Thursday, January 30, 2014

MATEO 14: 1-12 HERODES Y JUAN EL BAUTISTA


MATEO 14: 1-12

HERODES Y JUAN EL BAUTISTA


Juan el Bautista fue llamado por Jesús "el más grande de los profe­tas",  y sin embargo se sabe muy poco de él.  Por haber venido como predecesor de Jesús, el interés del lector de la Biblia se centra enseguida en la persona de Jesús, lo que es bueno y normal.

Sin embargo, hay ciertas lecciones que se pueden apren­der de su vida y de su muerte.  Jesús habló de él como ejemplo.  Si la Biblia nos da la historia, es que es útil para nosotros.  En otras ocasiones hemos visto lo que su vida nos enseña sobre la persona de Jesús.  Sin embargo, hay mucha de orden práctica que podemos aprender, sobre el ministerio cristiano, sobre el valor, sobre el pecado y los peligros del corazón humano.

I.                EL MINISTERIO DE JUAN EL BAUTISTA
1.                 Juan nunca hizo milagros, y era el profeta más grande  (Juan 10:1)
2.                 Juan dijo la verdad sobre Jesús, lo que es la marca de un profeta grande.
3.                 Juan dijo la verdad sobre el pecado, lo que enfadó a las autori­dades de su tiempo.  Hoy también las autori­dades quieren hacer callar a los predicadores que hablan de temas morales con demasiada controver­sia, y se les acusa de meterse en la política.  (¡Haría falta que algunos cristianos se metieran en la políti­ca!)
4.                 Nuestro ministerio hoy no es hacer milagros, y tampoco hacernos conocer, sino decir la verdad acerca de Jesús y del pecado.
5.                 Juan hizo lo que el Señor le llamó para que hicie­ra.  ¿Estás cum­pliendo el propósito de Dios para tu vida?

II.           LA MUERTE DE JUAN EL BAUTISTA
1.                 Fue en circunstancias ridículas
2.                 Pareció ser un terrible desperdicio
3.                 Su ministerio y propósito había terminado “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (Pablo en 2 Timoteo 4:7).  Esto era lo importante: no cómo murió, sino cómo vivió.
4.                 La manera en que murió no refleja su vida, sino la de aquellos que lo hicieron morir.


            A veces nos preocupamos por muchas cosas.  Nos preocupamos por nuestra aceptación social, por nuestra comodidad o nuestra vida física, o nuestra dignidad.  Pero en la realidad lo único que importa es si hemos estado viviendo en la voluntad del Señor; cumpliendo su propósito para nuestra vida.  Esto no es nada misterioso: sencillamente ir haciendo  lo que él ya nos ha mostrado, revelado en su Palabra, o mostrado en las circunstancias, en las puertas que él nos haya ido abriendo o cerrando.  ¿Estás viviendo tu vida para glorificar al Señor, y proclamar su verdad?  Eso es lo que vale la pena, prácticamente lo único que vale la pena en este mundo.


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