mundo a través de nosotros hoy.
a.                   ¿Estamos compartiendo el evangelio?
b.                  ¿Estamos viviendo el evangelio?

VI.             La Iglesia está cerrada en cuanto a toda inmundicia v.27
1.                  Cristo es nuestra justicia.
2.                  No hay lugar en la iglesia de Cristo para alguien que no haya sido declarado justo por la fe.
3.                  Estamos llamados a estar viviendo esta justicia en nuestra vida diaria. Sino, nuestra justificación será poco convincente.



Así, la descripción siendo de la iglesia en la eternidad, después del retorno de Cristo, y en la nueva tierra, nos da también una idea del carácter de la iglesia hoy en día. Será importante que examinemos la iglesia en que formamos parte, y que busquemos la manera de hacerla conforme a lo que está descrito aquí en Apocalipsis 21.

Tuesday, December 2, 2014

Apocalipsis 21:1-8 El Cielo Nuevo y la Tierra Nueva


Apocalipsis 21:1-8
El Cielo Nuevo y la Tierra Nueva

Dejando por detrás, ahora, las varias interpretaciones de los mil años y del juicio del Gran Trono Blanco, miraremos un área en el cual los cristianos son generalmente de acuerdo. Porque a partir de Apocalipsis 21, empieza una descripción de lo que solemos llamar la eternidad, es decir nuestro estado eterno. (Aunque, ¿quién sabe? Puede ser que hayan etapas desconocidas por nosotros en aquel entonces también).
¡Qué bueno poder anticipar el futuro con alegría! No tenemos que anticipar con inquietud, con angustia. Sabemos que sólo hay algo bueno que nos espera. Por eso el cristiano no necesita temer la muerte como tal, aun si no le apetece el hecho de sufrir, o el tiempo de debilidad o incapacidad que puede preceder la muerte. Pero aun así, si tiene esta esperanza, eso le ayuda a pasar a través de los momentos difíciles.

Como cristianos podemos anticipar el futuro por las razones que vemos en este texto:

I.                   Todo será nuevo vv.1-2
1.                  Nos desesperamos de esta tierra, una renovación nos parece imposible.
2.                  Hemos ido destruyendo la tierra de manera irreparable.
3.                  Sólo Dios podría hacer algo.
4.                  Lo que hará Dios es una nueva tierra, nuevos cielos, y hasta una nueva ciudad santa.
5.                  Podremos empezarlo todo a partir de cero, pero con cuerpos y espíritus redimidos.

II.                Todos los anhelos de los seres humanos serán colmados  vv.4-5
1.                  Adiós las lágrimas de remordimiento
2.                  Adiós la muerte
3.                  Adiós el clamor unos contra otros, o todos contra Dios
4.                  Adiós el llanto por las tragedias frecuentes que conocemos en esta vida.
5.                  Adiós el dolor, tendremos cuerpos nuevos, sin enfermedad, sin heridas, sin dolores reumáticos, etc.

III.             Nuestra relación con Dios será perfecta vv.3, 6-7
1.                  Dios con nosotros. Ya está con nosotros, pero será más evidente.
2.                  Seremos su pueblo. Ya lo estamos, pero será más evidente.
3.                  Implica que tendremos una relación muy íntima. Lo que tenemos ahora parece ser una sombra de lo que tendremos.
4.                  Veremos su gloria como el Alfa y la Omega, principio y fin, y lo entenderemos mejor. Todo lo que necesitamos será previsto.
5.                  Seremos hijos de manera aún más evidente que ahora.  (“El que venciere” es la definición del creyente, ya que nuestra victoria es justamente la fe).

IV.             La justicia que siempre hemos anhelado será cumplido. La maldad será castigado. V.8
1.                  Todo lo despreciable será desechado
2.                  Los que actúan impunemente en este mundo tendrán que encontrar el juicio al final.
3.                  Para el que está en Cristo, el juicio ya se llevó a cabo en la cruz. Para él, ya no hay condenación (Romanos 8:1).
4.                  Para evitar el juicio, y para disfrutar las promesas tan maravillosas, se trata de creer en Cristo y su salvación de todo corazón. No hay pasos que dar, ni obras que hacer. Porque una vez te entregas a Cristo, él producirá en ti un montón de obras, obras que harás por pura gratitud hacia él.


Tenemos algo maravilloso que anticipar. Para el hijo de Dios, el creyente en Jesucristo, el futuro brilla. Tenemos todas las razones de regocijarnos.

Saturday, November 22, 2014

Apocalipsis 20:11-15 El Juicio Final


Apocalipsis 20:11-15
El Juicio Final


Si bien la primera parte de este capítulo de Apocalipsis es el texto más controvertido del libro, estos últimos versículos del capítulo son seguramente entre los menos populares. Porque habla del juicio, y termina con el lago de fuego.

