Friday, August 29, 2014

Apocalipsis 11:15-19

Apocalipsis 11:15-19

Vemos aquí la soberanía de Dios, el juicio de Dios, y la adoración que se le debe a Dios.

I.                    La soberanía de Dios sobre las naciones
1.                  “El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo”  (Eso contradice el movimiento de « Jesús sólo »)
2.                  v.18  Las naciones se enfurecieron, la ira de Dios ha venido
3.                  v.19  el templo de Dios en el cielo se ha abierto : relámpagos, voces, truenos, terremoto, fuerte granizada  (todo eso está en la tierra)
4.                  Es Dios quien reina sobre las naciones. Isaías 40 :17  « Todas las naciones ante El son como nada, menos que nada e insignificantes son consideradas por El. »
5.                  La Primera Guerra Mundial convenció a las naciones que un tal conflicto terrible nunca debería volver a producirse. Entonces formaron la Liga de las Naciones para servir de árbitro en los conflictos. Pero ganó el egoísmo de las naciones, y vino la Segunda Guerra Mundial. Se formó la Organización de Naciones Unidas, con aún más poder. Pero no tuvo más éxito. Dicen que al final del siglo 19, dos escritores franceses fueron a ver al científico, Pierre Berthelot. Éste era considerado como “profeta”, que predecía algunos de los armamentos del siglo 20. Él les dijo : “Sólo hemos empezado el alfabeto de la destrucción”. Después de un silencio, uno de los escritores habría dicho: “Pienso que antes de que venga ese momento, Dios aparecerá como un gran guardia o portero, con sus llaves al cinturón, y dirá ‘Señores, es la hora de cerrar’ ” Es dramática ver la destrucción que las naciones causan en el mundo con sus guerras, pero no es nada en el plan de Dios. Es él quien declarará el fin, y no las naciones. « ¡Las naciones se enfurecieron, y vino tu ira»

II.                 El juicio de Dios
1.                  v.18   Los muertos son juzgados, los que sirven a Dios son recompensados
2.                  « destruir a los que destruyen la tierra» (v.18)  Podríamos comentar aquí sobre la cuestión ecológica, pero también podemos pensar en las dudas que muchos son tentados a entretener cuando ven a los malos que salen con lo suyo, y bastante bien.  Y ven a las víctimas inocentes de su maldad. Gente corrompida, con caminos torcidos, destruyen las vidas de personas inocentes. Tenemos que reconocer que ¡todavía no hemos terminado el libro! Dios se encargará al final de recompensar a los justos y destruir a aquellos que destruyen.

III.               La adoración que se debe a Dios.
1.                  Los 24 ancianos se postran sobre sus rostros y adoran a Dios
2.                  Son agradecidos por el hecho que Dios haya tomado las riendas de la tierra.


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