Tuesday, July 22, 2014

LA OFRENDA PARA LOS SANTOS 1 CORINTIOS 16:1-4


LA OFRENDA PARA LOS SANTOS
 1 CORINTIOS 16:1-4


            ¿Cuánto pones en la ofrenda?  Me puedrás decir: “¡Eso no te concierne!” Y tendrías razón.  Pero al Señor sí que le interesa: no sólo cuánto pones en la ofrenda, sino cómo lo haces, y cómo la iglesia lo organiza.  La ofrenda no es algo vergonzosa, secreta, algo de que no se debe hablar.  No es la parte sucia de la iglesia.  O ¡quizá la parte sucia sería el  no ofrendar!
Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, se habla de la ofrenda para el Señor.  Es algo público, parte de la adoración, y se habla abiertamente del tema.  Algunos han dicho que 20% de los versículos de la Biblia nos hablan de lo que hacemos con el dinero.  Yo no he contado, y quizá puede depender de cómo interpretamos ciertos pasajes.  Sin embargo, no es un tema olvidado.  No es algo demasiado material para ser tratado por Dios, por Jesús, por los apóstoles.  La Palabra de Dios nos llama a ofrendar, pero ¿cómo?

Cada creyente debe contribuir a la ofrenda siguiendo los principios que Pablo nos da en 1 Corintios 16:1.4.

I.              De manera sistemática  “Cada primer día de la semana” v.2a
1.          Regularmente
2.          Constantemente
3.          Sin las prisas del último minuto
4.          Lo que quieres verdaderamente hacer, lo haces sistemáticamente para estar seguro de hacerlo
5.          La paga se hace de manera sistemática; se da dinero a los  hijos de manera sistemática; ¿por qué sería tan anti-espiritual hacer la ofrenda sistemáticamente?  No hay nada en la Biblia en pro de la espontaneidad en este asunto.
6.         Lo mejor, siguiendo la idea de “primer día de la semana”, es cuando recibes una paga, dediques la parte que corresponde al Señor antes de apartar el resto.  Esto mostrara tu prioridad.

II.           De manera proporcional “según haya prosperado” v.2b
1.          Esto implica un porcentaje de nuestro ingreso
2.          ¿Cómo saber el porcentaje?
a.          Con generosidad
b.         El modelo del Antiguo Testamento es 10%.  Ellos también tenían que pagar impuestos.
c.     En el Nuevo Testamento no se impone cuál porcentaje.  Normalmente bajo la gracia solemos ser más generosos que bajo la ley - ¿o es así?
3.          Se trata de hacer un presupuesto con números, y la primera entrada en el presupuesto mensual sea automáticamente el porcentaje que hayas decido dedicar al Señor.

III.        De manera cuidadosa, ordenada  “a quienes hubiereis designado”
1.          Como en cualquier otra organización debería haber personas de confianza, designados por la iglesia para guardar los fondos que hayan sido dedicados al Señor.
2.          Si se hace de cualquier forma, sin preocuparse, mostrará que lo que se da al Señor es de lo menos importante.
3.          Todo debe hacerse, en la iglesia de Dios, “decentemente y con orden” (14:40).
4.          En la Iglesia se debe cuidar de mantener las cuentas al día, sabiendo siempre lo que hay, a dónde se envía (conforme a la voluntad de la Iglesia) y qué se propone hacer en el futuro.

IV.         De manera eclesiocéntrico “para los santos” v.1
1.          La ofrenda es para ayudar la obra de Dios en su iglesia
2.          En este caso se trataba de creyentes que estaban en dificultad en Palestina, probablemente por razón de su fe.
3.          Aquí, pues, hay una solidaridad con los creyentes que tienen dificultades.
4.          “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”. (Gálatas 6:10).
5.          Por esta razón, cuando hay campañas en el mundo para ciertas causas, como en el tercer mundo, está bien participar si podemos, pero debemos reservar nuestra mayor participación para lo que la iglesia hace a favor de aquellas situaciones, porque así tus hermanos en la fe recibirán más ayuda.  Hay más posibilidad de que la ayuda que los hermanos reciban no se utilice de forma egoísta.


Espero que este tema de la ofrenda no es chocante para ti.  Espero que estás capaz de considerar este tema, y particularmente la manera en que tú ofrendas, en una manera equilibrada, sana, sin recelos.  Tendrás mucho gozo en darte cuenta que lo tuyo pertenece a Dios, y que Dios cuida de ti.  Y si es una parte sistemática, normal, de tu vida, irás confiando cada vez más en el Señor para ocuparse de lo tuyo.

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