MATEO 15:1-20
¡OJO CON LA
CONTAMINACIÓN !
Cada creyente debe cuidar de mantener limpio los
pensamientos de su corazón por las razones que hallamos en Mateo 15:1-20
Un
pensador francés estaba tan metido en la idea de existencialismo, es decir, que
todo es relativo, subjetivo, todo sólo existe en tu mente, que parece que empezó a
tener dudas de si él mismo existía o no.
Finalmente salió con este pensamiento tan profundo: “¡Pienso, luego
existo!” Estoy contentísimo de que yo no
tenga que romperme los sesos para saber si existo o no. Por otro lado, esta frase, que me parece
mostraba más la debilidad mental del filósofo que otra cosa, contiene una
verdad importante. La existencia de una
persona se define en su manera de pensar.
Es lo que dijo el escritor de Proverbios también, en Proverbios
4:23.
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida
Y Jesús mostró interés en la
manera en que las personas piensan también.
¿Cómo
piensas tú, en tu intimidad? ¿Qué es lo
que ocupa tu mente, tu corazón, en los momentos en que estás sólo, y no sientas
ninguna presión para revelar tus pensamientos a los demás?
I.
Es más
importante que la salud del cuerpo v.11
1. La importancia de la salud
2. La falta relativa de importancia de la salud (2
Ti. 4:8)
3. La diferencia entre el efecto temporal y el efecto
eterno
4. La diferencia entre el efecto que algo tenga sobre
tu propia vida y el efecto sobre las vidas de los demás
a. Si el corazón no está limpio, producirá frutos que
pueden dañar a otros directamente
b. Si el corazón no está limpio, producirá frutos que
pueden dañar a otros por su ejemplo
II.
Es más
importante que las ceremonias religiosas y sociales v.2
1. Las cosas ceremoniales pueden ser importantes.
2. Las ceremonias también pueden traer peligro.
3. Cómo las ceremonias pueden ser excusas para
desobedecer (vv.3-6)
4. Una persona puede negarse a servir al Señor porque
es “domingo, nuestro día de reposo”
5. Una persona puede desatender a su familia por
tanta actividad religiosa (Ojo: se puede incluir a la familia en las
actividades de la iglesia sin hacerles daño)
6. Serán las prioridades de su corazón y sus
pensamientos que determinarán lo que hace con sus varias obligaciones
III. Es lo que produce las palabras que influyen a los
demás v.11, 18
1. Es de la abundancia del corazón que la boca
habla (Mt. 12:34)
2. Tus palabras serán el resultado de lo que meditas
en tu mente, o tu corazón
3. Tus palabras pueden influir la fe de los demás
4. Tus palabras pueden herir a los demás
5. Es muy difícil cuidar tus palabras. Puede ser más sencillo cambiar la manera en
que piensas, y entonces tu manera de hablar cambiará.
IV. Es lo que produce las acciones v.19
1. Lo que piensas, lo que deseas, en tu corazón,
influirá tus elecciones.
2. El hecho de seguir deseando una cosa que no debes
tener acabará en acciones ilegítimas para conseguir lo que no debes tener.
3. Ejemplo de Acán.
4. El ejemplo de un creyente activo que empezó a
soñar con la mujer de otro, pensando que nunca iría más lejos que sus
pensamientos, hasta que un día, cuando la oportunidad se presentó, actuó conforme a sus pensamientos.
5. “Oíste que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una
mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mt. 5:27-28)
6. Hay que mantener limpia nuestra manera de pensar,
rechazando pensamientos que no sean conformes a la pureza de Cristo
V.
Es lo que
afecta qué es tu vida en verdad v.20
1. “Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal
es él” (Proverbios 23:7)
2. El filósofo francés dijo: “Pienso, luego, existo”.
3. Tus pensamientos no sólo muestran como eres en
verdad; tus pensamientos desarrollan tu carácter.
4. Hay que disciplinar sus pensamientos.
“¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar
tu palabra.” (Salmo 119:9). “En mi
corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmo 119:11). “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero,
todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de
buen nombre; si hay virtud en alguna, si algo digno de alabanza, en esto
pensad” (Fil. 4:8).
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