MATEO 14: 1-12
HERODES
Y JUAN EL BAUTISTA
Juan el Bautista fue llamado por Jesús "el más
grande de los profetas", y sin
embargo se sabe muy poco de él. Por
haber venido como predecesor de Jesús, el interés del lector de la Biblia se centra enseguida
en la persona de Jesús, lo que es bueno y normal.
Sin embargo, hay ciertas lecciones que se pueden aprender
de su vida y de su muerte. Jesús habló
de él como ejemplo. Si la Biblia nos da la historia,
es que es útil para nosotros. En otras
ocasiones hemos visto lo que su vida nos enseña sobre la persona de Jesús. Sin embargo, hay mucha de orden práctica que podemos
aprender, sobre el ministerio cristiano, sobre el valor, sobre el pecado y los
peligros del corazón humano.
I.
EL MINISTERIO DE JUAN EL BAUTISTA
1.
Juan
nunca hizo milagros, y era el profeta más grande (Juan 10:1)
2.
Juan
dijo la verdad sobre Jesús, lo que es la marca de un profeta grande.
3.
Juan
dijo la verdad sobre el pecado, lo que enfadó a las autoridades de su
tiempo. Hoy también las autoridades
quieren hacer callar a los predicadores que hablan de temas morales con
demasiada controversia, y se les acusa de meterse en la política. (¡Haría falta que algunos cristianos se
metieran en la política!)
4.
Nuestro
ministerio hoy no es hacer milagros, y tampoco hacernos conocer, sino decir
la verdad acerca de Jesús y del pecado.
5.
Juan
hizo lo que el Señor le llamó para que hiciera. ¿Estás cumpliendo el propósito de Dios para
tu vida?
II.
LA MUERTE DE JUAN EL BAUTISTA
1.
Fue
en circunstancias ridículas
2.
Pareció
ser un terrible desperdicio
3.
Su
ministerio y propósito había terminado “He peleado la buena batalla, he acabado
la carrera, he guardado la fe” (Pablo en 2 Timoteo 4:7). Esto era lo importante: no cómo murió, sino
cómo vivió.
4.
La
manera en que murió no refleja su vida, sino la de aquellos que lo hicieron
morir.
A veces nos preocupamos por muchas
cosas. Nos preocupamos por nuestra
aceptación social, por nuestra comodidad o nuestra vida física, o nuestra
dignidad. Pero en la realidad lo único
que importa es si hemos estado viviendo en la voluntad del Señor; cumpliendo su
propósito para nuestra vida. Esto no es
nada misterioso: sencillamente ir haciendo
lo que él ya nos ha mostrado, revelado en su Palabra, o mostrado en las
circunstancias, en las puertas que él nos haya ido abriendo o cerrando. ¿Estás viviendo tu vida para glorificar al
Señor, y proclamar su verdad? Eso es lo
que vale la pena, prácticamente lo único que vale la pena en este mundo.
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