Tuesday, July 1, 2014


POR QUÉ HAY QUE VIVIR
UNA VIDA MORAL

1 CORINTIOS 5:1-8

Se estudia este capítulo a menudo para averiguar qué enseña el Nuevo Testamento sobre la disciplina en la iglesia local.  En la realidad no nos dice nada sobre la disciplina normal en la iglesia, porque describe una situación anormal.  Sin embargo, la próxima vez que examinamos este capítulo, consideraremos este aspecto de ello.  Esta vez, sin embargo, consideraremos algo más urgente.  La necesidad de la pureza en los creyentes.  La necesidad para los creyentes de evitar a todo coste la inmoralidad sexual.  ¿Te sientes tentado dejarte ir, y complacer a tus propios deseos carnales, aun si eso implica la inmoralidad?  ¿Cuándo piensas que nadie lo sabe, o que a nadie le importa?  ¡No lo hagas!  Si lo haces, tendrás que seguir viviendo con ti mismo y con el Señor.  Este capítulo nos da algunas razones, razones importantes, por qué debemos evitar la inmoralidad sexual a todo coste.  Esas razones implican tres verdades absolutas:

I.       La exigencia absoluta de la pureza en la iglesia (v.2)
1.      "Para que fuese quitado de en medio de vosotros".  Esa clase de inmoralidad no pertenece nunca en la iglesia.
2.      Aun hoy en día algunas iglesias se glorían de su tolerancia, de su espíritu liberal: piensan que son progresivas, adelantadas, misericordiosas. 
3.      Eso no es misericordia.  Permitir esa clase de cosa es crueldad hacia la iglesia de Dios.
4.      No es misericordia: es crueldad hacia el mundo alrededor de nosotros, que necesita un testimonio puro de la iglesia, para advertirlos en contra de sus pecados
5.      No es misericordia: es una crueldad hacia aquellos que animamos en sus pecados porque no queremos ser demasiado duros con ellos.
6.      Recuerda que como miembro de esta iglesia, tienes la responsabilidad de mantener la pureza de esta iglesia, la esposa de Cristo, porque la esposa de Cristo, por definición, es pura.

II.    El juicio absoluto del Señor  (v.3-6)
1.      "Ya … he juzgado al que tal cosa ha hecho"
2.      No se puede negociar con el pecado; Dios no hace medio término con ello.
3.      "Un poco de levadura" – el pecado de sólo uno, afecta a todo el grupo.
4.      No podemos esperar jugar con el pecado, y que Dios cierre los ojos. Su juicio será severo.
5.      Hoy en día solemos pensar que está mal juzgar a cualquier persona.  Pensamos que ni siquiera Dios juzga.  No es lo que dice la Biblia.  Cuando en Mateo 7:1 Jesús dice "No juzgáis para que no seáis juzgados", se refiere a las críticas hipócritas de los fariseos.  No deberíamos estar allí para criticar cada acción de las personas. Tampoco debemos juzgar los motivos o los corazones de las personas. Pero se tiene que juzgar el pecado obvio y activo.  "No participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, … reprendedlas." (Ef. 5:11). 
6.      A veces tenemos que condenar abiertamente algunos pecados.  El pecado público tiene que condenarse en público; los pecados en privado, … en privado.  Si caes en la inmoralidad, se hará público, y puedes esperar eventualmente ser reprendido en público.

III. La muerte absoluta de Cristo por nuestros pecados (v.6-7)
1.      Pablo utiliza el argumento aquí que “Cristo es nuestra Pascua”.  La Pascua era una fiesta judía que significaba la muerte: la muerte por el pecado; la muerte de propiciación.  Un animal tuvo que morir por los pecados del pueblo.  Jesús murió en la cruz durante la Pascua, porque él es nuestra ofrenda por el pecado.
2.      Cristo murió por nuestros pecados.  Él fue nuestra ofrenda por el pecado.  Si él es nuestra Pascua, entonces somos identificados con él.  En tal caso, es impensable que seamos uno con Cristo, la ofrenda por el pecado, y al mismo tiempo tolerar el pecado en nuestras vidas.  Romanos 6 explica esto en otros términos (Ro. 6:1-7).
a.       Somos identificados con la muerte de Cristo
b.      Sabemos que nuestro viejo hombre (el pecado) fue crucificado junto con él.
c.       Si hemos muerto con él, hemos sido liberados del pecado
d.      Debemos considerarnos como siendo muertos al pecado, (No basta con saberlo, hemos de contar con ello).
3.      Lo que Cristo hizo por nosotros una vez para siempre, hace impensable que deliberadamente, abiertamente, nos echemos una vez más en las garras del pecado.  Porque él destrozó el pecado.

¿Cómo reaccionas ante la tentación sexual?  Pablo sugirió a Timoteo que debería huir eso. Sí, a veces somos más valientes si huimos.  No hay nada de cobarde en el hecho de huir del pecado.  Hemos de evitar toda tentación de pecar en esa manera.  ¿Tienes dificultades con tu imaginación?  Se ha sugerido que puedes utilizar tu misma imaginación en contra del pecado.  Por ejemplo, cada vez que algún pensamiento impropio invade tu mente, puedes empezar a imaginar las consecuencias en la relación con tu mujer o marido, con tu familia, la manera en que tus hermanos en la iglesia te perderían respeto, etc.… Imagina cómo te sentirías en tal caso, y la imposibilidad de recuperar ciertas cosas.  Esto es una buena manera de huir: huir en tu imaginación.   Deberíamos evitar toda apariencia de maldad, si tal cosa nos horroriza en verdad.  ¿Quisieras dejar parecer que estabas involucrado en algo que en verdad aborrecías?  La inmoralidad te destruirá a ti y a tu vida.  Destruirá tu familia.  Destruirá tu iglesia si tu iglesia permite que lo haga.  ¡No lo hagas!


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