LA IGLESIA DE DIOS: LA OBRA DE DIOS
1 Corintios 3:4-17
Alguien se construía una casa,
con mucho esfuerzo, mucho cuidado, mucha creatividad. Desde años, desde casi toda su vida, se había
imaginado cómo quisiera tener su casa, y ahora la estaba construyendo conforme
a su sueño. Tenía los compartimentos
divididos conforme a su propio plan, las paredes se harían de cierta manera,
tendría los trasteros en cierto lugar, armarios empotrados arreglados de cierta
manera, y la cocina sería ideal por sus deseos.
Claro, no lo hacía solo. Tenía
ayudantes, pero ellos tuvieron que trabajar exactamente conforme a sus
prescripciones. Él había hecho los
planes; él dirigía toda la obra, en todos sus detalles. Pero una mañana llegó al lugar de las obras y
vio que sus ayudantes habían estado trabajando sin él. Algunos habían decidido cambiar la ubicación
de una pared. Otro había eliminado un
armario empotrado en la habitación de matrimonios, para hacer más espacio para
otra cosa. Otro había hecho cambios en
la manera que la cocina se haría. Habían
desecho una parte del trabajo, para cambiarlo, y habían empezado a construir a
su manera. El hombre estaba bastante
irritado, como lo podéis creer. Estaban
cambiando la manera en que se construiría su casa, cuando él había hecho sus
planes según sus deseos. El día
siguiente, vino a la casa y vio cómo algunos vecinos habían derrumbado una
parte de las obras, empezando a destruir la casa que estaba casi
construido. Esta vez estaba furioso. Y supongo que lo podéis entender, ¿no? Me imagino que el hombre tenía ganas de matar
a alguien. ¡Y todo por una casa! ¡Por un poco de madera y hormigón y
ladrillos! Pero estoy seguro que tú
habrías tenido el mismo sentimiento.
Un granjero
había preparado un campo, con mucho cuidado.
Lo hizo sembrar, y vigiló su campo. Algunos niños tontos vinieron con
mecheros, y lo pusieron fuego. ¿Cómo se
sentiría el granero? Furioso, me
imagino.
Y qué si Dios
hubiera decidido sembrar un campo. Puso
obreros en el campo, y algunas personas decidieron que el campo pertenecía a
aquellos obreros. Cada uno escogió su
propio obrero como siendo dueño del campo, dándole todo el crédito por el
campo, y atribuyendo a aquel obrero lo que se producía en ello. Eso es lo que sucedió en Corinto.
Y si Dios
hubiera decidido construir un edificio.
Puso el fundamento con su propio Hijo. Hizo los planes. Entonces puso
obreros en el edificio, dándoles los mejores materiales. Algunos, sin embargo,
substituyeron estos materiales con productos más baratos que podrían destruirse
fácilmente. Algunos obreros construyeron
en su propia manera, y no conforme a los planes. ¿Cómo reaccionaría Dios? Eso es lo que sucedió en Corinto.
Y si Dios
construyera un templo santo, perfecto, sin fallo ninguno, para su gloria: este
templo sería no solamente la señal, sino la realidad de su presencia en la
tierra. Entonces algunas personas
empezarían a destruir aquel templo. ¿Cómo reaccionaría Dios? Porque eso es lo que sucedió en Corinto.
I.
La iglesia local es el campo
de Dios, y, por tanto, hemos de tener mucho cuidado cómo trabajamos en ella.
1.
Pablo se sintió frustrado o preocupado porque los creyentes de Corinto
se vinculaban a varios predicadores, comparándolos entre ellos. Pablo se había referido a esto ya.
2.
Estaba aun más frustrado porque esto causaba divisiones en la iglesia
local.
3.
Pablo estaba preocupado porque los creyentes de Corinto daban la gloria
a hombres, predicadores, cuando esa gloria pertenece a Dios.
4.
Eso de identificarse a un obrero cristiano en particular es señal de
carnalidad. v.4-5
5.
Cada obrero hace su parte, pero es Dios que lo lleva todo a cabo en tu
vida. v.6-9
6.
Por tanto, tenemos que tener mucho cuidado en no dar el crédito a los
hombres por lo que Dios haya elegido cumplir a través de aquel hombre. Eso sería una forma de idolatría y una vez
empezamos a establecer ídolos de tierra, nos dividiremos unos de otros conforme
a nuestros ídolos, y estaremos destruyendo la iglesia de Dios a la vez que le
quitamos la gloria que le pertenece.
II.
La iglesia local es el
edificio de Dios, y, por tanto, hemos de tener cuidado en cuanto a la manera en
que construimos sobre el fundamento.
1.
Pablo estaba preocupado de que mientras todos tienen el mismo
fundamento, Jesucristo, algunos construirían sobre el fundamento con los
materiales equivocados.
2.
El único fundamento que vale algo es Jesucristo v.11
3.
Lo que construyes sobre ese fundamento determinará si lo que hayas
construido permanecerá o si tendrás las manos vacías al final. v.12-15
4.
Has de estar seguro de que estás contribuyendo, con tu vida, a la
iglesia: pero asegúrate de que lo que
contribuyes a la iglesia sea conforme a la voluntad de Dios y no simplemente
conforme a tus propias ideas. Porque eso
desaparecerá, y no importa cuánto esfuerzo hayas puesto en ello, no tendrás
nada para mostrar al final.
III.
La Iglesia local es el
templo de Dios, y hemos de tener cuidado de que no la destruyamos.
1.
Pablo estaba preocupado de que algunos intentarían destruir la iglesia
local, la obra de Dios mismo, el templo de Dios.
2.
Los corintios, o al menos muchos de ellos, con su conflicto y su
carnalidad y su énfasis en predicadores humanos, estaban destruyendo el templo de Dios.
3.
Dios destruiría aquellas personas si no se arrepintieran.
4.
Hay muchas maneras en que puedes destruir la iglesia local, el templo
de Dios: por el mal uso de tu lengua, dividiendo a los creyentes los unos de
los otros; puedes ser por tu vida descuidado, dejando un mal testimonio en la
ciudad, o desanimando así a otros creyentes.
5.
Como iglesia local, sois el templo de Dios: si intentas destruir el
templo de Dios, la iglesia local, Dios te destruirá a ti v.16-17.
Pablo quería que los creyentes de Corinto entendieran qué eran como
iglesia: el campo de Dios, el edificio de Dios, el templo de Dios. Es importante que podamos entender las implicaciones
de esto. Puesto que nosotros como
iglesia, somos el campo de Dios, no debemos poner el énfasis en los obreros del
campo, sino en el Dueño del campo.
Siendo, como iglesia, el edificio de Dios, hemos de tener cuidado en
cuanto a la manera que construimos sobre el fundamento de Dios. Ya que como
iglesia, somos el templo de Dios, hemos de cuidarnos de hacer cualquier cosa
que pudiera destruir o dañar el templo.
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