ÍDOLOS HUMANOS
Y DIVISIONES
1 Corintios 1:10-17
Una de las mayores causas de divisiones entre los cristianos hoy en día
es una énfasis desequilibrada en cuestiones secundarias. Y una de esas cuestiones secundarias que más
problemas causa es la tendencia a seguir a ídolos humanos. Algunos tienen sus predicadores preferidos, y
llegan a ser sus “hinchas”. Hay uno que
siempre tiene que ir a escuchar las conferencias de cierto predicador sobre la
profecía. Hay otro que está enganchado a
la teología de cierto predicador. A otro
creyente le gusta siempre escuchar cómo cierto predicador presenta el mensaje
de salvación. Algunos de esos
predicadores llegan a ser bien conocidos, y hasta algunos creyentes son
orgullosos por haber sido bautizado por cierto predicador, o bajo el ministerio
de cierto predicador. Si llegara una controversia entre algunos de esos
predicadores, entonces se hacen las líneas de batalla. ¡Se sabe de parte de quién es cada uno! ¿Pero dónde está Cristo en todo esto? ¿Dónde está el mensaje cristiano? ¿Dónde está la autoridad de la Palabra de
Dios?
Las divisiones son lamentables porque denotan:
- Una falta de esfuerzo por parte de los creyentes
- Una falta de entrega por parte de los creyentes
- Una idolatrìa por parte de los creyentes
- Un orgullo egoísta por parte de los creyentes
I.
UNA FALTA DE ESFUERZO POR
PARTE DE LOS CREYENTES "perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer”
(v.10).
1. Es necesario pensar y
reflexionar mucho para que las personas lleguen a tener un mismo parecer.
2. Ya vemos que Dios está
interesado en nuestro lado intelectual. (Romanos 12:2 la renovación de vuestro
entendimiento)
3. Eso implica un cierto
esfuerzo intelectual. Dios nos dio una
mente; debemos utilizarla.
4. Muchos somos, por
naturaleza, perezosos intelectualmente.
Nos es más fácil encerrarnos dentro de nuestras diferencias, que
trabajar para hallar un acuerdo.
5. Nos es más fácil condenar la
manera de pensar del otro que de entenderlo.
6. ¿Cómo tratas tus diferencias
con otro hermano? ¿Haces el esfuerzo para escucharlo y entender su punto de
vista aun cuando no estás de acuerdo?
Esta falta de esfuerzo
normalmente implica otro problema, que es:
II.
UNA FALTA DE ENTREGA POR
PARTE DE LOS CREYENTES "por el nombre de nuestro Señor Jesucristo" v.10
1. Es obviamente la voluntad
del Señor que estemos de una misma mente.
2. Eso no significa que estemos
de acuerdo en todos los detalles, pero sí que estemos de acuerdo en la cuestión
de cuáles cuestiones son lo más importante, y en aquellas cuestiones, estemos
de acuerdo.
3. Significa que estemos
conscientes de nuestra unidad en Cristo.
4. Significa que nuestra unidad
en Cristo es lo más importante, porque Cristo es importante.
5. La unidad de los cristianos
funciona como un triángulo, en el cual las dos extremidades de la base
representan a dos creyentes, y el vértice representa a Cristo. No puede haber movimiento a lo largo de la
base. Sólo por los dos otros lados. ¿En qué manera se acercarán más los dos creyentes
uno al otro? Acercándose al vértice, es
decir, a Cristo.
Pero, por otro lado, nos podemos
alejar de Cristo, y caer en el mismo pecado que los Israelitas de antaño,
porque la falta de unidad puede depender de…
III.
UNA IDOLATRÍA POR PARTE DE
LOS CREYENTES
“cada uno de vosotros dice: Yo soy de
Pablo y yo de Apolos y yo de Cefas y yo
de Cristo”
1. Cada cual tiene su
predicador preferido. (No hay nada mal
en apreciar las capacidades de enseñanza de cierta persona, pero nuestras vidas
no deben depender de, o girar en, aquellas personas).
2. Discutir sobre quién es el
predicador que tiene más valor, o que enseña mejor (Grau, Martínez, Burt) Hay ciertos hombres cuyos libros me gustan
leer, y otros a quienes me gusta oír predicar, porque hacen que la Palabra de
Dios sea tan clara. Pero no hace falta
que discutamos sobre ellos y que desarrollemos falsas lealtades.
3. A veces somos como peñas
alrededor de una estrella de música.
4. Gente que incluía a Cristo
en esto “y yo, de Cristo”, lo
rebajaba a ser algo como un ídolo humano en vez de ser Dios.
5. Además, implicaban que los
demás no son de Cristo
6. Las denominaciones hoy en
día: han sido nombrados por grandes
predicadores o por movimientos históricos.
Algunos insisten en llamarse simplemente “Cristianos”. Es lo mismo, y aun peor si están implicando
que son los únicos verdaderos cristianos.
7. El peligro de la idolatría
de héroes es que los héroes caen. ¿Qué
haremos entonces?
IV.
UN ORGULLO EGOCÉNTRICO POR PARTE DE LOS CREYENTES "Yo
soy de…" v.12; "no con sabiduría de palabras"
v.17
1. Algunos son tan hinchados de
su propia sabiduría que no están dispuestos a escuchar el otro lado de un
argumento.
2. Algunos son tan egocéntricos
que sólo les interesa su propia posición:
"¡Yo soy de... !"
3. Esto deshonra a Cristo
porque implica que buscamos nuestro propio honor.
4. Podemos ser orgullosos de
nuestra denominación; orgullosos de nuestra iglesia local; orgullosos por
nuestra posición teológica personal; orgullosos de cierto predicador a quien
escuchamos, especialmente si es bien conocido, etc.
5. ¿Cuál es tu gloria? Pablo se negó a gloriarse en otra cosa que en
Cristo crucificado; en el hecho que sus pecados eran perdonados.
6. Se dice que durante las
grandes controversias entre Wesley y Whitefield, en Inglaterra, el seguidor de
uno de ellos preguntó si pensaba ver al otro en el cielo. El predicador contestó: "No lo creo. Él será tan cerca de Cristo, y yo tan lejos
de Cristo, ¡que me costará verlo! Esto
es la actitud que tendríamos que imitar.
¿Cuál es tu actitud hacia otros creyentes que son
distintos de ti? Esa es la verdadera
prueba de tu actitud hacia Cristo. Nos
necesitamos mutuamente como creyentes.
Todos tenemos algo que podemos aprender del otro. Eso es algo que he aprendido desde que he
marchado de mi país. Cuando estaba en mi
primera iglesia como pastor en el Canadá, había dos otras iglesias evangélicas
en el pueblo. Una era Pentecostal, y la
otra era de las Asambleas de Hermanos. (Yo era pastor de una iglesia
Bautista). Estaba yo tan arrogante y
condescendiente hacia las dos otras iglesias que me avergüenza pensar en ello
hoy. ¡No adoptemos actitudes por las cuales habremos de pedir disculpas en el
cielo! No tenemos el monopolio sobre la
verdad, ni tampoco tenemos el monopolio
sobre la santidad.
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