MATEO 26:57-68
ACUSADO
Y MALTRATADO
En
este pasaje, vemos a Jesús viviendo en carne lo que él había predicado en el
Sermón del Monte: “Dichosos los
perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece. Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la
gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de
calumnias. Alégrense y llénense de
júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los profetas que
los precedieron a ustedes”[1]
(Mateo 5:11-12).
En
la realidad, el relato que tenemos ante nosotros es uno de los más asombrosos
que se podría imaginar: el Creador de los cielos y la tierra, el Soberano de
todo, está llevado ante los tribunales de los hombres, acusado, y le escupen en
el rostro, y le dan puñetazos. ¡Difícil
de imaginar! Pero fue así, y nosotros
hemos de aprender de ello. “Como cordero
fue llevado al matadero” dice Isaías (53:7).
Como
cristianos, hemos de aprender a valorar lo que Jesús sufrió allí durante su
proceso.
I.
Fue
humillado en nuestro lugar
1.
Lo trataron
peor que un animal.
2.
Se burlaron
de él, como a un perdedor.
3.
Es extraño
que nosotros, que no tenemos nada de que gloriarnos, seamos tan orgullosos; nos
cueste tanto humillarnos, mientras que en el caso de Jesús, el Rey de reyes, él
estuvo dispuesto no sólo a soportar esas humillaciones, sino también “se
despojó a sí mismo, tomando forma de siervo…” (Filipenses 2:7).
4.
Cuando a
nosotros nos humillen, debemos pensar en lo que mereceríamos. También debemos recordar que habría para
nosotros una humillación más terrible aún, en el día final, sino fuera por lo
que el Señor quiso soportar en nuestro lugar.
II.
Fue
juzgado en nuestro lugar
1.
En su caso,
un justo absolutamente injusto
a.
Según el
versículo 58, los mismos jueces buscaban falso testimonio contra Jesús.
b.
En el
versículo 61, han torcido palabras que Jesús había dicho hacía tres años.
c.
En el
versículo 62, ya que no tienen suficiente para condenarlo todavía, intentan
hacerlo hablar para usar sus propias palabras contra él.
d.
En el
versículo 63, usan su autoridad para obligarlo legalmente a hablar.
e.
En el
versículo 65, después de que Jesús se ha proclamado como Mesías, no hay ningún
intento de averiguar si ha cumplido las profecías: simplemente se regocijan de
una ocasión de condenarlo.
2.
En nuestro
caso, un juicio totalmente justo.
a.
Dios nos
juzgará según su verdad.
b.
Él sabe todo,
y en cuanto a nosotros, toda boca será cerrada ante Dios.
c.
Nosotros
mismos reconoceremos que hemos pecado.
d.
Se nos
juzgará conforme a la ley y la justicia de Dios.
3.
Pero el hecho
que Jesús fue dispuesto a ser juzgado así por los hombres, fue para que pudiera
llevar nuestro juicio: justamente para evitar que nosotros tuviéramos que ser
juzgados.
4.
Por esa
razón, cuando empezamos a preocuparnos del juicio futuro, podemos preguntarnos:
“¿acaso Jesús sufrió todo aquello en vano?” y dejar de preocuparnos.
III.
Fue
afligido en nuestro lugar.
1.
Sufrió
puñetazos, le abofetearon, y le escupieron en el rostro.
2.
Fue anticipo
de lo que iba a sufrir en la cruz dentro de pocas horas.
3.
Hasta durante
su arresto había impedido que molestaran a los discípulos.
4.
Recordemos,
pues, lo que Jesús sufrió por nosotros, cuando hemos de ser afligidos en algo, y
demos gracias a Dios que nos evitamos las tormentas terribles de la condena
eterna, porque él llevó nuestra carga a la cruz.
Ya
que Jesús fue humillado en nuestro lugar, fue juzgado como un reo en nuestro
lugar, y fue afligido en nuestro lugar, podemos estar tranquilos ante el
futuro, al mismo tiempo que estemos muy
agradecidos por lo que él hizo por nosotros.
Deberíamos, por tanto, estar dispuestos a ser humillados por él en vez
de tener vergüenza de llevar su nombre; deberíamos estar dispuestos a ser
juzgados por el mundo, como el mundo lo juzgó a él; deberíamos estar dispuestos
a sufrir junto con él frente al mundo, ya que nos evitó las terribles tormentas
futuras.
“Por lo cual también Jesús, para santificar
también al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Salgamos, pues, a él, fuera del campamento,
llevando su vituperio; porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que
buscamos la por venir”. (Hebreos 13:12-14).
no entiendo nada
ReplyDelete¿Qué es lo que no entiende?
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