Thursday, March 27, 2014

Génesis 31:1-8; 17-26; 38-42 El engañador engañado; el huido huye de nuevo


Génesis 31:1-8; 17-26;  38-42

El engañador engañado; 
el huido huye de nuevo

Cuando leemos los capítulos en Génesis sobre la vida de Jacob, nos cuesta simpatizar con este hombre, porque vemos todas las malas cosas que hizo; vemos sus engaños y su avaricia. Y tendríamos la tendencia de condenarlo, sólo que Dios no lo hace, así que debemos reconocerlo también como siendo un hombre de Dios. Recordemos que Jacob estuvo creciendo, exactamente como nosotros.

I.              Aprendemos que lo que huyamos en un lugar, tendremos que hacerle frente en otro. (Además, todavía tendrá que hacer frente a Esaú)
1.           Huyes el conflicto, hallarás conflicto en otra parte.
2.           Huyes la humillación, serás humillado por otra parte.
3.           Huyes las dificultades económicas, tendrás que hacerlas frente en otra parte.

II.           Aprendemos cuando vivimos por el engaño, acabamos por ser víctimas también del engaño
1.           El engaño nunca parece tan malvado cuando lo hacemos nosotros como cuando somos notros las víctimas.
2.           Solemos justificar el engaño en nuestro caso “Bien,” decimos, “fue la única manera en que podría conseguir lo que quería” o “Sólo fue un pequeño engaño”.
3.           ¡Que extraño que no conseguimos hacer excusas por otra persona que nos engaña!

III.        Aprendemos que Dios obra en las vidas de personas muy imperfectas, y cuando eso va conforme a sus planes, les hace prosperar
1.           Jacob prosperó muchísimo, no porque era más justo, sino porque eso iba bien en el plan de Dios.
2.           Dios nos utiliza, también, no porque hemos llegado a una madurez perfecta, sino porque entiende que nuestro corazón le pertenece.
a)            Abraham y Agar
b)           Abraham en Egipto, y otra vez con Abimelec
c)            Abraham acepta que Agar tenga que huir.
d)           Sin embargo, Abraham tenía fe en Dios, y Dios le utilizó.  Tenía un corazón por Dios.
e)            En la misma manera Dios entendía que lo que había hecho Jacob, que era mal, fue hecho por la fe en las promesas de Dios; valorizaba la bendición del Señor.  Sufrió por el mal que hizo; fue bendecido por su fe.
f)      Usted también llevará las consecuencias de sus acciones, pero por la fe, puede beneficiar de la gracia de Dios.


Esto nos anima a saber que Dios quiere también obrar por medio de nosotros, con todas nuestras imperfecciones. Claro, nuestros errores traerán consecuencias nefastas, pero eso no impedirá que Dios trabaje con nosotros.

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