Tuesday, July 8, 2014


UN PROPÓSITO SENCILLO

1 Corintios 9

            Es importante que sepamos lo que queremos llevar a cabo en nuestra vida. ¿Qué es lo que queremos hacer? El saber aquello nos guiará en nuestros estudios, cómo busca­remos un trabajo, cómo dividiremos nuestro tiempo.  ¿Cuáles son las prioridades en nuestra vida? ¿La familia? ¿Dios? ¿El trabajo? ¿El dinero? ¿Los amigos? El saber lo que es lo más importante para nosotros afectará la manera en que utilicemos nuestro tiempo y nuestros esfuerzos.
El apóstol Pablo, una vez que había conocido a Cristo como su Señor y Salvador, tuvo un propósito en su vida. Era un propósito que se impuso sobre todos los demás pro­pósitos. Así, todo lo que hizo, cada elección que hizo, cada actitud que tenía, fue sometida a aquel propósito.
Pero Pablo no era una persona excepcional.  Era un cristiano que tenía las mismas prioridades en la vida como todos nosotros deberíamos tener.  ¿Cuál es nuestro propósito?  ¿Cuáles son nuestras prioridades?

I.       SABIENDO CUÁL ES SU PROPÓSITO v.22 "para que de todos modos salve a algunos"
1.      El propósito de Pablo era conducir a las personas en un conocimiento salvífico de Cristo.
2.      Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para llevar a cabo ese propósito.
3.      Estaba consumido por este propósito, porque se daba cuenta de lo que significaba para su Señor.  Cristo pagó el precio de la cruz para cumplir ese propósito.  ¿Cuál precio estás dispuesto a pagar para conseguir ese propósito?  ¿Es el propósito de tu vida?
4.      Haz el inventario de tu vida; de tus intereses; de lo que ocupa tus pensamientos; piensa en cuál es tu propósito básico en tu vida.  ¿Puedes decir en verdad que es el mismo que el de Pablo?  Si lo es, no dejarás que nada te detenga Serás como mi perro cuando va corriendo por la puerta para conseguir su libertad, o para correr detrás de un gato, o para pelearse con otro perro.  Nada lo puede desviar de su propósito.
5.      El propósito de Pablo era ganar almas para Cristo.  ¿Cuál es tu propósito?

II.    DEJANDO, SOLTANDO, NUESTROS DERECHOS LEGÍTIMOS v.1-15
1.      Eso no excusa a nadie de reconocerlos.
2.      Pablo tenía derechos:  el derecho de casarse, de recibir un sueldo de las iglesias que servía, y muchos más.  Eran derechos legítimos.  Pero los soltó.
3.      A veces nuestros derechos pueden estorbar nuestro propósito.  Por eso es tan importante saber qué es lo que quieres verdaderamente en la vida.
4.      Yo tengo el derecho a salir en la calle a hacer campaña para alguna causa política.  Pero podría estorbar mi propósito básico en la vida.  Por esa razón renuncio a ese derecho.
5.      Tengo el derecho a quedar en el Canadá y ver crecer a mis hijos.  Pero estorbaría.
6.      Tienes el derecho a quedar en cama el domingo por la mañana en vez de ir a la iglesia; tienes el derecho de mirar una película hasta las dos de la madrugada del sábado al domingo; pero podría estorbar tu propósito de estar con el pueblo de Dios el domingo por la mañana y estar personalmente animado, además de animar a otro.
7.      Tienes el derecho de asistir a alguna gran iglesia en la ciudad de Barcelona, disfrutando de todos sus programas.  Pero podría estorbar tu propósito de glorificar a Dios en tu propia comunidad, y de animar a la iglesia donde asistes.

III. SIN HACERLO POR OBLIGACIÓN v.16-18
1.      Pablo tenía una obligación: el mandato del Señor.
2.      Pero Pablo tenía una compulsión interior de predicar el Evangelio. ¡Ay de mí si no anunciare el Evangelio!  ¡Suena a fanático!
3.      Hay personas que hacen ciertos esfuerzos para que se conozca el Evangelio, porque creen que es lo que un creyente evangélico debería hacer.  Lo hacen por un sentimiento de obligación.  Ese sentimiento de obligación puede estar muy bien en sí, pero hay algo mucho mejor.  ¿Acaso una madre cuida de su bebé por un sentimiento de obligación?
4.      Ese deseo de predicar el Evangelio, de hacer que se conozca el Evangelio, viene de una relación personal con el Señor.  Más te acercas a Dios y a su corazón, más sentirás y compartirás los deseos de su corazón.

IV.  SIENDO EL SERVIDOR DE TODOS v.19
1.      Pablo estaba libre, pero dispuesto a sacrificar su libertad si aquello le ayudaba a cumplir el propósito de su vida.
2.      Eres libre de apartarte de la gente que te hace incómodo, pero te ayudará a llevarles el Evangelio si te acerques a ellos.
3.      Pablo estaba dispuesto a sujetarse a varias tradiciones para cumplir su propósito: Era un servidor de los hombres, aun si no era siempre un hombre que agradaba a los hombres.
4.      Pablo estaba dispuesto a sujetarse a ciertas leyes que él sabía que ya no valían, con el propósito de llevar el Evangelio a los judíos.
5.      ¿Hasta cuál punto estás dispuesto a ir para que tu vecino u otros oigan el Evangelio?

V.     PONIENDO TODO TU ESFUERZO Y  ATENCIÓN, EN ESA TAREA v.24-27
1.      v.24  La meta se consigue mediante un esfuerzo supremo.
2.      v.25  Para alcanzar la meta, necesitas autodisciplina, privarte de algunas cosas.
3.      Todo el estilo de vida de Pablo servía para su único propósito.
4.      Necesitamos volver a examinar nuestro estilo de vida para saber hasta cuál punto está dedicado a aquel propósito.

Bajo el propósito general de glorificar a Dios, no existe propósito de vida mayor que llevar el evangelio a toda criatura.  Eso es el propósito de Dios.  Y no hay gozo mayor que el de conducir un alma al Señor.  Dejemos de malgastar nuestra energía y nuestro tiempo y nuestros medios económicos en cualquier cosa que pueda estorbarnos en aquel propósito

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