LA BENIGNIDAD:
QUINTO ASPECTO
DEL FRUTO DEL ESPÍRITU
“Mas el
fruto del Espíritu es... benignidad”
Gá.
5:22
Col.
3:9-17
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y
amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de
mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a
otros si alguno tuviere queja contra otro.
De manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”
(Col. 3:12‑13).
Según el diccionario expositivo
de la Biblia Vine, la palabra traducida como "benignidad" es aquella bondad del
corazón que pasa a la acción. No significa
sólo bondad como cualidad, sino bondad en acción. No se trata de aquella bondad que se expresa
en indignación contra el pecado, puesto que está puesta en contraste con la
severidad (Ro. 11:22) pero más bien en gracia y ternura y compasión. Tiene el sentido de
"amabilidad". En verdad,
buscando definiciones de "benignidad" y "bondad" me costó
ver la diferencia. Sí que diferencias
hay. Se dice que una habla de actitud
del corazón, mientras la otra tiene que ver con acciones. En este caso, trataremos las dos palabras
como un solo tema. Las dos tienen que ir
juntos.
Ro. 11:22 nos
da una explicación de la palabra por contrastes: "Mira, pues, la bondad y la
severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad
para contigo...” La bondad, aquí, es en
contraste con la severidad de Dios.
Me sorprendió
mucho ver que la palabra griega que se traduce "benignidad" es la
misma palabra que se encuentra en Ro. 3:12* Todos se desviaron, a una se
hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera
uno”. Está diciendo: *No hay quien haga
benignidad”. Nota que una de las
razones por la cual la humanidad está condenada sin esperanza humana es su falta
de benignidad.
Cada cristiano
debería hacer muestra de la benignidad en su vida en la manera presentada por
todo el Nuevo Testamento.
I.
Cada cristiano
debería hacer muestra de la benignidad en su vida, siguiendo el ejemplo de la
benignidad de Dios
1)
1 P. 2:3 “Si es que habéis gustado de la benignidad
del Señor”. Ef. 2:7 *Para mostrar en
los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad
para con nosotros en Cristo Jesús” Ti
3:4,5 “Pero cuando se manifestó la bondad
de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por
obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia...”
2)
Dios es bueno para con nosotros, y nuestra razón de ser
en el mundo es demostrar a le gente que Dios es bueno.
3)
Ha sido bueno en la provisión de la naturaleza.
4)
Ha sido particularmente bueno en nuestra salvación.
5)
Es bueno en su providencia continua hacia nosotros.
6) A veces podemos estar tentado de poner en duda su
bondad o benignidad hacia nosotros. Pero
en Jeremías 29:11, dice: "Porque yo sé los pensamientos que tengo de
vosotros,... pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis."
7)
Confía en la bondad de Dios, y trata de reflejarla en
tu vida hacia otros, para demostrar que eres, en realidad, un hijo de tu Padre
celestial que da a quien no lo merece.
II.
Cada cristiano
debería hacer muestra de la benignidad en su vida, siguiendo el ejemplo de la
benignidad de Pablo
1)
2 Co.6:6 "(nos recomendamos...) en pureza, en
ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor
sincero...”
2)
Para Pablo, su bondad y benignidad eran una carta de
recomendación.
3) No se trata sólo del ejemplo de Pablo, sino también de
los demás apóstoles. Confrontado con un
mendigo cojo, estaban sin un duro. Pero
(Hch. 3:6) dijeron: "lo que
tenemos, te damos" y le dieron la
sanidad de sus pies.
4) Nosotros no podemos dar siempre salud a alguien, pero
podemos darle de nuestro tiempo, de nuestro animo: cosas en que
no perderemos nada. A veces una sonrisa,
o un pequeño regalo: una pequeñez; cualquier cosa que demuestra a una persona
que cuenta por algo en tu vida.
5)
Se trata de pensar en lo que los demás necesitan. Booz fue así con Rut cuando estaba espigando
en su campo. (Rut 2:8-16)
6)
Un conductor de tren llevaba una bolsa de carbón, y
cuando pasaba cerca de cierto lugar en el campo, echaba las piedras de carbón
lo largo de la vía. Alguien le preguntó
por qué lo hacía, y Jl explicó que había una anciana pobre a quien le faltaba
dinero para comprar carbón para calentar su casa. Siempre iba al lado de la vía para ver si
alguna piedra de carbón hubiera caído.
Tenía la vista débil y no se había dado cuenta que los nuevos trenes
funcionaban con gasóleo.
7)
¿Estamos conscientes de las necesidades de los demás?
III.
Cada cristiano
debería hacer muestra de la benignidad en su vida, andando en el Espíritu
1)
Col. 3:12,13 “Vestíos, pues, como escogidos de Dios,
santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de
humildad, de mansedumbre, de paciencia soportándoos unos a otros, y perdonándoos
unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De manera que Cristo os perdonó, así también
hacedlo vosotros” Gá. 5:22 "Mas el
fruto del Espíritu es... benignidad”
2) A veces no nos damos cuenta para quién hacemos una
cosa. Es decir seríamos bondadosos,
benignos, según con quien tenemos que ver.
En el fin del siglo 18, el gerente de un hotel importante de la ciudad
de Baltimore rehusó dar alojamiento a un hombre que estaba vestido como un
cultivador, porque temía que su apariencia restaría categoría a su hotel. Así, el hombre se marchó. Más tarde, aprendió que el hombre había sido
Thomas Jefferson, vicepresidente de los Estados Unidos! Envió en seguida una tarjeta al patriota
famoso, invitándole a una habitación gratis en el hotel. Jefferson dijo al mensajero: "Dile que
ya he tomado otra habitación. Valorizo
sus buenas intenciones, pero si no tiene lugar para un sucio cultivador
americano, tampoco lo tiene para el vicepresidente de los Estados Unidos."
3) Muy a menudo rehusamos demostrar bondad hacia el Señor
cuando rechazamos a personas por sus circunstancias humildes. Cristo puede estar en el niño pequeño que
necesita atención, en la ama de casa que necesita ser animada, en el obrero
frustrado que necesita que lo reconozcan.
Puede estar en la abuela en luto, el enfermo solitario que no puede
salir, o en el vecino en sus dificultades.
“De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis
hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” Jesús dijo.
4)
El Espíritu de Dios es incapaz de crueldad. Ni siquiera hacia animales. “El justo cuida de la vida de su bestia; mas
el corazón de los impíos es cruel” (Pr. 12:10). No se trata solamente de brutalidades
físicas, sino de crueldad mental, mostrando desprecio hacia personas; dando
nombres a las personas para rebajarlos, o asociarlos con algo o alguien
despreciado. Para animales, la crueldad
es instintiva. Para el mundo inconverso
la crueldad es cosa común. Pero para el
creyente, la crueldad ha des cosa extraña:
nunca el Espíritu de Dios le dirigirá en eso.
5)
Si la benignidad y bondad es fruto del Espíritu,
tenemos que cultivarlo, igual como cultivaríamos manzanas o melocotones o
uvas. Cuando un hombre llevó una herramienta
al herrero para que hiciera una reparación, éste lo hizo, pero no quiso
cobrar. El hombre insistía en pagar,
pero finalmente el herrero dijo: "¡Oye,
¿no puedes dejar que un hombre haga algo de vez en cuando para ensanchar su
alma?!"
6)
Necesitamos desarrollar una relación con Dios para que
el Espíritu obre a través de nosotros, y necesitamos ejercer nuestras
almas en la benignidad.
No comments:
Post a Comment