Sunday, February 23, 2014

MATEO 26:36-46 ¡GETSEMANÍ!


MATEO 26:36-46

¡GETSEMANÍ!


            Es en Getsemaní que más vemos a Jesús en su humanidad.  Vemos a un hombre que necesita la compañía y el consuelo de otros hombres; a un hombre que sufre terriblemente ante la perspectiva de lo que le espera; a un hombre que preferiría no sufrir si hubiera otra manera de llevar a cabo lo que tiene que hacer.  Cuando leemos en Hebreos 4:16 que Jesús fue “tentado en todo según nuestra semejanza”, no se trata de una exageración.  “Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que so tentados” (Hebreos 2:18).

            Cada cristiano tiene que reconocer las necesidades que tiene, que son las mismas que Jesús manifestó en Mateo 26:36-46. 

I.              Necesitamos acompañamiento en las aflicciones.
1.                 El Señor Jesús no sólo quiso estar con sus discípulos al final, sino que expresó el deseo de una comunión más íntima con unos amigos especiales.
2.                 Ellos le fallaron en el momento de su necesidad.
3.                 Cuando estamos angustiados, afligidos, busquemos algunos amigos creyentes en que tengamos confianza, para que estén con nosotros, orando con nosotros.
4.                 A veces la simple presencia de unos amigos nos sostiene cuando flaqueamos.
5.                 Esto nos recuerda lo que debemos ser como amigos.  Debemos estar dispuestos a estar presente con un hermano o una hermana que lo esté pasando mal.  Necesita de nuestra parte presencia que acompaña sin juzgar.  ¿Podemos imaginar a los tres discípulos diciendo: “¡Hombre, Maestro, tampoco es para tanto!”  Obviamente , habría sido fuera de lugar.  Estaban totalmente ignorantes de lo que Jesús sufría.  En la misma manera nosotros también somos totalmente ignorantes de lo que sufren otros creyentes.  Pero podemos darles el acompañamiento necesario, sin entenderlo todo.  Es en la medida que podamos proveer eso que se puede ver qué clase de amigos cristianos somos.
II.           Necesitamos orar en las aflicciones.
1.                 El Señor Jesús supo dónde acudir para recibir su verdadera ayuda en medio de su angustia.
2.                 Sólo el Señor nos puede dar la fuerza y el consuelo necesarios.
3.                 Es en la oración que podemos apoderarnos de la ayuda del Señor.
4.                 No está  mal pedir que Dios nos quite una aflicción.
5.                 Tampoco está más expresar nuestra angustia al Señor.  Lo que él no quiere es que tapemos nuestra angustia.
6.                 Lo importante, no es lo que sentimos; es llevar estos sentimientos al buen lugar, al trono de gracia.
7.                 Hay algunas aflicciones que el Señor permite que suframos simplemente para que aprendamos a orar.
8.                 Si pensamos que podemos ser independientes de Dios en tales circunstancias, es que pensamos que somos más fuertes que Jesús mismo.
III.        Necesitamos estar resignados a la voluntad del Señor.
1.                 Jesús supo decir, con todo, y a pesar de su intenso deseo de evitar la cruz: “pero no sea como yo quiero, sino como tú” (v.39). 
2.                 Suponemos que Jesús ya sabía lo que era la voluntad de su Padre.  Y se había sometido a esta voluntad.  Esto no impidió que sintió la necesidad de expresar su horror ante tal perspectiva.
3.                 Lo que es importante a este punto no es lo que Jesús sentía, sino lo que Jesús estuvo dispuesto a hacer: obedecer al Señor.
4.                 Puede ser que te sientas culpable por tus sentimientos hacia ciertas cosas que el Señor te llama a vivir dentro de su voluntad.  Lo que importa allí también es lo que estás dispuesto a vivir para el Señor.
5.                 En vez de seguir tus sentimientos, has de poder aceptar el hecho que la voluntad de Dios debe predominar en tu vida.  No es tu sentimiento que cuenta, sino tu decisión.  Eso, por cierto, no quita la importancia a tu sentimiento.
6.                 Por tanto, cuando tienes alguna aflicción, tú puedes tomar la decisión conscientemente de que aceptas aquella aflicción como del Señor.


