Monday, May 19, 2014

LA BENIGNIDAD: QUINTO ASPECTO DEL FRUTO DEL ESPÍRITU



LA BENIGNIDAD:
QUINTO ASPECTO
DEL FRUTO DEL ESPÍRITU
  Mas el fruto del Espíritu es... benignidad
Gá. 5:22

                                                                  Col. 3:9-17
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable miseri­cordia, de benigni­dad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro.  De manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros” (Col. 3:12‑13).

Según el diccionario expositivo de la Biblia Vine, la palabra traducida como "benigni­dad" es aquella bondad del corazón que pasa a la acción.  No significa sólo bondad como cualidad, sino bondad en acción.  No se trata de aquella bondad que se expresa en indignación contra el pecado, puesto que está puesta en contraste con la severidad (Ro. 11:22) pero más bien en gracia y ternura y compasión.  Tiene el sentido de "amabilidad".  En verdad, buscando definiciones de "benigni­dad" y "bondad" me costó ver la diferencia.  Sí que diferencias hay.  Se dice que una habla de actitud del corazón, mientras la otra tiene que ver con acciones.  En este caso, trataremos las dos palabras como un solo tema.  Las dos tienen que ir juntos.

Ro. 11:22 nos da una explicación de la palabra por contras­tes:  "Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para conti­go...”  La bondad, aquí, es en contraste con la severidad de Dios.  

Me sorprendió mucho ver que la palabra griega que se traduce "benignidad" es la misma palabra que se encuentra en Ro. 3:12* Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”.  Está diciendo: *No hay quien haga benignidad”.   Nota que una de las razones por la cual la humanidad está condenada sin esperanza humana es su falta de benignidad.
Cada cristiano debería hacer muestra de la benignidad en su vida en la manera presentada por todo el Nuevo Testamento.

I.                  Cada cristiano debería hacer muestra de la benignidad en su vida, siguiendo el ejemplo de la benignidad de Dios
1)             1 P. 2:3 “Si es que habéis gustado de la benignidad del Señor”.    Ef. 2:7 *Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús”   Ti 3:4,5  “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia...
2)             Dios es bueno para con nosotros, y nuestra razón de ser en el mundo es demostrar a le gente que Dios es bueno.
3)             Ha sido bueno en la provisión de la naturaleza.
4)             Ha sido particularmente bueno en nuestra salvación.
5)             Es bueno en su providencia continua hacia nosotros.
6)            A veces podemos estar tentado de poner en duda su bondad o benignidad hacia nosotros.  Pero en Jeremías 29:11, dice: "Porque yo sé los pensamientos que tengo de vosotros,... pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis."
7)             Confía en la bondad de Dios, y trata de reflejarla en tu vida hacia otros, para demostrar que eres, en realidad, un hijo de tu Padre celestial que da a quien no lo merece.

II.               Cada cristiano debería hacer muestra de la benignidad en su vida, siguiendo el ejemplo de la benignidad de Pablo
1)             2 Co.6:6 "(nos recomendamos...) en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero...
2)             Para Pablo, su bondad y benignidad eran una carta de recomendación.
3)          No se trata sólo del ejemplo de Pablo, sino también de los demás apóstoles.  Confrontado con un mendigo cojo, estaban sin un duro.  Pero (Hch. 3:6) dijeron:  "lo que tenemos, te damos"  y le dieron la sanidad de sus pies.
4)          Nosotros no podemos dar siempre salud a alguien, pero podemos darle de nuestro tiempo, de nuestro animo: cosas en que no perderemos nada.  A veces una sonrisa, o un pequeño regalo:  una pequeñez;  cualquier cosa que demuestra a una persona que cuenta por algo en tu vida.
5)             Se trata de pensar en lo que los demás necesitan.  Booz fue así con Rut cuando estaba espigando en su campo. (Rut 2:8-16)
6)             Un conductor de tren llevaba una bolsa de carbón, y cuando pasaba cerca de cierto lugar en el campo, echaba las piedras de carbón lo largo de la vía.  Alguien le preguntó por qué lo hacía, y Jl explicó que había una anciana pobre a quien le faltaba dinero para comprar carbón para calentar su casa.  Siempre iba al lado de la vía para ver si alguna piedra de carbón hubiera caído.  Tenía la vista débil y no se había dado cuenta que los nuevos trenes funcionaban con gasóleo.
7)             ¿Estamos conscientes de las necesidades de los demás?

III.            Cada cristiano debería hacer muestra de la benignidad en su vida, andando en el Espíritu
1)             Col. 3:12,13 “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benigni­dad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia soportán­doos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro.  De manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”   Gá. 5:22 "Mas el fruto del Espíritu es... benignidad
2)      A veces no nos damos cuenta para quién hacemos una cosa.  Es decir seríamos bondadosos, benignos, según con quien tenemos que ver.  En el fin del siglo 18, el gerente de un hotel importante de la ciudad de Balti­more rehusó dar alojamiento a un hombre que estaba vestido como un cultivador, porque temía que su apariencia restaría categoría a su hotel.  Así, el hombre se marchó.  Más tarde, aprendió que el hombre había sido Thomas Jeffer­son, vicepresidente de los Estados Unidos!  Envió en seguida una tarjeta al patriota famoso, invitándole a una habitación gratis en el hotel.  Jefferson dijo al mensajero: "Dile que ya he tomado otra habitación.  Valorizo sus buenas intenciones, pero si no tiene lugar para un sucio cultivador americano, tampoco lo tiene para el vicepresidente de los Estados Unidos."
3)        Muy a menudo rehusamos demostrar bondad hacia el Señor cuando rechazamos a personas por sus circunstancias humildes.  Cristo puede estar en el niño pequeño que necesita atención, en la ama de casa que necesita ser animada, en el obrero frustrado que necesita que lo reconozcan.  Puede estar en la abuela en luto, el enfermo solitario que no puede salir, o en el vecino en sus dificultades.  “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” Jesús dijo.
4)             El Espíritu de Dios es incapaz de crueldad.  Ni siquiera hacia animales.  “El justo cuida de la vida de su bestia; mas el corazón de los impíos es cruel” (Pr. 12:10).  No se trata solamente de brutalidades físicas, sino de crueldad mental, mostrando desprecio hacia personas; dando nombres a las personas para rebajarlos, o asociar­los con algo o alguien desprecia­do.  Para animales, la crueldad es instintiva.  Para el mundo inconverso la crueldad es cosa común.  Pero para el creyente, la crueldad ha des cosa extraña:  nunca el Espíritu de Dios le dirigirá en eso.
5)             Si la benignidad y bondad es fruto del Espíritu, tenemos que cultivarlo, igual como cultivaríamos manzanas o melocotones o uvas.  Cuando un hombre llevó una herra­mienta al herrero para que hiciera una reparación, éste lo hizo, pero no quiso cobrar.  El hombre insistía en pagar, pero finalmente el herrero dijo:  "¡Oye, ¿no puedes dejar que un hombre haga algo de vez en cuando para ensanchar su alma?!"
6)             Necesitamos desarrollar una relación con Dios para que el Espíritu obre a través de nosotros, y necesitamos ejercer nuestras almas en la benignidad.

La benignidad y bondad, pues, no son cosa de temperamento.  Se trata del fruto del Espíritu.  No puedes decir simplemente:  "Eso no es mi estilo".  Cierto que lo puedes confesar si es verdad, pero entonces necesitas arrepentirte de esta actitud, y dejar que el Señor obre en ti.  Examinémonos a ver si estamos desarrollando la bondad en nuestras vidas.

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