Apocalipsis 11:15-19
Vemos aquí la soberanía
de Dios, el juicio de Dios, y la adoración que se le debe a Dios.
I.
La soberanía
de Dios sobre las naciones
1.
“El
reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo” (Eso
contradice el movimiento de « Jesús sólo »)
2.
v.18 Las naciones se enfurecieron,
la ira de Dios ha venido
3.
v.19 el templo de Dios en el cielo se ha abierto :
relámpagos, voces, truenos, terremoto, fuerte granizada (todo eso está en la tierra)
4.
Es Dios quien
reina sobre las naciones. Isaías 40 :17
« Todas las naciones ante El
son como nada, menos que nada e insignificantes son consideradas por El. »
5.
La Primera
Guerra Mundial convenció a las naciones que un tal conflicto terrible nunca
debería volver a producirse. Entonces formaron la Liga de las Naciones para
servir de árbitro en los conflictos. Pero ganó el egoísmo de las naciones, y
vino la Segunda Guerra Mundial. Se formó la Organización de Naciones Unidas, con
aún más poder. Pero no tuvo más éxito. Dicen que al final del siglo 19, dos
escritores franceses fueron a ver al científico, Pierre Berthelot. Éste era
considerado como “profeta”, que predecía algunos de los armamentos del siglo
20. Él les dijo : “Sólo hemos empezado el alfabeto de la destrucción”. Después
de un silencio, uno de los escritores habría dicho: “Pienso que antes de que
venga ese momento, Dios aparecerá como un gran guardia o portero, con sus
llaves al cinturón, y dirá ‘Señores, es la hora de cerrar’ ” Es dramática ver
la destrucción que las naciones causan en el mundo con sus guerras, pero no es
nada en el plan de Dios. Es él quien declarará el fin, y no las naciones. « ¡Las naciones se
enfurecieron, y vino tu ira! »
II.
El
juicio de Dios
1.
v.18 Los muertos son juzgados, los que sirven a
Dios son recompensados
2.
« destruir a los que destruyen la tierra» (v.18) Podríamos comentar aquí
sobre la cuestión ecológica, pero también podemos pensar en las dudas que
muchos son tentados a entretener cuando ven a los malos que salen con lo suyo,
y bastante bien. Y ven a las víctimas inocentes de su
maldad. Gente corrompida, con caminos
torcidos, destruyen las vidas de personas inocentes. Tenemos que reconocer que
¡todavía no hemos terminado el libro! Dios se encargará al final de recompensar
a los justos y destruir a aquellos que destruyen.
III.
La adoración
que se debe a Dios.
1.
Los
24 ancianos se postran sobre sus rostros y adoran a Dios
2.
Son
agradecidos por el hecho que Dios haya tomado las riendas de la tierra.
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