            La manera en que hacemos frente a las aflicciones es lo que demuestra qué clase de cristianos somos.  Pero esto depende de nuestra relación con el Señor.   El tiempo que pasamos en la intimidad con él producirá su fruto allí.  Porque si estamos acostumbrados a pasar tiempo con el Señor, entonces será natural acudir a él en as dificultades, y poder desarrollar un plan de acción, y una actitud, junto con él.  No nos quedemos aislados en tales circunstancias – y no dejemos que otros se queden aislados tampoco.

18 comments:

  1. " Jesús supo decir, con todo, y a pesar de su intenso deseo de evitar la cruz: “pero no sea como yo quiero, sino como tú” (v.39)." ??????????????????????????????????

    Si Jesús, anunció muchas veces su muerte. Entonces usted, con todo respeto se lo digo, quiere decir que Jesús al final quería evitar la cruz???????????????

    Está seguro de lo que ha escrito??
    Lea esto por favor:
    http://waynepartain.com/Sermones/s1549.html

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    1. Es que en su humanidad demostraba lo horrible que era la cruz. No sólo físicamente pero en el hecho de llevar nuestros pecados. Así de un lado todo su ser se negaba a la idea, pero al mismo tiempo estaba dispuesto a hacerlo, por amor tanto al Padre como a nosotros. Es como cuándo en la cruz dijo: "Por qué me has abandonado?". Sí, haber querido habría podido llamar legiones de ángeles. Es como tener sentimientos mezclados, pero un sólo propósito. Algo difícil para nosotros comprender. De paso, disculpe la tardanza en contestar. Su comentario se me había pasado por alto y acabo de verlo.

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  2. jesus cuando le pidió al PADRE que pasara esa copa pero que no sea su voluntad abia otra salida, pero dependía del hombre, si la multitud pedía que jesus fuera surto entonce quien lo iba a condenar, pero los profeta que balaron de la muerte de jesus sabían por espíritu que ellos los negaran y e poreso que cuando piloto lo interroga el guada silencio

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  3. Si...Con todo a lo que el señor sabía a que había venido....Dijo Padre pasa de mí está copa..eso es claro .como humano contempló la idea....pero .tenía también claro....Yo para esto he venido.....GLORIA A DIOS POR SU GRANDE AMOR...

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  4. Hermoso comentario ..bendiciones.

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  5. Dios le bendiga, le escribo porque de manera amable le digo y con todo respeto que Jesús tal vez para completar su idea, es que Jesús en cierta forma no tuvo miedo, del sufrimiento el dolor de la CRUZ ROMANA, sino realmente temía la IRA DE DIOS, PORQUE JESÚS hecho carne se convertiría en el pecado de la humanidad entera, y DIOS aborrece el pecado y lo abandonó en la cruz para condenar el pecado para siempre.

    Y quisiera compartir este enlace que se llama:
    Verdadero dolor de la cruz. Paul Washer
    https://www.youtube.com/watch?v=QrAFtd1Jy7s

    Saludos.

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  6. Sí, usted tiene razón. El mayor sufrimiento fue de llevar la ira de Dios en nuestro lugar. Sin embargo, en su humanidad, creo que el sufrimiento físico tampoco le atraía. Jesús conoció el hambre, la sed, y el cansancio. En cada caso buscó aliviar esto, con la exepción del hambre en la tentación de Mateo 4. Es que no alivió estos sufrimientos con milagros, sino de manera natural. Nunca usó milagros con propósitos personales, egoistas. Gracias por su aportación.

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  7. Gracias mi Señor Jesucristo, por no dar pié atràs, y seguir con la voluntad del Padre de morir en aquella cruz por mis pecados y mis maldades y por toda la humanifad, ese amor inmerecido que es eterno y fiel.

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  8. Verdaderamente Cristo Jesús conocía lo que le sobre venía lo que la voluntad del padre le había destinado y él que no reconoce la humanidad de Cristo Jesús; dice su palabra no es de él.

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  12. Que dios le bendiga me ha gustado mucho, es una reflexión ungida. Gracias por compartir.

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  13. Jesús verdadero Dios y verdadero hombre, es aquí donde vemos la humanidad de Jesús en todas sus facetas, nunca se le vio tan frágil y a la vez tan fuerte...

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  14. Jesús verdadero Dios y verdadero hombre, es aquí donde vemos la humanidad de Jesús en todas sus facetas, nunca se le vio tan frágil y a la vez tan fuerte...

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  15. Jesús verdadero Dios y verdadero hombre, es aquí donde vemos la humanidad de Jesús en todas sus facetas, nunca se le vio tan frágil y a la vez tan fuerte...

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