UN MENSAJE DE PASCUA
En una vieja edición del Pan Diario en inglés, leemos un comentario
interesante sobre Marcos 15:29-30. "Y
los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Bah! tú que derribas el templo de Dios y en tres
días lo reedificas, sálvate a ti mismo, y desciende de la cruz." El
escritor comenta que antes de que nosotros hoy en día juzguemos a aquellos que
pasaron delante del Crucificado con indiferencia, o aun con burlas, deberíamos
considerar qué es nuestra actitud hacia él.
Porque hay:
Aquellos que quieren una
cruz sin Cristo.
Aquellos que quieren un
Cristo sin cruz.
Aquellos que no quieren
ni a Cristo ni la cruz.
Creo que tanto en este texto como en otros por todo el Nuevo Testamento
podemos encontrar unos pensamientos sobre estos tres grupos de personas. Lo que debemos hacer esta mañana es
examinarnos a nosotros mismos a ver si algo en nuestras vidas se acerca a estas
actitudes.
I. HAY AQUELLOS
QUE QUIEREN UNA CRUZ SIN EL CRISTO v.29-31
1. Algunos se acercaron para ver los sufrimientos de
los crucificados: una curiosidad sádica.
2. Aquellos que son simplemente indiferentes.
3. Aquellos hoy en día que tienen una atracción
supersticiosa a la cruz como un símbolo.
Esto está invadiendo nuestras iglesias evangélicas hoy en día.
4. "Es posible reverenciar un símbolo sin
reverenciar al Salvador. Algunos pueden
aguantar en la mano una cruz miniatura hecha de madera u oro, pero aquel
símbolo nunca expiará ni un sólo pecado.
Es Cristo sólo que redime nuestras almas con su sangre preciosa. La determinación del apóstol a Corinto era
"no saber entre vosotros cosa alguna
sino a Jesucristo, y a él crucificado" (1 Co. 2:2).
5. Con todos nuestros símbolos y actos religiosos,
aunque sean evangélicos, ¿qué lugar
tiene la persona de Cristo en nuestras vidas?
II. HAY AQUELLOS
QUE QUIEREN A UN CRISTO SIN CRUZ v.30 (Marcos 8:31-33)
1. Los judíos querían un conquistador y no un cordero
que muriera.
2. Como en el caso de Caín, un sacrificio muerto no
significaba nada para ellos.
3. No querían la cruz porque no se veían como
pecadores necesitados.
4. A Pedro no le gustó la cruz porque no estaba
dispuesto a tomar su cruz, y con todo eso quería seguir a Cristo - ¡pero sin cruz!
5. Muchos quieren salvar a las personas sin la cruz.
i
Hoy en día
muchos quieren salvar a las personas con el ejemplo de Cristo.
ii
Otros quieren
salvar a las personas con las enseñanzas de Cristo.
iii Sienten que el mensaje de pecado y condenación y
muerte es demasiado negativo: no ayuda a la gente; es una banalidad pasada que
les hunde. Y sin embargo es todavía el
único mensaje que salva.
iv Hemos de cuidarnos en nuestro propio testimonio a
la gente, recordando que Cristo no sólo nos hizo sentir bien con su aceptación
amorosa de nuestras personas, y enseñándonos buenos principios. Nos salvó de nuestros pecados por su muerte
en la cruz. No se trata sólo de aceptar
a Cristo, sino que Cristo murió en la cruz para que Dios pudiera aceptarnos a
nosotros.
6. Es a la cruz, sin embargo, que nuestros pecados
pueden ser perdonados, y la justicia de Dios satisfecha al mismo tiempo. Porque si nosotros fuéramos perdonados y
permitidos a entrar en el Cielo por medio de una injusticia, no sería muy
satisfactorio. Habría hecho que el Cielo
fuera algo menos que el Cielo. Pero a la
cruz, Dios pudo satisfacer Su justicia, y echar su justa ira sobre el
pecado. Y eso es lo que a muchos les
cuesta admitir. Muchos no están
dispuestos a mirar a su pecado como siendo algo que requiere la ira de Dios
como respuesta por causa de la justicia de Dios.
7. La experiencia de Barrabás, mientras esperaba la
ejecución: Jesús tomó su lugar. Eso es
nuestra experiencia.
8. ¿Qué es la cruz para ti? ¿Has puesto tu confianza en Cristo que murió
en la cruz para pagar por tus pecados, como siendo la única manera en la cual
puedes ser aceptado por Dios?
III.
HAY AQUELLOS
QUE NO QUIEREN NI A CRISTO NI LA
CRUZ (Lucas 19:14 "No
queremos que éste reine sobre nosotros"). v.29 "le injuriaban".
1. Aquellos que rechazan a Cristo, - es que no
quieren que un Señor resucitado reine sobre ellos.
2. Muchos insisten en pensar a Cristo como siendo un
hombre muriendo en una cruz. Pero ya no
está allí. Ni tampoco está en la
tumba. ¡Ha resucitado! ¡Para salvar y para
reinar sobre nosotros!
3. La razón por la cual muchas de las iglesias
supuestamente protestantes de hoy en día rechazan la realidad de la
resurrección, es porque rechazan al mismo Cristo.
4. No se trata de un problema intelectual. Hay más pruebas de la resurrección de Cristo
que las hay del reino de Napoleón Bonaparte.
Se trata de la voluntad. Un
rechazo al mismo Cristo por la voluntad de esa gente.
5. El mismo Cristo resucitado volverá a aparecer un
día, para juzgar a los vivos y a los que son muertos. Verán a Aquél que han herido, y se
lamentarán, como lo promete Zacarías. Lo
verán en su gloria y sabrán a Quién rechazaron.
6. Cuando los apóstoles oyeron el mensaje: "¡Ha
resucitado!" les costó creerlo.
Pero pronto fueron convencidos. y esto es el mensaje que repartieron por
toda la tierra en una sola generación. Esa es la esencia del evangelio; esa
es la esencia de Cristo. Quien rechaza
la resurrección corporal de Cristo rechaza al mismo Cristo.
¿A qué
crees? ¿Qué es tu evangelio? ¿Es un evangelio de sentimientos sólo? ¿Un evangelio de conveniencia? ¿Un evangelio de respetabilidad? ¿Un evangelio de símbolos? ¿O has sido
convencido por el mismo Espíritu Santo de la verdad de Cristo crucificado y
resucitado? Eso es el único evangelio
que salva. Debemos examinar también lo
que estamos comunicando a los demás. Sí,
hemos de compartir lo que Cristo ha hecho por nosotros: es nuestro testimonio
personal. Pero las personas necesitan
ser recordado una y otra vez, y no sólo en Semana Santa, de que Cristo murió en
la cruz para salvarles de sus pecados, y que resucitó de los muertos: Él es
Señor. Será más convincente, obviamente,
si es evidente que Él es Señor de tu vida.
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