Monday, September 1, 2014

Apocalipsis 12 :1-12 La Mujer, el Dragón, y el Niño


Apocalipsis 12 :1-12

La Mujer, el Dragón, y el Niño

v.1       La mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.   ¿Quién es?  Según Génesis 37:9-10, sería Israel.

v.2       Está de parto, y con dolores de alumbramiento..
Podríamos ver a Jesús, o a todos los santos, que somos « la posteridad de Abraham ». Quizá lo podremos determinar luego. Los dolores: Israel a padecido mucho todo lo largo de su existencia.

v.3       El gran dragón rojo, con siete cabezas, diez cuernos, y siete diademas sobre las siete cabezas. Será seguramente Satanás (Apoc. 20:2)

v.3       ¿Las cabezas, los cuernos, los diademas?  - Las diademas representan el hecho que él reina. Los cuernos representan el poder. Hasta ahora, en Apocalipsis, hemos visto que los números 7 y 10 parecen servir para demostrar la plenitud, lo completo. Algunos prefieren, en este caso, o al menos cuando tratan de “la bestia”, más adelante, ver un número exacto de países. Por eso, cuando la Comunidad de Europa consistía en diez países, solían considerar que se trataba de eso. Pero no creo que Satanás tenía más poder allí que en América.

v.4       Su cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra.   Muchos intérpretes consideran que esto representa la idea que Satanás, o Lucifer, habría arrastrado una tercera parte de los ángeles con él en una rebelión contra Dios. Es posible, pero no se puede demostrar. La única otra interpretación sería de haber arrastrado una tercera parte de la nación de Israel.

v.4       El dragón se para delante de la mujer que debe dar a luz, para devorar al niño una vez que naciera.  Si la mujer es Israel, y si el niño es Jesús, y, por extensión, todos aquellos que están en cristo, entonces podemos ver los esfuerzos de Satanás de oponerse a Israel y destruirla antes de que naciera Cristo, y también el esfuerzo de destruirlo después de su nacimiento (ver el complot de Herodes).

v.5       Nace el hijo, y él está llevado a Dios y a su trono. Aquí podríamos ver a Cristo en su ascensión.

v.6       La mujer huye al desierto… alimentada durante mil doscientos sesenta días.  Aquí el paralelo no es tan fácil de encontrar. No vemos que Israel haya sido protegido. Es obvio que los mil doscientos sesenta días no es literal. Por otro lado, en la epístola a los Romanos, y en Gálatas, vemos varias veces textos que se refieren a la Iglesia como siendo la verdadera continuación de Israel según Dios. Por tanto, esto podría referirse a la iglesia que es protegida por Dios a pesar de la persecución. Han intentado hacer desaparecer la iglesia desde su principio; ha tenido que huir a menudo, pero ha sido protegida. En el contexto, no  veo otra interpretación posible, aunque algunos sugieren que pasan dos mil años, o más entre los versículos 5 y 6. (No me parece una interpretación válida).

Unas lecciones que podemos sacar de este texto:

I.                   El conflicto es cosa normal v.4, 7
1.                  Hasta en el cielo hubo guerra
2.                  Satanás siempre se ha opuesto a Dios y a todo lo que le pertenece
3.                  Satanás se opone al pueblo de Dios
4.                  Ya que ha habido oposición en el cielo, ¡no hay que sorprenderse que la haya en la tierra! vv.9, 12b, 17

II.                El objetivo de Satanás es Jesús v.4b
1.                  Si nos odia, es porque pertenecemos a Jesús
2.                  Sepamos que en toda prueba, toda tentación que podamos tener, se trata de un ataque de satanás, no contra nosotros, sino contra Jesús
3.                  Es por eso que él acusa a quienes pertenecen a Jesús, día y noche v.10b

III.             La protección que Dios nos da v.5-6, 14-16
1.                  Así como llevó a su Hijo, protege a la mujer en el desierto
2.                  Él provee a nuestras necesidades

IV.              La fuente de nuestra victoria vv.10-11
1.                  La sangre del cordero – lo que fue hecho por nosotros
2.                  La palabra de su testimonio – la confesión pública de nuestra fe
3.                  No amando sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte – la consecuencia práctica de nuestra fe
                       a.      Atención: eso no significa que no tengamos ningún sentimiento de miedo ante la muerte. Es natural. Somos creados así. Sino, tomaríamos toda clase de riesgos estúpidos, y el suicidio sería mucho más fácil. Pero en nuestras elecciones, elegimos el temor de Dios ante el temor de la muerte.
                       b.      Se trata, pues, de comparación.


Por tanto, armémonos para la batalla, sabiendo que ¡ya está ganada!

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