Monday, July 7, 2014

PIEDRAS DE TROPIEZO 1 Co. 8:1-13; 10:23-11:1


PIEDRAS DE TROPIEZO

1 Co. 8:1-13; 10:23-11:1

En una vieja edición inglesa de Pan Diario, Herbert Vanderlugt relata lo siguiente:
"Cuando yo era niño, mi padre no permitía a la familia que decorara un árbol de Navidad, porque creía que en cierta época de la historia el árbol de Navidad era asociado a prácticas paganas.  Le parecía que eso hacía una distracción del verdadero significado de la temporada, y, por tanto, sería incorrecto tener uno en casa.  Mi esposa y yo vemos las cosas de una manera distinta.  Reconocemos que hace mucho tiempo puede haber tenido una connotación pagana, pero eso no es un problema para nosotros.  Un árbol es simplemente una decoración y nada más.
"Según  1 Corintios 8, yo diría que mi padre tenía una ‘conciencia débil’ en relación con los árboles de Navidad.  Era como algunos de los creyentes del primer siglo que no pudieron comer carne que había sido dedicada anteriormente, a ídolos.  Para muchos otros creyentes de la época, sin embargo, no había ningún problema en eso.  Para ellos un ídolo no era más que un objeto material, que no afectaba en absoluto la comida presentada a él.  Y tenían razón.  Pero Pablo les advirtió a los santos más fuertes que no sean piedras de tropiezo para sus hermanos más débiles.  No debían ofenderles ni animarles a que hicieran cualquier cosa que fuera  contraria a su conciencia.
"Aun cuando la voz interior por la cual distinguimos el bien del mal no es infalible, y necesita ser instruida por la Palabra de Dios, es, sin embargo, una de nuestras posesiones más preciosas. Cuidémonos de no utilizar mal una conciencia fuerte, ofendiendo inútilmente a nuestros hermanos y hermanas en Cristo.  Guardémonos también de estropearla yendo en contra de sus señales de aviso.  Romanos 14:23 nos explica cómo mantener una buena conciencia.  Queremos gobernarnos por el principio que: “todo lo que no proviene de fe, es pecado” (Romanos 14:23).
Cada creyente debe cuidarse de evitar de hacer tropezar a su hermano por medio de su conocimiento y su supuesta libertad, por las razones que Pablo presenta en 1 Corintios 8.

I.       TU CONOCIMIENTO ES INCOMPLETO v.2
"Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo."
1.      Estás convencido de que puedes hacer una cosa: puede ser que te equivoques.
2.      Crees que sabes más que tus hermanos en Cristo en cuanto a este asunto:  ¿Y si son ellos que saben más que tu?
3.      Sólo puedes estar seguro que tienes la razón si puedes decir que tienes todo el conocimiento, lo que no es el caso.
4.      Un aspecto importante del conocimiento es la importancia de la vida y del desarrollo cristiano de nuestro hermano.

II.    TU AMOR ES MÁS IMPORTANTE QUE TU CONOCIMIENTO  v.1
"Sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica.
1.      Tu conocimiento hace que te sientas bien en tu piel.  Te valoras a ti mismo.  Hoy en día, eso parece ser lo más importante.
2.      Tu amor hace que tu hermano se sienta bien.  Le ayuda a crecer - le hace bien.
3.      En términos bíblicos, pues, tu amor es aun más importante que tu conocimiento o tu saber.
4.      Eso no significa en ninguna manera que el amor pone de un lado el saber.  No se trata de que la verdad y la doctrina carezcan de importancia.  Pero aquí se trata no de doctrina, sino de elecciones personales.
5.      Cuando no haces ningún daño al no utilizar tu conocimiento; ni estás diciendo una mentira, ni estás dañando a otro, puede ser que estés actuando por amor.

III. LA COMIDA NO LO ES TODO, NI TAMPOCO SON TUS DERECHOS v.8
"Si bien la vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos menos.
1.      Tienes que estar seguro de que tus prioridades están en el buen lugar.
2.      Aprovechar de tu libertad - ¿te beneficiará a ti o a alguna otra persona en alguna manera?
3.      ¿Cuál es más importante para ti?  ¿El beneficio de aprovechar tu libertad en esta cuestión, o animar a tu hermano en Cristo, a quien percibes como siendo más débil?

