MATEO 9:9-13

LA CONVERSIÓN DE MATEO

Lecciones de esta historia:

1.         Conversión instantánea

2.         Entrega total  

3.         Necesidad de alcan­zar a los pecadores.

4.         La salvación no es para los justos.

LO QUE JESÚS QUIERE CONSEGUIR:

¿Cuál es el propósito del Señor en el mundo hoy?  ¿Cuál es su propó­sito en nuestras vidas?  Me parece que si queremos una respuesta a esto, la encontraremos en los cuatro evangelios.  El tema que se repite continuamente en los evangelios es su deseo para la conversión de los pecadores.

I. Jesús busca conversiones inmediatas (Hechos 2:40; Hechos 16:31; etc.)

1.      Cuando un padre dice a su hijo, "Ven", no piensa esperar dos horas.

2.      Cuando un oficial dice a los soldados "Adelante", o cuando un guardia dice a un preso "Sígueme", o "Para" tampoco piensa esperar.

3.      Cuando Noé entró en el arca, no estuvo progresivamente en seguri­dad.

4.      No he oído hablar de nadie que pide durante horas para que le dejen entrar en el servicio militar.

5.      Quien tarda eres tú.  Ahora has de obedecer a Cristo y poner tu fe en Él.  (Ap. 22:17;  Juan 5:24;  Hechos 4:7;  2 Cor.6:2.)

II.    Jesús busca una entrega total.

1.      Mandato y obediencia: "Sígueme", y "dejándolo todo". (Lucas 5:27-28).

2.      Hoy - la moda del "poco a poco".  La amonestación de "No corres".

3.      Quiere entrega total al principio de tu conversión, y todo lo largo de tu vida.

4.      Entrega total en:

a.       sacrificio

b.      servicio

c.       santidad

III. Jesús busca la conversión de pecadores

1.      No vino para gente que sean "no son tan malos".

2.      No vino a salvar a gente que tenía excusas.

3.      Vino a salvar a los malos.

4.      Por esto pasaba tiempo con pecadores.

5.      Hemos de pasar tiempo con lo que se llama "mala gente":  borra­chos, ladrones, drogadictos, etc.,  para ganarles a Cristo.

6.      Él quiere misericordia de nuestra parte.  (Miqueas 6:8)

Cuando buscas almas para Jesús, espera conversiones inmediatas.  El Espíritu Santo es todopoderoso.  Y tú, si no estás convertido, conviér­tete inmediatamente.  Es lo que Jesús te manda.  Entrégate totalmente a Cristo desde el principio.  Si como creyente, quieres ver a otros convertirse, tienes que ir adonde están.  Si tú te crees demasiado pecador para acudir a Cristo, sepas que Él vino para pecadores.  Pero tienes que dejar todas las excusas de un lado.