MATEO 13:1-23
EL
SEMBRADOR
(O:
LA PARÁBOLA DE
LAS CUATRO TIERRAS)
Meta de la parábola: Que la gente escuche y reciba la palabra de
Cristo de una manera adecuada.
Afirmación:
Sólo hay una clase de persona que puede producir fruto que valga para la
eternidad.
Posibles Proposiciones del sermón:
1) Cada
persona debe recibir la palabra del Señor de manera que produzca fruto en su
vida.
2) Cada
persona puede recibir la palabra del Señor de manera que produzca fruto en su
vida.
3) Cada
persona tiene interés en recibir la palabra del Señor de manera que produzca
fruto en su vida.
Desarrollaremos la primera de estas proposiciones.
Frase de transición:
Cada persona debe recibir la palabra del Señor de
manera que produzca fruto en su vida, evitando las trampas que el Señor
menciona en Mateo 13:1-23:
I.
Oír la Palabra sin recibirla
II.
Recibir la Palabra pero no con
profundidad
III. Recibir la Palabra pero sin quitar los intereses mundanos
Me parece que la parte más hermosa de esta
parábola se halla en el versículo 8:
“Pero
parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál
a treinta por uno”
y su interpretación en el versículo 23:
“Mas el
que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y
da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno”.
¿No sería hermoso ver a muchas personas
produciendo fruto eterno para el Señor?
Demasiado a menudo nos damos cuenta que gente oye la Palabra de Dios, y algunos
parecen recibirla, pero no vemos fruto.
No queremos ser así. ¿Cuál es la
diferencia entre producir fruto y no producirla? ¿Cuál es la diferencia entre una persona que,
oyendo y recibiendo la palabra del Señor, empieza a experimentar cambios en su
vida, demostrando un verdadero amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad,
fe, mansedumbre, y templanza? (Gá. 5:22-23)
Porque éste es el fruto que el Señor quiere ver en nuestras vidas. Pues en esta parábola y su interpretación,
vemos lo que hemos de evitar si queremos producir fruto para el Señor.
I.
OÍR LA PALABRA SIN RECIBIRLA
v.19
1. Importancia de oír (Ro. 10:17)
2. Importancia de entender (Mt. 16:9)
3. Imprescindible recibir (Jn 1:12) (entender es
recibir)
4. Recibir a Jesús significa poner su confianza en
él, y en su obra a nuestro favor, arrepintiéndonos de nuestra vana manera de
vivir.
5. Recibir la palabra, para un creyente, implica
creerla, meditarla, y tomar la decisión de vivir conforme a lo que se ha oído.
6. ¿Has recibido la Palabra ? ¿Sigues recibiendo la Pa labra de Dios a medida que
la oyes y la lees?
7. Si no la recibes,
estás dejando que venga Satanás para quitarla: perderás la hermosa oportunidad
que el Señor te ha dado.
II.
RECIBIR LA PALABRA PERO NO EN
PROFUNDIDAD v. 20-21
1. Es posible tomar una decisión ligeramente.
2. ejemplo de Pedro: felizmente había también algo
más profundo que se quedó.
3. Aun que muchos "creyeron" Jesús sabía
que podía ser muy temporario (Jn 2:25).
4. Es fácil entusiasmarse por Jesús, y se debe
entusiasmar. Pero ese entusiasmo debe
representar algo más. (¡Hay quienes
piensan que hay algo mal en recibir la palabra con gozo! Si no la recibes con gozo, ¡es que no la recibes!)
5. Un gozo que no va acompañado de arrepentimiento es
un gozo demasiado ligero.
6. Un gozo que no va acompañado por una firme
decisión es algo débil.
7. Esa clase de gozo no dura: se desanima con la
persecución y las aflicciones, y no produce fruto. ¡Cuántas veces hemos visto
eso! Pensaban que la vida cristiana sería una cama de rosas.
8. ¿De qué manera has recibido la Palabra de Dios? Espero que fue con gozo. Pero este gozo, ¿va acompañado de
arrepentimiento, y decisión de seguir al Señor?
III. RECIBIR LA PALABRA SIN QUITAR LOS INTERESES MUNDANOS v.22
1. Hay quienes reciben la palabra, y hasta demuestran
cierto serio. Pero con tiempo vemos que
¡había demasiado serio! ¡o demasiadas cosas serias a la vez!
2. Con toda seriedad estaban tramando algunas maneras
de hacer convivir su fe con sus afanes y deseos mundanos.
3. Recibe la palabra el domingo; la contradice al
trabajo.
4. Reciben la palabra pero consideran que esto no
puede responder a sus problemas diarios.
5. Hay quienes reciben la palabra para ir al cielo,
pero concentran todos los esfuerzos de su vida para mejorar y mantener su posición
terrenal.
6. Hay que preguntar si han recibido la palabra de la
manera correcta. No producen fruto en
su vida. Sólo han cambiado de religión.
Ya se ve que no se trata sólo de recibir la
palabra de Dios, sino recibirla de la manera correcta. Sino, no habrá fruto en la vida. No tendrá valor eterno. Sería un engaño: una apariencia, o profesión
de haber recibido la palabra, pero sin que haya penetrado verdaderamente en el
corazón. Todavía se necesita
arrepentimiento y fe. Esto explica por
qué tantas profesiones cristianos no van más allá: son nada más que eso:
profesiones vanas.
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