IV.  PODRÍAS PECAR CONTRA CRISTO v.12
"De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis.
1.      Cuando haces que un hermano tropiece, le estás haciendo daño.  Puesto que es parte del cuerpo de Cristo, estás dañando al cuerpo de Cristo: estás intentando contra Cristo mismo.
2.      Cuando Jesús se encontró con Pablo en el camino de Damasco, le preguntó: “¿Por qué me persigues?” Al perseguir a los creyentes, Pablo perseguía a Jesús.  En la misma manera, pues, cuando causas un daño a un creyente, estás causando un daño a Cristo.
3.      "Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.” (Mateo 18:6)

A veces sentimos que tenemos el derecho de hacer ciertas cosas, y puede ser que tengamos razón.  El hecho de tener el derecho de hacer algo, sin embargo, no hace necesariamente que sea la cosa correcta de hacer.  Un día pensaba que tenía que moverme con prisas.  Me detuve para poner un mínimo de carburante en el coche, y seguí mi camino.  Pero por poco olvidaba detenerme y mirar al salir nuevamente en la calle.  Sí que me acordé detenerme, justo antes de ir sobre la calzada.  Entonces vi que una señora que venía con su coche por la calle se detuvo de una manera muy brusca.  A ella le parecía que yo no me iba a detener, sino que iba a salir directamente delante de ella.  Digamos que yo lo hubiera hecho así.  Por poco lo hacía.  Ella, ¿habría estado en su derecho al seguir en su camino sin detenerse?  Ella tenía la prioridad.  Por tanto, habría estado en su derecho.  Por otro lado, habría hecho daño a los dos vehículos, y podría haber dañado a mí, a ella misma, o a los dos. Hubiera sido yo el culpable, pero por ello su acción no habría sido muy inteligente.  Ella demostró su inteligencia al detenerse y ver lo que yo iba a hacer.  Bueno, ahora que os he dado una lección de conducir, y gratuitamente, examinemos cómo eso se aplica a nuestras vidas cristianas.  Puede ser que sientas que alguna actividad tuya es absolutamente correcta.  Pero trastorna y escandaliza a muchos otros cristianos.  Algunos nuevos creyentes, por lo que tú piensas es un malentendido de la enseñanza bíblica, creen que la Biblia condena aquello. Si tú lo haces de todos modos, verán en ti un ejemplo de alguien que no toma en serio las Escrituras.  O posiblemente alguien tiene una debilidad.  Hoy en día, una gran parte de nuestra sociedad tiene una debilidad para el alcohol.  Cuando yo conocí al Señor, rozaba el alcoholismo.  Por un año no toqué el alcohol.  Pero conocí a unos cristianos que estaban convencidos que no había ningún problema en beber socialmente, con tal que no exageras.  Así que decidí seguir su ejemplo.  Dentro de muy poco eché a perder mi testimonio.  Aquello era culpa mía.  Pero como creyentes que andamos en amor, hemos de tener cuidado de no hacer nada que pueda inducir a otros en la tentación.

Cuando me preparaba para ir a estudiar el castellano en una escuela Bíblica en los Estados Unidos, me fije en que había una norma en contra de las barbas en aquella escuela.  Recordé que había muchos creyentes en Estados Unidos a quienes se les había enseñado que tanto las barbas como el pelo largo, eran un símbolo de la rebelión contra la autoridad.  Me pareció, y todavía me parece, una norma absolutamente tonta, pero no me ocasionó ninguna dificultad quitármela durante mi estancia allí.  Me fijé en que algunos estudiantes de idioma volvieron a dejar crecer sus barbas mientras estudiaban allí.  Su excusa era que no vivían en el campus.  Las autoridades de la escuela les dejaron saber lo que pensaban de ello, pero decidieron no hacer un caso mayor del asunto.  A mí me pareció que aunque las autoridades de la escuela y otras personas parecían tener una idea muy tonta en cuanto a las barbas, era aun  más tonto por parte de las personas barbudas, puesto que estaban dispuestos a trastornar o escandalizar a sus hermanos en Cristo por el simple privilegio de dejar crecer un poco de pelo en sus barbillas.

¿Estás dispuesto a andar con cuidado para proteger la conciencia de tu hermano, y no ser causa de tropiezo para nadie?  ¿Y al mismo tiempo andar sin juzgar la consciencia de tu hermano? No hace falta que seamos hipócritas.  Podemos decir lo que pensamos, respetuosamente, pero al mismo tiempo abstenernos de hacer ostentación de nuestra libertad delante de nuestro hermano en el Señor, haciendo un gesto para desafiar sus convicciones.  Hemos de andar en amor, como Pablo; como el Señor.  “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1 Co. 11:1).


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