EL JUICIO CRISTIANO
1 Corintios 4:1-7
¿Quién es tu
predicador preferido? ¿Qué opinas sobre
tal pastor? ¿Cuál de los que trabajan en
la iglesia te parece ser el mejor cristiano
¿Cuáles creyentes en la iglesia son los más sinceros? ¿A cuáles quieres seguir? Eso era la clase de pregunta que habrías
podido oír en Corinto. Cada cual
analizaba a los varios obreros cristianos, y hasta los varios cristianos, según
unas normas que ni siquiera eran bíblicas.
Nosotros también a veces podemos permitirnos el lujo de comparar a las
personas los unos con los otros. Podemos
llegar a ser atletas de butaca que miran al partido de fútbol a la tele, y
analizan lo que cada jugador ha hecho mal.
¿Has hecho eso alguna vez? A
menudo los creyentes que menos hacen por el Señor son los que más tienen la
tentación de caer en la trampa de juzgar a los demás. Y hay algunos que desarrollan toda una
habilidad en eso. Al menos parece haber
sido el caso en Corinto.
I.
SON LOS SERVIDORES DE DIOS Y NO LOS NUESTROS. v.1,3,4
1. Pablo y sus compañeros
preferían ser evaluados por Dios mismo.
2. Cuando juzgamos a otros,
recordemos que no son nuestros para juzgar, pertenecen a Dios. Puede ser que
lleguemos a ser como pequeños niños que son "chivatos".
3. En Romanos 14:4 Pablo
pregunta, "¿Tú, quién eres, que juzgas al criado ajeno?” Aquí, sin
embargo, habla del hecho de juzgar las elecciones que otros hacen en cuanto a
cuestiones secundarias, que ni siquiera se mencionan en la Biblia.
4. Por otro lado no hemos de
pensar así cuando nos juzgamos a nosotros mismos: No es nuestra propia
evaluación de nosotros mismos que cuenta; es la evaluación que hace Dios que
cuenta. Somos mayordomos suyos.
II.
LAS NORMAS DE DIOS PARA EL SERVICIO SON MUY CLARAS v.2
1. Lo que Dios exige es la
fidelidad.
2. Eso es lo que hace útil a
cualquier persona o cosa: poder contar con ello. Un coche es útil si puedes contar con
ello. Si no puedes contar con ello, no
lo quieres. Estás dispuesto a tomar a un
trabajador porque es alguien con quien puedes contar. Eso será tu prioridad.
3. Lo que Dios quiere más que
todo es poder contar contigo. Te
juzgará, y te está juzgando, conforme a eso: ni por tus talentos, ni por tu
apariencia, ni tampoco por tus oportunidades.
4. ¿Puede él contar contigo por
ser un testimonio cristiano consistente ¿Puede contar contigo para servirle
constantemente, o sólo cuando te va bien?
5. Si quieres un trabajo en la
iglesia, tienes que haber demostrado que siempre se puede contar contigo. Si no, serás peor que inútil: llenarás un
lugar que alguien más fiel podría hacer.
¿Queréis tener ancianos que nunca sabréis si vendrán sin haber preparado
sus sermones o estudios cuando les toca?
¿Queréis a un maestro de escuela dominical que nunca sabéis si llegará a
la iglesia el domingo por la mañana para enseñar su clase? ¿Quisierais un
tesorero de la iglesia que nunca sabrías si podía pasar el año entero sin
ocuparse de los libros de contabilidad de la iglesia? (No quisierais tenerme a
mí como tesorero). ¿Queréis a alguien para presidir los cultos que a lo mejor
esté allí, pero posiblemente no esté al culto?
III.
HAY MUCHAS COSAS QUE NO PODEMOS JUZGAR PORQUE NO TENEMOS TODA LA
INFORMACIÓN v.5
1. Pensamos que sabemos tanto
sobre las personas, pero podemos equivocarnos
2. Alguna información
desconocida podría condenar a personas a quienes admiras; otras informaciones
exculparía a quienes quieres condenar No tenemos necesariamente toda la información
necesaria para saber juzgar.
3. No podemos juzgar basado en
lo que hemos oído decir
4. No podemos juzgar basado en
nuestras propias observaciones.
5. Por otro lado, tenemos que
basar nuestras acciones en ciertos juicios que hacemos. Pero nuestros juicios tienen que ser
tentativos, sabiendo que será Dios quien juzga por último.
IV.
ESOS JUICIOS IMPLICAN EL ORGULLO
v.6
1. Tenemos la tendencia a
compararnos a nosotros mismos con las personas a quienes juzgamos
2. Nos podemos por encima de la
persona En realidad, eso es lo que más divierte en rebajar a los demás: ¡hace
que parezcamos mejores a nuestros propios ojos!
3. el orgullo de pensar que
sabemos lo suficiente para juzgar y comparar
4. El orgullo de comparar a las
personas con nosotros (como si pudiéramos ser nosotros la norma)
5. Aun cuando comparemos a las
personas unos con otros demostramos orgullo.
Estamos orgullosos de las personas. Fue lo que preocupaba a Pablo en el
hecho que comparaban a Pablo con Apolo, con Pedro…. Ponían a las personas en un
pedestal
V.
LO QUE TENEMOS VIENE DE DIOS Y NO DE NOSOTROS MISMOS v.7
1. Eso debería impedirnos de
estar demasiado satisfechos de nosotros mismos
2. Ni nuestra salvación ni nada
más ha sido un logro nuestro
3. Por esa razón a Pablo no le
importaba que la gente le criticara a él
4. Por esa razón no deberíamos
hincharnos a nosotros mismos ni estar demasiados prontos para meternos por
encima de otros en nuestra propia estimación.
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