ÉXODO 4:2
“¿Qué es eso que
tienes en la mano?”
Cada creyente debe consagrar
todos sus esfuerzos al servicio de Dios en la circunstancia en que se halla
ahora por las razones implicadas en Éxodo 4:2 y Efesios 1:3-14.
A
veces creemos que no estamos en las mejores circunstancias. No sabemos qué
hacer: Otra persona hubiera tenido que hallarse en esta circunstancia. Pensamos
que no tenemos lo necesario para hacer la voluntad de Dios en nuestra
circunstancia. En la realidad, creemos a veces que nuestra situación es un
desastre. Sin embargo, una mirada a estos tres textos bíblicos nos mostrará lo
contrario: Ex. 4:2; Nú. 26:2; Ef. 1:3-14.
I. Dios nos ha equipado con los instrumentos
necesarios Ex. 4:2
1.
Moisés tenía una vara. No era mucho, pero entre las
manos de un hombre dirigido por Dios bastaba para la tarea.
2.
En las pruebas, hay la promesa de la provisión de Dios.
1 Co. 10:13
3.
Tu instrucción, tus talentos, tus posesiones, tu
dinero, no valen más que la vara de Moisés. Sin embargo, si te pones a la
disposición de Dios, verás lo que él puede hacer en esta situación con tu vida.
4.
¿Acaso Dios habrá hecho un error, olvidando dejarte el
instrumento adecuado?
II. Dios nos ha dado las fuerzas necesarias Nú. 26:2
1.
Israel tenía unos millares de hombres. No era mucho
para vencer contra decenas de naciones. Sin embargo, con Dios, bastaba. Se ha
dicho con verdad que Dios más uno siempre hace la mayoría. (Eliseo pide al
Señor que abra los ojos de su servidor para ver a los ángeles)
2.
Si te sientes muy solo, puede ser que eso es
exactamente lo que Dios quiso para ti, porque quiere hacer algo especial
contigo así.
3.
Este pequeño grupo que somos es exactamente lo que hace
falta para llevar el evangelio a toda nuestra ciudad y toda nuestra región.
III. Dios ha hecho de nosotros las personas ideales por
la circunstancia en que nos encontramos. Ef. 1:3-14
1.
¿Te consideras un fracaso en tu situación? Recuerda:
¡Dios no hace fracasos!
2.
Cuando Dios nos eligió antes de la fundación del mundo,
ya lo sabía todo acerca de nosotros. (1 P. 1:2). No hay sorpresas para él.
3.
Conociendo de antemano nuestros fracasos, nuestros
fallos, y nuestras desobediencias, nos elijo para salvación “para la alabanza
de la gloria de su gracia” (Ef. 1:16) y “para buenas obras” (Ef. 2:10). Por tanto, podemos saber que dios tiene
trabajo para nosotros, y que lo podemos hacer.
La vida
cristiana es una gran aventura. Podemos ir adelante con el Jefe Supremo,
sabiendo que no puede haber otra cosa que la victoria ante nosotros. Hay obras
maravillosas que hacer, y Dios nos ayudará.
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