MATEO 8:18-22
SEGUIR A
JESÚS
Un Compromiso Total
“Maestro, te seguiré a dondequiera que vayas”
(v.19)
¡Necesitamos voluntarios! Queremos personas dispuestas a abandonarlo
todo. Que hagan un trabajo difícil sin
contar las horas, sin ser pagados, a veces sin dormir. Tienen que estar dispuestos a pasar hambre a
veces. Que sean personas aptas a
obedecer órdenes hasta en los detalles.
Que aceptan de perder todos sus amigos, y seguir adelante aun cuando sus
familias les rechazan. Que sean
preparados a morir de una muerte dolorosa, con sufrimientos prolongados. Que no les importe ser burlados, y
menospreciados por todos.
Voluntarios, ¡aquí por favor!
Parece mentira, pero tal llamamiento puede atraer
más seguidores que el llamamiento común de la supuesta "vida cristiana"
que se hace hoy.
Y esto es, en
efecto, el llamamiento de Cristo. Nada
menos. Si quieres juntarte a la compañía
más privilegiada del mundo, aquella es la invitación.
¿Estás interesado?
Hay muchas cosas que pueden impedir un compromiso
total
I.
Hay que renunciar al deseo
de la comodidad (Mateo 8:20)
1. La comodidad no es pecado
2. El interés en la comodidad es normal y humano
3. Dios no está interesado en que hagamos
"sacrificios" inútiles para destacar (ej: andar con los pies desnudos
por las calles)
4. Jesús nunca hizo una demostración de sufrimiento
auto-infligido
5. Jesús sufrió con un propósito: para salvar a los
perdidos
6. El pecado, para el creyente, viene cuando tu comodidad
es más importante para ti que seguir el Señor.
a. La prueba de esto es cuando tu propia comodidad te
impide que hagas lo que el Señor quiere
i.
testificar
ii. asistir a un culto
iii. ayudar a alguien en el área económica
b. ¿Te has examinado últimamente?
II. Hay que renunciar a la
preocupación por las herencias terrenales
(Mateo 8:22)
1. Tampoco es pecado tener una herencia.
2. El pecado es poner a estas cosas ante Dios en tu
vida.
3. El Señor Jesús puede estarte llamando a hacer algo
pero estás pensando en lo que te puedes perder económicamente.
a. No tiene que ser una herencia. Podría ser cualquier cosa económica con que
estás contando, para tu seguridad futura.
b. Tu seguridad de trabajo
c. Tus ahorros
d. Cualquier medio o futuro de sostenerte: ¿te
estaría impidiendo que hicieras lo que Dios quiere ahora?
4. Si tienes algún ídolo de concupiscencia, o
avaricia, confiésalo y renúncialo, para que el Señor te pueda bendecir.
III. Hay que renunciar a las ataduras sentimentales y familiares (Lucas
9:61)
1. La familia es sagrada.
2. La familia puede llegar a ser una maldición para
ti si te dejas arrastrar por tus conexiones sentimentales.
3. Todo lo que te impide que sigas al Señor, que le
sirvas, que tengas comunión con él, es enemigo de tu alma. En verdad el problema entonces no es
tu familia, sino tu dependencia de tu familia, dependencia que tienes
que romper.
4. El seguir al Señor tiene que ser cosa tuya, algo
que harás - que lo haga la familia o no.
5. Es una decisión que tienes que tomar: ¿Qué es lo
que viene primero en mi vida? ¿Mi familia o mi Señor?
Dios te invita a embarcar en una aventura: una
aventura de fe, no una en que ganas materialmente, sino una en que puedes
perder mucho. Te invita a embarcar en
una vida en que sólo él sea tu verdadero sostén emocional y económico. No es que rompas necesariamente con lo demás,
sino que rompas con tu relación de dependencia de ello. Puedes ser un cristiano evangélico tranquilo
en tu iglesia, salvado como por el fuego, con nada más, o puedes ser uno de los
campeones de Jesucristo, siguiéndolo de cerca, haciendo su voluntad, aguantando
las pérdidas y los sufrimientos gozosamente, sabiendo que le estás sirviendo a
él. ¿Cuál clase de vida cristiana elegirás tú?
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