LA OFRENDA PARA LOS SANTOS
¿Cuánto
pones en la ofrenda? Me puedrás decir:
“¡Eso no te concierne!” Y tendrías razón. Pero al Señor sí que le interesa: no sólo
cuánto pones en la ofrenda, sino cómo lo haces, y cómo la iglesia lo
organiza. La ofrenda no es algo
vergonzosa, secreta, algo de que no se debe hablar. No es la parte sucia de la iglesia. O ¡quizá la parte sucia sería el no ofrendar!
Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo,
se habla de la ofrenda para el Señor. Es
algo público, parte de la adoración, y se habla abiertamente del tema. Algunos han dicho que 20% de los versículos
de la Biblia nos hablan de lo que hacemos con el dinero. Yo no he contado, y quizá puede depender de
cómo interpretamos ciertos pasajes. Sin
embargo, no es un tema olvidado. No es
algo demasiado material para ser tratado por Dios, por Jesús, por los
apóstoles. La Palabra de Dios nos llama
a ofrendar, pero ¿cómo?
Cada creyente debe
contribuir a la ofrenda siguiendo los principios que Pablo nos da en 1
Corintios 16:1.4.
I.
De manera sistemática “Cada
primer día de la semana” v.2a
1.
Regularmente
2.
Constantemente
3.
Sin las prisas del último minuto
4.
Lo que quieres verdaderamente hacer, lo haces sistemáticamente para
estar seguro de hacerlo
5.
La paga se hace de manera sistemática; se da dinero a los hijos de manera sistemática; ¿por qué sería
tan anti-espiritual hacer la ofrenda sistemáticamente? No hay nada en la Biblia en pro de la
espontaneidad en este asunto.
6. Lo mejor, siguiendo la idea de “primer día de la semana”, es cuando
recibes una paga, dediques la parte que corresponde al Señor antes de
apartar el resto. Esto mostrara tu
prioridad.
II.
De manera proporcional “según haya prosperado” v.2b
1.
Esto implica un porcentaje de nuestro ingreso
2.
¿Cómo saber el porcentaje?
a.
Con generosidad
b.
El modelo del Antiguo Testamento es 10%. Ellos también tenían que pagar impuestos.
c. En el Nuevo Testamento no se impone cuál porcentaje. Normalmente bajo la gracia solemos ser más
generosos que bajo la ley - ¿o es así?
3.
Se trata de hacer un presupuesto con números, y la primera entrada en
el presupuesto mensual sea automáticamente el porcentaje que hayas decido
dedicar al Señor.
III.
De manera cuidadosa, ordenada “a
quienes hubiereis designado”
1.
Como en cualquier otra organización debería haber personas de
confianza, designados por la iglesia para guardar los fondos que hayan sido
dedicados al Señor.
2.
Si se hace de cualquier forma, sin preocuparse, mostrará que lo que se
da al Señor es de lo menos importante.
3.
Todo debe hacerse, en la iglesia de Dios, “decentemente y con orden”
(14:40).
4.
En la Iglesia se debe cuidar de mantener las cuentas al día, sabiendo
siempre lo que hay, a dónde se envía (conforme a la voluntad de la Iglesia) y
qué se propone hacer en el futuro.
IV.
De manera eclesiocéntrico “para los santos” v.1
1.
La ofrenda es para ayudar la obra de Dios en su iglesia
2.
En este caso se trataba de creyentes que estaban en dificultad en
Palestina, probablemente por razón de su fe.
3.
Aquí, pues, hay una solidaridad con los creyentes que tienen
dificultades.
4.
“Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y
mayormente a los de la familia de la fe”. (Gálatas 6:10).
5.
Por esta razón, cuando hay campañas en el mundo para ciertas causas,
como en el tercer mundo, está bien participar si podemos, pero debemos reservar
nuestra mayor participación para lo que la iglesia hace a favor de aquellas
situaciones, porque así tus hermanos en la fe recibirán más ayuda. Hay más posibilidad de que la ayuda que los
hermanos reciban no se utilice de forma egoísta.
Espero que este tema de la
ofrenda no es chocante para ti. Espero
que estás capaz de considerar este tema, y particularmente la manera en que tú
ofrendas, en una manera equilibrada, sana, sin recelos. Tendrás mucho gozo en darte cuenta que lo
tuyo pertenece a Dios, y que Dios cuida de ti.
Y si es una parte sistemática, normal, de tu vida, irás confiando cada
vez más en el Señor para ocuparse de lo tuyo.
No comments:
Post a Comment