EL ESPÍRITU
SANTO, LA CONVERSIÓN, LA EVANGELIZACIÓN
1 Corintios 2
¿Te has preguntado alguna vez por qué algunas personas acaban poniendo su
fe en el Señor, y otras no? Algunas
personas, parece, nunca llegan a entender el principio de la gracia. ¿No parece extraño, también, que en algunos
casos un niño o una persona que sea retrasado mentalmente, llega a entender los
elementos esenciales del Evangelio perfectamente, mientras otra persona que
haya alcanzado el doctorado en sus estudios nunca llega a entenderlo? Y luego,
solo para confundirnos, alguno de esos eruditos tan brillante da la vuelta y
acepta las sencillas verdades del Evangelio por fe. ¡No parece haber ninguna norma en eso! Y
luego, una persona tiene la habilidad de presentar el Evangelio claramente y
sencillamente, mientras otro intenta presentarlo y todo parece una
confusión. Y luego la segunda persona
atrae a varias personas a Cristo, y la primera no tiene ningún impacto. ¿Por qué es así?
Lo que hace la
diferencia, según Pablo en 1 Corintios 2, no es la habilidad de la persona que
presenta el Evangelio, ni tampoco la inteligencia de la persona que lo
recibe. Lo que hace la diferencia es el
Espíritu Santo. Cada persona necesita la intervención del Espíritu Santo para conocer
a Dios, como vemos en los pasos que
deben hacerse según este capítulo.
I.
El Espíritu Santo tiene que inspirar el mensaje que trae a una persona
a Dios. v.1-2
1. No vendrá a Dios por medio
de un mensaje de origen humano de filosofía o de sentido común.
2. No vendrá a Dios mediante
una interpretación humana de las Escrituras o del Evangelio.
3. Sólo vendrá a Dios por medio
del mensaje del Evangelio; por la comunicación de la verdad que le
liberará (John 8:32)
4. Si queremos influir a las
personas hacia el Señor, necesitamos:
a. Conocer el Evangelio
b. Conocer las Escrituras
c. Presentar las verdades
bíblicas sin medio términos
II.
El Espíritu Santo tiene que dar poder al mensaje y al mensajero para
hacer que sea convincente v.3-5
1. Pablo fue utilizado en su
debilidad, su temor, y su temblor. (En
el libro de Hechos, aprendemos que Dios tuvo que intervenir en su vida en una
manera especial cuando estuvo en Corinto, ¡para que no tuviera temor!) A menudo es cuando nos sentimos débil,
inadecuado, y hasta derrotado, que el Espíritu Santo obra en las maneras más
poderosas en nuestras vidas.
2. Nuestro mensaje presentado
con un denuedo humano no hará la diferencia
3. El lenguaje persuasivo no
hará la diferencia
4. La aparente sabiduría en la
manera en que presentamos el Evangelio no hará la diferencia
5. Lo que atrae a la gente a Dios
es el Espíritu de Dios
6. Es, pues, importante que:
a. Conozcamos al Espíritu de
Dios
b. Estemos en comunión con el
Espíritu de Dios
c. Estemos llenos del Espíritu
de Dios
d. Dependamos del Espíritu de
Dios
III.
El Espíritu Santo debe revelar la verdad a la persona para que sea
claro v.10-16
1. No hemos de sorprendernos de
que las personas no suelen aceptar las verdades del Evangelio: v.14 “El hombre no percibe…” (El texto no dice “no puede percibir”:
es porque no quiere). Véase Jn
5:40
2. No hemos de pensar que gente
más religiosa o más inteligente podrá necesariamente entender mejor
3. Dios mismo tiene que atraer
a las personas hacia Su Hijo según Juan 6:37 "Todo lo que el Padre me da vendrá a mí."
4. La importancia de la oración
en el evangelismo: Alguien ha dicho,
"Dudo que nadie haya jamás venido a Cristo sin que alguien haya orado por
aquella persona"
a. Oré durante años por un amigo a quien no pude ver, y nunca había podido hablarle del evangelio. Un día, visitando una iglesia, oí pronunciar su nombre en una reunión de oración. Indagué, y aprendí que era mi amigo, que había puesto su confianza en el Señor hacía unos meses.
b. Alguien puede decir que la
oración es humana y contradice el principio de la elección divina y la gracia
irresistible. No más que el hecho de
evangelizar
c. 1 Timoteo 2:1 "por todos
los hombres"
Vemos, pues, que
el Espíritu Santo debe haber inspirado el mensaje, el Espíritu Santo debe dar
poder al mensajero, y el Espíritu Santo tiene que atraer al que recibe el
mensaje, si una persona se va a entregar a Dios por medio del Evangelio.
¿Qué lugar tiene
el Espíritu Santo en tu vida? ¿Dependes
de él? ¿Tiene él un acceso libre a todos
los aspectos de tu vida? Si quieres tener
un impacto alrededor de ti por Dios, no mires a tu edad, ni a tu instrucción,
ni tu poder de atracción. Porque no
depende de eso. Depende de tu relación
con Dios por medio del Espíritu Santo.
Depende de cómo el Espíritu Santo quiere obrar por medio de tu
vida. Tienes que asegurarte que tu vida
esté totalmente entregado a Dios para que Dios el Espíritu Santo pueda hacer su
voluntad en tu vida. Necesitas depender
de él en una relación continua con él y orar por aquellos a quienes quisieras
ayudar con tu testimonio. Como Dios dice
en Isaías 42:8 y 48:11, él no compartirá
su gloria con nadie.
Yo el Señor; este es mi
nombre;
Y a otro no daré mi gloria,
Ni mi alabanza a esculturas.
Por mí, por amor de mí mismo
lo haré,
Para que no sea amancillado
mi nombre,
Y mi honra no
la daré a otro.
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