MATEO 12:38-50
IMPRESCINDIBLE
OBEDECER AL SEÑOR
Tres impedimentos a la obediencia:
I Tu
búsqueda de señales milagrosos
II Tu
satisfacción con la limpieza que se ha hecho
III La
importancia de tu persona
I.
Los
escribas y fariseos, enfrentados con la verdad, piden una señal v.38-42
1. Para distraer la atención
2. Para darse una excusa de no someterse
3. Para poner a Jesús en posición defensiva
4. Porque señales son más interesantes que la obediencia
5. Porque son carnales, y quieren algo para satisfacer
los ojos
6. El deseo de una señal demuestra una falta de fe.
7. ¿Estás dispuesto a obedecer a lo que el Señor dice
en su palabra, sin que el Señor haya que intervenir con señales en tu vida?
II.
Un
hombre se libera de un pecado sin aplicarse a obedecer al Señor v.43-45
1. El gozo, el alivio, de saberse liberado de algo.
2. La tentación de descansar con aquello, satisfecho
de haberse liberado del pasado.
3. Cuando ocurre aquello, es que no ha sido verdaderamente
liberados del pasado.
4. Una falta de entrega una vez liberado te puede
dejar en peores condiciones que estabas anteriormente. 1 Pedro 2:19-22
5. Es el problema de aquel que viene al Señor sólo
para solucionar un problema: un problema causado por su pecado. Aquel problema puede ser de orden económico,
de salud, social, legal, o lo que sea. Pueden encontrar en Dios hasta un buen
psicólogo. Pero nunca se arrepientan de
su pecado. Sólo de los resultados.
III. Alguien puede creer que su posición en la iglesia
o en la "familia de Jesús" les exenta de obedecer. v.46-50
1. Aun la madre y los hermanos según la carne de
Jesús no podían ser reconocidos por él aparte de su obediencia a Él.
2. Su actitud parece escandalosa, pero en las cosas
de Dios, tu familia no puede intervenir.
3. Hay quien cree que tiene una posición privilegiada
cerca del Señor por ser miembro de alguna iglesia local. Se equivocan terriblemente. Muchos miembros de iglesias locales no
estarán en el cielo, porque su fe ha sido en su posición más que en Jesús. Han utilizado su relación con la iglesia para
vivir según les diera la gana.
Puede haber muchas más cosas que inciten a alguien
a no obedecer al Señor. Sin embargo, el
resultado es lo mismo: la perdición
eterna. Por eso el apóstol Pablo, aquel
predicador de la gracia, insistió constantemente en que los creyentes se
examinasen a si mismos a ver si están en la fe.
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