Thursday, July 31, 2014

¿CUÁL ES TU PARTE?
Josué 13:33

“Mas a la tribu de Leví no dio Moisés heredad; el Señor Dios de Israel es la heredad de ellos, como él les había dicho.”
(véanse también v. 14, y 18:7)

A primera vista, esto parece terrible.  Las doce tribus recibieron ricas heredades en el país – salvo Leví. Pero cuando se lee todo el versículo, vemnos que son ellos que recibieron la mayor parte.

Un hombre en la república de África del Sur aprendió que un paquete de ultramar le esperaba a la oficina de correos.  Se negó a pagar las 200 PTA para recibir el paquete, y el paquete se gardó en la oficina durante varios años, hasta la muerte del hombre. Entonces se abrió el paquete, y se halló una fortuna en dinero dentro.  El hombre se privó de toda aquella riqueza para ahorrarse unos cuarenta duros.

En la misma manera, si la gente se diera cuenta de la riqueza espiritual que tienen en Cristo, estarían más dispuestos a liberarse de las cosas materiales.

Igual como los levitas, debemos considerar que Cristo es nuestra heredad y no las cosas del mundo. Esto implicará muchas cosas por nuestra parte:

I.              La preocupación por conocer la persona de Cristo
1.                 Como María, y no Marta (Lucas 10:42)
2.                 Para poner nuestras ambiciones y deseos en él
3.                 Complacer a cristo: más importante que poseer algo Lucas 9:58
4.                 Buscando su comunión como siendo nuestra bien más preciosa
5.                 Contando nuestra salvación como siendo más preciosa que otras cosas (el sacrificio de que los Levitas se ocupaban representaba la salvación)
6.                 Mt. 6:21 ¿Cuál es tu tesoro? Un hombre rico se preocupaba del hecho de morir porque dejaba su tesoro tras él. Un creyente pobre era más feliz, porque sabía que iba hacia su tesoro en vez de dejarlo.
7.                 ¿Cuál es nuestro interés principal: el catálogo, o la Palabra de Dios?


II.            La preocupación por servir al Señor
          1.        Los levitas recibieron la tarea de servir a Dios como un privilegio, como siendo su parte de la heredad.
          2.        En Malaquías, vieron el servicio a Dios como siendo un "fastidio".
          3.        Nosotros tenemos que decidir muy seriamente si servir a Dios es un privilegio, un deleite, o si es un fastidio.  Y actuar conforme a eso.

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