HOMBRES DE FE
Génesis 15:6 “Y creó (Abram) al Señor, y le fue contado
por justicia.”
¿Cuáles fueron los
elementos de la fe de Abram?
Véase Romanos 4:1-3 y
Hebreos 11:8-10, 16
¿Tienes dificultad en
confiar en personas? ¿Te cuesta creer que las personas no te engañan? Obviamente,
siendo realistas, sabemos que muchas personas nos pueden engañar; que no
podemos confiar siempre en lo que nos dicen. Pero desgraciadamente, habiendo
aprendido esa dura lección, ¡a veces nos cuesta, como consecuencia, confiar en
Dios!
I. Confiando
en su persona como lo hizo Abram (Gé. 15:6)
1. Romanos 4-3
Confió en el carácter del Señor. Eso le fue contado para justicia.
2. La confianza empieza con una relación con una
persona. Así podemos escucharlo y desarrollar una confianza cada vez más
grande.
II. Confiando
en su palabra como lo hizo Abraham
1.
Creó a la
palabra del Señor. Sabía que el Señor no le mentiría.
2. Una confianza que le hizo obedecer a lo que oía.
(He.11:8;16)
3. Si creemos que Dios es digno de confianza, y si
creemos lo que él nos dice, entonces haremos lo que él nos indica.
III. Confiando
para lo extraordinario como lo hizo Abram
1. Los dos, avanzados en edad, sin posibilidades de
procrear, paro creó que Dios haría lo imposible.
2.
Si es algo
que Dios ha prometido, entonces él lo hará, aun que parezca imposible. Si creemos esto, tendremos paz hasta en los
momentos más angustiantes, ya que si él no cambia la situación, es porque él
cree que la situación debe ser así.
IV. Confiando
para el futuro como lo hizo Abraham
1. Se satisfizo en vivir en tiendas mientras esperaba
la promesa futura (He. 11:9-10)
2. No fue una fe para enriquecerse o tener cosas para
él mismo.
3. Su fe no miraba hacia las cosas terrenales. (Gé.
14:21-24)
V. Confiando
sólo en lo que prometió el Señor, como lo hizo Abram
1. Abram no buscó las promesas del rey de Sodoma.
2. Abram no creía que todo tenía que ir bien para él.
3. De nuestros días, muchos hombres quieren darnos
promesas de parte del Señor, que el Señor nunca hizo.
a) Algunos lo hacen erróneamente
i.
Creen que
Dios quiere que todos los creyentes fieles prosperen
ii. Creen que Dios no desea que suframos
iii. No entienden el valor de las pruebas (Job, I Pedro)
b) Otros lo hacen deliberadamente, con malas
intenciones.
i.
Quieren
enriquecerse con falsas promesas engañosas del evangelio de prosperidad. Gá. 1:8)
c) Nosotros tenemos la responsabilidad de saber
discernir la diferencia entre las promesas que Dios ha hecho en su palabra, y
las promesas que los hombres, que sean bien o mal intencionados, ponen en boca
de Dios por medio de torcer la Palabra de Dios.
Así como creyentes, al
ejemplo de Abram, somos llamados a ser hombres y mujeres de fe. De fe en lo que Dios ha prometido en su
Palabra. Y para esto, tenemos la responsabilidad de conocer bien su palabra.
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