PIEDRAS DE
TROPIEZO
1 Co. 8:1-13; 10:23-11:1
En una vieja
edición inglesa de Pan Diario, Herbert Vanderlugt relata lo siguiente:
"Cuando yo
era niño, mi padre no permitía a la familia que decorara un árbol de Navidad,
porque creía que en cierta época de la historia el árbol de Navidad era
asociado a prácticas paganas. Le parecía
que eso hacía una distracción del verdadero significado de la temporada, y, por
tanto, sería incorrecto tener uno en casa.
Mi esposa y yo vemos las cosas de una manera distinta. Reconocemos que hace mucho tiempo puede haber
tenido una connotación pagana, pero eso no es un problema para nosotros. Un árbol es simplemente una decoración y nada
más.
"Según 1 Corintios 8, yo diría que mi padre tenía
una ‘conciencia débil’ en relación con los árboles de Navidad. Era como algunos de los creyentes del primer
siglo que no pudieron comer carne que había sido dedicada anteriormente, a
ídolos. Para muchos otros creyentes de
la época, sin embargo, no había ningún problema en eso. Para ellos un ídolo no era más que un objeto
material, que no afectaba en absoluto la comida presentada a él. Y tenían razón. Pero Pablo les advirtió a los santos más
fuertes que no sean piedras de tropiezo para sus hermanos más débiles. No debían ofenderles ni animarles a que
hicieran cualquier cosa que fuera
contraria a su conciencia.
"Aun cuando
la voz interior por la cual distinguimos el bien del mal no es infalible, y necesita
ser instruida por la Palabra de Dios, es, sin embargo, una de nuestras
posesiones más preciosas. Cuidémonos de no utilizar mal una conciencia fuerte,
ofendiendo inútilmente a nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Guardémonos también de estropearla yendo en
contra de sus señales de aviso. Romanos
14:23 nos explica cómo mantener una buena conciencia. Queremos gobernarnos por el principio que:
“todo lo que no proviene de fe, es pecado” (Romanos 14:23).
Cada creyente
debe cuidarse de evitar de hacer tropezar a su hermano por medio de su conocimiento
y su supuesta libertad, por las razones que Pablo presenta en 1 Corintios 8.
I.
TU CONOCIMIENTO ES INCOMPLETO v.2
"Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no
sabe nada como debe saberlo."
1. Estás convencido de que
puedes hacer una cosa: puede ser que te equivoques.
2. Crees que sabes más que tus
hermanos en Cristo en cuanto a este asunto:
¿Y si son ellos que saben más que tu?
3. Sólo puedes estar seguro que
tienes la razón si puedes decir que tienes todo el conocimiento, lo que no es
el caso.
4. Un aspecto importante del
conocimiento es la importancia de la vida y del desarrollo cristiano de nuestro
hermano.
II.
TU AMOR ES MÁS IMPORTANTE QUE TU CONOCIMIENTO v.1
"Sabemos que todos tenemos conocimiento. El
conocimiento envanece, pero el amor edifica.”
1. Tu conocimiento hace que te
sientas bien en tu piel. Te valoras a ti
mismo. Hoy en día, eso parece ser lo más
importante.
2. Tu amor hace que tu hermano
se sienta bien. Le ayuda a crecer - le
hace bien.
3. En términos bíblicos, pues,
tu amor es aun más importante que tu conocimiento o tu saber.
4. Eso no significa en ninguna
manera que el amor pone de un lado el saber.
No se trata de que la verdad y la doctrina carezcan de importancia. Pero aquí se trata no de doctrina, sino de
elecciones personales.
5. Cuando no haces ningún daño
al no utilizar tu conocimiento; ni estás diciendo una mentira, ni estás dañando
a otro, puede ser que estés actuando por amor.
III.
LA COMIDA NO LO ES TODO, NI TAMPOCO SON TUS DERECHOS v.8
"Si bien la vianda no nos hace más aceptos
ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos
menos.”
1. Tienes que estar seguro de
que tus prioridades están en el buen lugar.
2. Aprovechar de tu libertad -
¿te beneficiará a ti o a alguna otra persona en alguna manera?
3. ¿Cuál es más importante para
ti? ¿El beneficio de aprovechar tu
libertad en esta cuestión, o animar a tu hermano en Cristo, a quien percibes
como siendo más débil?
IV.
PODRÍAS PECAR CONTRA CRISTO v.12
"De esta manera, pues, pecando contra los
hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis.”
1. Cuando haces que un hermano
tropiece, le estás haciendo daño. Puesto
que es parte del cuerpo de Cristo, estás dañando al cuerpo de Cristo: estás
intentando contra Cristo mismo.