Recordemos que, como en gran parte del libro, vemos las palabras “Y vi …” dos veces.  No dice “Y será…” sino “Y vi…”.   Juan está describiendo la visión que vio, y luego nos queda interpretarla a la luz del resto de las Escrituras.

¿Qué es lo que Juan vio?  Dos cosas:

1.      El gran trono blanco y al que estaba sentado en él
2.      Los muertos, grandes y pequeños de pie ante Dios.

Se trata aquí del juicio. Hay varios libros, y un libro especial, que es el libro de la vida.  El juicio está basado en lo que está escrito en los libros, pero los condenados son aquellos que no se hallan inscritos el el libro.  Juzgados según sus obras, condenados eternamente según su inscripción o no en el libro.
También vemos que no hay excepción al juicio. Que sean personas ahogadas en el mar, o enterrados en el cementerio, no hace ninguna diferencia.

La lección que aprendemos en este texto es que todos, sin excepción, tendrán que rendir cuentas ante el trono de Dios.

Cada persona tendrá que rendir cuentas en el trono de Dios en el sentido en que lo vemos en Apocalipsis 20:11-15

I.      Cada uno rendirá cuentas por sus obras v.12
1.                  Creyentes y no creyentes, las obras de cada uno serán examinados “porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” (1 Corintios 5:10)
2.                  Algunos dirán que este juicio es a un momento distinto, y hasta que haya mil años, o mil siete años, o mil tres años y medio, entre este y el juicio del gran trono blanco. Sin embargo, ni el texto de Corintios, ni este texto en Apocalipsis pretende decirnos ni cuándo ni en qué orden estos juicios suceden (si hay más de un juicio). Por eso, me parece que no hay que crear diferencias artificiales.
3.                  Si no conoce a Dios, sepa que Dios sabe todo en lo que le concierne a usted. Y él conoce sus obras. Dice la Palabra de Dios en más de un lugar que rendirá cuentas por sus obras. Si conoce a Dios, por medio de Cristo, también sus obras serán examinados.
4.                  Este juicio no es un juicio para condenación eterna. Porque Romanos 5:1 nos afirma: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”. Si bien las obras de los creyentes serán juzgados, eso no significa que el creyente esté en peligro de condenación.
5.                  Por otro lado, sabiendo que nuestras obras, buenas y malas, serán examinados ante el trono de Jesús al final, ¿no quisiera que estas obras sean las que glorifican a Cristo? ¡No quisiéramos quedar mal parados en aquel momento!

II.    Cada uno rendirá cuentas por haber recibido a Cristo o no
1.                  Esto es un juicio infinitamente más serio. Nadie será eternamente condenado por una obra que cometió, sino por el hecho de haber rechazado a Cristo.
2.                  Son los cuyos nombres no están escritos en el libro de vida que serán echados al lao de fuego.
3.                  ¿Quiénes son los que están escritos allí? Aquellos que siguen a Jesús. “Mas no os regocijéis en esto de que los espíritus se os sujetan; antes regocijaos de que vuestros nombres están escritos en el cielo.” (Lucas 10:20)
4.                  En Apocalipsis 17:8 menciona que hay nombres “escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida” ‘ el resto son los seguidores de “la bestia”, que le admiran.
5.                  Sólo hay una elección básica que el hombre de hoy puede hacer: poner su fe en Cristo, o rechazarlo. No hay medio término. El día vendrá en que haya que rendir cuentas de esa decisión, y no habrá oportunidad para cambiar la decisión.

III.   La consecuencia de haber rechazado a Cristo es el ser echado en el lago de fuego.
1.                  ¿Qué es ese lago de fuego? ¿Es algo literal?
2.                  Recordemos que esto es una visión. Si queremos algo literal, tendremos que mirar en otras partes de la Biblia, por ejemplo en las mismas palabras de Jesús.
3.                  En Mateo 5, y en Mateo 10:28, como en varios otros textos, Jesús hace mención de Gehena, como siendo el destino de los condenados. La Gehena era el lugar donde se quemaba la basura cerca de Jerusalén.  En algunos de sus parábolas, Jesús habla de las tinieblas de fuera, donde habrá “llanto y crujir de dientes” según Lucas 13:28.  Esta última expresión parece ser definitivamente en un contexto literal. Lo que es muy claro por el Nuevo Testamento es que aquellos que insisten durante todas sus vidas a rechazar a Jesús, pues ellos serán definitivamente rechazados al final. Y lo lamentarán amargamente.


La cuestión que nos queda por hacer, pues, no es: “¿Es justo ese juicio?” ya que es Dios de justicia que lo hace. Tampoco es: “¿Cómo evitar la condenación?” ya que el Nuevo Testamento nos pone la solución de manera muy clara. La cuestión ahora es, ¿Qué le pasará a usted? ¿Acabará lamentándose por haber rechazado al único Salvador o Señor, Jesucristo? No ponga esta decisión para más tarde. El hecho de no decidirse es decidir en contra. Y entonces la decisión será en su contra también.