Saturday, May 24, 2014

LA TEMPLANZA: NOVENO ASPECTO DEL FRUTO DEL ESPÍRITU



LA TEMPLANZA:
NOVENO ASPECTO
DEL FRUTO DEL ESPÍRITU
 "Mas el fruto del Espíritu es... templanza" (Gá. 5:22-23)

Lectura:  1 Co. 9:24-27

Proverbios 16:32 y 25:28

Definición:                  La palabra griega εγκράτεια, que viene de κρατoς, o fuerza, significa "control de sí mismo".

Es el aspecto del fruto del Espíritu con que tenemos más dificultad, porque implica la disciplina.  ¿A quién le gusta la disciplina?  En realidad, "mansedumbre" y "templanza" tienen algo en común, puesto que los exigen un control de sí mismo: manse­dumbre, frente a Dios, las circunstancias, y las personas; templanza, frente a sí mismo y sus deseos.

El fruto del Espíritu es la respuesta a las obras de la carne que vemos en Gálatas 5:19-21.  Incluidos en estas son: borracheras, y orgías (v.21).  Ahora, las orgías no son lo que pensamos ahora.  En otras traducciones, se trata de "excesos de la mesa"; o orgías de comer.  Los romanos ricos, en sus banquetes, comían todo lo que podían, y luego iban al vomitorio; después, volvían a comer todo lo que podían.  A mí me parece algo desagradable, pero esto es justamente el contrario exacto de la templanza.  No es necesario, sin  embargo, ir a tales extremos para no practicar la templanza.  Esto de escuchar siempre sus ganas, y satisfacerlas, ya es contrario a la templanza.  Por esto no está bien que un niño no pueda esperar a la hora de comer para satisfacer su apetito.  Si no recibe un control en la familia, tampoco aprenderá a controlarse a sí mismo.

I.                  La templanza es la respuesta del hombre a las exigencias de Dios  (Hch. 24:25).
1)             La justicia de Dios implica una cierta exigencia.  El control de sí es la respuesta necesaria a aquella exigencia: la disciplina que no hace lo que yo quiero, sino lo que Dios quiere.
2)             La templanza reconoce que la carne, el "yo", la tendencia natural, no actúa automáticamente conforme a la voluntad y la justicia de Dios.
3)             El ejemplo de Pablo, que trató duramente su cuerpo (1 Co. 9:27).
4)             Cuando tenemos el deseo de complacer a la carne, de exagerar en la satisfacción de nuestros gustos, o cuando nuestros gustos son contrarios a las normas establecidas en las Escrituras, debemos reconocer que somos llamados a padecer junto con Jesucristo, y no a complacer a todos nuestros deseos.  Hasta podemos armarnos del pensamiento de padecer en la carne (1 P. 4:1ss).

II.               La templanza es poner en práctica el conocimiento de Dios (1 P. 1:6).
1)             No basta el simple conocimiento intelectual de la Palabra de Dios.  La templanza, es (ponerla en práctica! (Stg. 1:22).  Sino, sería hipocresía.
2)             La templanza es el amor en acción.  "El amor es sufri­do... no busca lo suyo, no se irrita..." (1 Co. 13:4,5).
3)             La templanza es la puesta en práctica de la libertad.  En algún artículo de Pan Diario, leemos: "Ser esclavo de sus propios apetitos, es la peor esclavitud".

III.            La templanza es fruto del Espíritu (Gá. 5:22-23).
1)             Su importancia como testimonio de la gracia de Dios.  (Historia de un pastor que pesaba más de 150 kilos, y predicaba contra el uso de tabaco, de drogas, de alcohol.  Algunos jóvenes le dijeron que le harían caso si Dios le liberaba del abuso de la comida.
2)             Es el resultado de una comunión constante con Dios.  De "andar en el Espíritu, para no satisfacer los deseos de la carne".


¿Hasta qué punto te controlas?  ¿Hasta qué punto controlas tus acciones y tus reacciones?  ¿Sabes controlar lo que comes?  Para que tú controles estas cosas, es necesario que Dios te controle a ti.  Que él tenga señoría en tu vida.


No comments:

Post a Comment