2. Cuando Jesús se encontró con
Pablo en el camino de Damasco, le preguntó: “¿Por qué me persigues?” Al
perseguir a los creyentes, Pablo perseguía a Jesús. En la misma manera, pues, cuando causas un
daño a un creyente, estás causando un daño a Cristo.
3. "Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en
mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y
que se le hundiese en lo profundo del mar.” (Mateo 18:6)
A veces sentimos
que tenemos el derecho de hacer ciertas cosas, y puede ser que tengamos
razón. El hecho de tener el derecho de
hacer algo, sin embargo, no hace necesariamente que sea la cosa correcta de
hacer. Un día pensaba que tenía que
moverme con prisas. Me detuve para poner
un mínimo de carburante en el coche, y seguí mi camino. Pero por poco olvidaba detenerme y mirar al
salir nuevamente en la calle. Sí que me
acordé detenerme, justo antes de ir sobre la calzada. Entonces vi que una señora que venía con su
coche por la calle se detuvo de una manera muy brusca. A ella le parecía que yo no me iba a detener,
sino que iba a salir directamente delante de ella. Digamos que yo lo hubiera hecho así. Por poco lo hacía. Ella, ¿habría estado en su derecho al seguir
en su camino sin detenerse? Ella tenía
la prioridad. Por tanto, habría estado
en su derecho. Por otro lado, habría
hecho daño a los dos vehículos, y podría haber dañado a mí, a ella misma, o a
los dos. Hubiera sido yo el culpable, pero por ello su acción no habría sido
muy inteligente. Ella demostró su
inteligencia al detenerse y ver lo que yo iba a hacer. Bueno, ahora que os he dado una lección de
conducir, y gratuitamente, examinemos cómo eso se aplica a nuestras vidas
cristianas. Puede ser que sientas que
alguna actividad tuya es absolutamente correcta. Pero trastorna y escandaliza a muchos otros
cristianos. Algunos nuevos creyentes,
por lo que tú piensas es un malentendido de la enseñanza bíblica, creen que la
Biblia condena aquello. Si tú lo haces de todos modos, verán en ti un ejemplo
de alguien que no toma en serio las Escrituras.
O posiblemente alguien tiene una debilidad. Hoy en día, una gran parte de nuestra
sociedad tiene una debilidad para el alcohol.
Cuando yo conocí al Señor, rozaba el alcoholismo. Por un año no toqué el alcohol. Pero conocí a unos cristianos que estaban
convencidos que no había ningún problema en beber socialmente, con tal que no
exageras. Así que decidí seguir su
ejemplo. Dentro de muy poco eché a
perder mi testimonio. Aquello era culpa
mía. Pero como creyentes que andamos en
amor, hemos de tener cuidado de no hacer nada que pueda inducir a otros en la
tentación.
Cuando me preparaba
para ir a estudiar el castellano en una escuela Bíblica en los Estados Unidos,
me fije en que había una norma en contra de las barbas en aquella escuela. Recordé que había muchos creyentes en Estados
Unidos a quienes se les había enseñado que tanto las barbas como el pelo largo,
eran un símbolo de la rebelión contra la autoridad. Me pareció, y todavía me parece, una norma
absolutamente tonta, pero no me ocasionó ninguna dificultad quitármela durante
mi estancia allí. Me fijé en que algunos
estudiantes de idioma volvieron a dejar crecer sus barbas mientras estudiaban
allí. Su excusa era que no vivían en el
campus. Las autoridades de la escuela
les dejaron saber lo que pensaban de ello, pero decidieron no hacer un caso
mayor del asunto. A mí me pareció que
aunque las autoridades de la escuela y otras personas parecían tener una idea
muy tonta en cuanto a las barbas, era aun
más tonto por parte de las personas barbudas, puesto que estaban
dispuestos a trastornar o escandalizar a sus hermanos en Cristo por el simple
privilegio de dejar crecer un poco de pelo en sus barbillas.
¿Estás dispuesto
a andar con cuidado para proteger la conciencia de tu hermano, y no ser causa
de tropiezo para nadie? ¿Y al mismo
tiempo andar sin juzgar la consciencia de tu hermano? No hace falta que seamos
hipócritas. Podemos decir lo que
pensamos, respetuosamente, pero al mismo tiempo abstenernos de hacer
ostentación de nuestra libertad delante de nuestro hermano en el Señor,
haciendo un gesto para desafiar sus convicciones. Hemos de andar en amor, como Pablo; como el
Señor. “Sed imitadores de mí, así como
yo de Cristo” (1 Co. 11:1).
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