I Timoteo 1:12-20
Olvidando el pasado,
¡Peleemos la buena batalla!
¡Peleemos la buena batalla!
¿Puede imaginar que alguien de su
pasado, que pensaba haber olvidado, viniera a presentarse delante de usted, en
público, y le recordara algunas de sus antiguas necedades? ¿Se sentiría avergonzado?
¿Humillado? ¿Intimidado? Pablo no lo había sido: él reconocía abiertamente su
pasado, no lo justificaba, pero él sabía que el Señor también lo sabía, y que
él lo había borrado. Y así podía servir al Señor con la cabeza alta.
Recuerden que Pablo escribe este
testimonio sobre el fondo de sus comentarios relacionados a los falsos maestros
que ponían el énfasis en fábulas y genealogías – cosas que son inútiles. Porque
esas cosas inútiles hacen que los mismos creyentes sean inútiles, mientras lo
que dice Pablo aquí hace que los creyentes sean muy útiles: les capacita para
llevar a cabo el plan de Dios en sus vidas, sin que su pasado, u otra cosa
cualquiera, les pueda impedir.
Propósito del sermón :
Que los creyentes entiendan que
nada en su pasado puede impedir que Dios les utilice hoy y que él lleve a cabo
su plan de amor en sus vidas.
Jer 29:11 “Porque
yo sé los planes que tengo para vosotros--declara el SEÑOR-- planes de
bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.” El
pueblo a quien Jeremías profetizaba, también había fallado seriamente. Se había
rebelado contra Dios muchas veces.
Todo creyente puede ser utilizado
por el Señor a pesar de los errores y de las faltas cometidas en el pasado, si
sigue los principios reflejados en I Timoteo 1 :12-20.
I. ¡Hay que reconocer que nuestra utilidad no
viene de nosotros! vv.12-14
1. Pablo se acuerda de su pecado pasado y de su
ignorancia
2. Es consciente de la misericordia de Dios
3. Tenemos talentos y dones que Dios nos ha
dado
4. Tenemos cualidades personales
5. Tenemos la capacidad de hacer grandes
esfuerzos
6. Todo esto es manchado por nuestra naturaleza
pecaminosa además de los pecados particulares que hemos cometidos en nuestras
vidas.
7. Sólo Dios puede hacer que seamos personas
que harán una verdadera diferencia alrededor nuestro. Por eso necesitamos
buscar el rostro de Dios en nuestras vidas individuales
II.
Si queremos ser útiles, hay que ser
maravillado de lo que Dios hace en nosotros
vv.13, 14, 16, 17
1. ¿Se ha sentido maravillado, pasmado, alguna
vez por algo? Recuerdo una noche cuando estaba acampado en las montañas
Laurencianas en el Quebec, que vi las luces boreales por primera vez. Fue una
demostración magnífica. Tuve la impresión de ver varios colores. Largas lenguas
de luz que bailaban por el cielo de un lado a otro en la noche. Fue asombrosa, ¡cortaba la respiración! Aun
si en aquel tiempo yo no tenía ninguna relación con el Creador, estuve
maravillado al pensar que alguien pudiera haber creado todo aquello.
2. Pablo se muestra maravillado del hecho que
Dios lo haya escogido para hacer el ministerio que hace
3. Él ve el efecto extraordinario de la gracia
de Dios.
4. John Newton nunca dejó de ser asombrado al
pensar en la gracia de Dios hacia él (su historia). Sublime Gracia = ¡Gracia extraordinaria, pasmoso,
increíble!
5. ¿Le maravilla a usted, el pensar que Dios le
haya escogido a usted, para que formara parte de su familia gloriosa, y para
que usted le sirviera aquí en la tierra?
III.
Para ser útiles, hay que creer que si Dios pudo
bendecir a Pablo, también le puede bendecir a usted v. 15
1. ¿Se ha fijado en que muchas de las hazañas
físicas que se han llevado a cabo por la primera vez en la historia, pronto son
repetidas por otras personas? Es que la gente no tenía ninguna idea de que se
podría hacer tal cosa antes de haberlo visto hacer por primera vez. Después de
haberlo visto, son motivados de esforzarse aún más.
2. Cuando Pablo habla de pecadores, no
se está poniendo por encima de ellos : « de
los cuales soy el primero » v.15
3. Nunca debemos olvidar que el propósito del
Salvador es salvar a los pecadores. Podemos sentirnos tentados a despreciar a
aquellos que llevan estilos de vida que son destructivos. Pero Jesús, que nunca
había pecado, “tuvo compasión de la
muchedumbre”. No vino para condenar a la gente, sino para salvarlos. En vez
de condenar a los demás, deberíamos decir: “¿Quién soy yo para condenarlos
cuando Dios tuvo tanta misericordia hacia mí?” Dios se complace en utilizar a pecadores
perdonados y transformados para alcanzar a otros pecadores.
4. En una antigua edición de la versión inglesa
del Pan Diario, hay la historia de un borracho en Chicago que se dirigía hacia
el Lago Michigan con la intención de ahogarse. Al andar, titubeante, delante de
la Pacific Garden Mission, alguien lo agarró y le hizo pasar por la puerta
abierta. Se calló dormido en el asiento, sin oír nada de lo que decía el
predicador. Pero el administrador de la misión, compasivo, lo cuidó, le dio una
cama, y le explicó el evangelio la mañana siguiente. En aquel día, Harry Monroe
fue transformado por la gracia de Dios. Más adelante, éste iba a predicar el
Evangelio en la misma misión donde una vez había dormido en un estupor
alcohólico. El señor Monroe acabó siendo el administrador de la misión, y
cuando murió, aquello costó todo el día para dar tiempo a todos a pasar delante
de su tumba. Un artículo en un periódico seglar de Chicago lo describió como
habiendo sido uno de los hombres más útiles de la ciudad de Chicago. ¿Qué es lo
que hizo la diferencia? El mundo no habría echado de menos a ese derelicto sin
dinero si hubiera saltado en el lago, ¡pero Dios veía un gran valor en él!
5. Dios no utilizó a Pablo por ser él un hombre
extraordinario. Igualmente, usted no necesita ser una persona extraordinaria
para que Dios le utilice. Sólo hay que tener a un Dios extraordinario.
Es necesario, pues, por la fe, pelear la buena batalla. ¡Adelante! La gracia de Dios hacia Pablo es una razón
para que Timoteo, y usted y yo, avancemos al servir a Dios, ¡peleando la buena
batalla! ¡Estamos en guerra, en una pelea, y somos todos combatientes! Esa
pelea es para la salvación de otros pecadores como nosotros. Al mismo tiempo es
una pelea contra nuestros propios pecados. Es una pelea para poder hacer la
voluntad del Señor. No podemos dejarnos estorbar por nuestro pasado, debemos
más bien dar eso al Señor, ¡para poder pelear en la batalla que él nos confió
para hoy! Jer 29:11 “Porque yo sé los planes que tengo para
vosotros--declara el SEÑOR-- planes de bienestar y no de calamidad, para daros
un futuro y una esperanza.”
No comments:
Post a Comment