I Timoteo 2:9-15
“Asimismo que las mujeres …”
Hay todo
un debate en el mundo evangélico en lo que se refiere al ministerio de la mujer.
Hay dos lados de ese debate : los “complementarianos”, y los “igualitarianos”.
Los “complementarianos” consideran que el hombre y la mujer, aunque sean
iguales, se completan uno a otra, sin tener las mismas funciones : que el
hombre tiene claramente el papel de liderazgo en la iglesia, mientras la mujer tiene
otras funciones. Es la postura en la cual las mujeres no deben enseñar a los
hombres, o ser pastor o anciano en la iglesia. Los igualitarios consideran que
la mujer, siendo completamente en igualdad con el hombre en Cristo, no tiene
ninguna restricción en lo que se refiere al ministerio: Lo que puede hacer el
hombre, la mujer puede hacer también, y eso incluye ser pastor o anciano en la
iglesia. Los dos lados del debate comparten el mismo punto de vista en lo que
concierne la igualdad de la mujer en Cristo.
Me parece
que el debate generalmente da vueltas alrededor de la interpretación de este
texto. Aunque ese texto tiene algo que decir sobre el tema, es posible que haya
sido abusado – por los dos lados de la discusión. Es decir, el propósito de
Pablo aquí no era necesariamente resolver este argumento, sino tratar otro
problema que existía en la iglesia de Éfeso.
Una
cruzada contra la implicación de la mujer en la iglesia sería contraria al
espíritu de Cristo. Vance Havner dijo verdad, al afirmar: “Una buena mujer es lo mejor del mundo. Las mujeres fueron las
últimas a alejarse de la cruz, y las primeras a llegar a la tumba. La iglesia
tiene todo una deuda hacia esas fieles mujeres que nunca podría estimarse, sin
hablar de la deuda que tenemos en nuestros hogares hacia las esposas y madres
piadosas.”
Es obvio
que el propósito de Pablo expresado en esta epístola es que las personas sean
salvas, y que nada obstaculice la predicación de las buenas nuevas. Es lo que vemos en el contexto de toda la epístola.
En el capítulo 1, habla de varias doctrinas y obsesión que son nocivas a la
proclamación del evangelio. Al principio del segundo capítulo habla de la
importancia de la oración con este mismo propósito, y trata el problema que
algunos hombres oren, pero con malos motivos.
I.
Las mujeres deben ser un testimonio que glorifica
al Señor
1.
Las mujeres
necesitan aprender a poner más énfasis en su carácter que en su manera de
vestirse. (Aunque los hombres también exageran a veces en su apariencia, eso
parece ser, generalmente, más una tentación para las mujeres).
2.
Noten que no
está prohibiendo el llevar estas cosas, decoraciones, etc., pero que estas
cosas no deben ser su atracción « ¡no tanto esto, sino aquello! » ataviarse
= decorarse. Se las puede preguntar,
¿cuál es su decoración en este momento? ¿Pusieron el acento en lo externo, o
sobre el interno? Nadie les recordará por la manera que decoraron su exterior,
pero sí que se acordarán de su carácter.
3.
Parece
también hacer alusión a algunas mujeres que querían llamar la atención de otra
manera. Algunas se tomaban una autoridad que no las pertenecía.
a.
Mujeres que querían enseñar a los demás. Al
capítulo 5, Pablo hablará una vez más de las mujeres, quejándose de algunas jóvenes
viudas que, « aprenden a ser
ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también
chismosas y entremetidas, hablando lo que no debieran. » (Me imagino que hablaba de iglesias en casas).
Eso nos hace preguntar si algunos de los problemas mencionados en el primer capítulo
no estuvieran relacionadas hasta cierto punto con esas jóvenes viudas. Porque se ha comentado que parece hablar del
mismo problema en Tito 1 :9-11.
b.
El peligro de ser alejado del evangelio por
Satanás, para aquellas jóvenes viudas que son ociosas, chismosas, y se meten en
asuntos ajenos, ese peligro era apartado cuando se casaban, tenían hijos, y
administraban sus hogares (1 Tim. 5:13-15). En la misma manera, las mujeres son
salvadas/protegidas/guardadas al tener hijos porque eso refleja una expresión
práctica de sus buenas obras, que contradicen la falta de modestia, de
tranquilidad y de engaño (1 Tim. 2:10; 5:10). La lista de características en
las cuales las mujeres son llamadas a perseverar es paralela a la preocupación
más extendida para que todos mantengan un carácter y un estilo de vida que sea
conforme al evangelio (1 Tim. 1:5; 2:2, 15; 4:12; 6:11).
c.
¿Es posible para una mujer enseñar? Vemos que
Priscila y Aquila trabajaron juntos para enseñar a Apolo en los caminos del
Señor. Las hijas de Felipe profetizaron. Pablo habla de varias mujeres como
siendo co-obreras, o colaboradoras suyas. ¡Parece obvio que las mujeres tienen
algo que decir! Pero la expresión en el griego implica un presente continuo. Es
como si dijera: « No permito que la mujer siga enseñando y
siga ejerciendo dominio sobre los hombres». En otras palabras, se trata
aquí de una práctica continua, y no de una enseñanza ocasional según la
necesidad.
d.
« En silencio » - significa « de manera apacible,
tranquila » - Es la misma palabra utilizada en II Tes. 3 :12. « sosegadamente,
coman su propio pan » o «trabajando
tranquilamente, coman su propio pan». ¡No significa que no deben decir palabra!
e.
« Ejercer
dominio » = « controlar, dominar, obligar, influenciar, asumir autoridad
de si-mismo, demostrar su autoridad (de manera arrogante) ». En otras
palabras, parece que se trata aquí de una autoridad que no sea sana.
4.
Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere
en fe, amor y santificación con modestia. (1
Timoteo 2:15). Hay varias interpretaciones ofrecidas para este texto:
- Esas mujeres serían
salvas por el nacimiento de un niño, es decir, el nacimiento de Cristo.
- Estarían protegidas
en el hecho de dar a luz.
- Por el hecho de dar
nacimiento a niños recibirían gloria eterna.
- Es al tener niños
que una mujer halla la verdadera felicidad, y así influencia a la
humandidad a traveés de sus niños, y no enseñando a adultos.
- Sería salvada de
una vida inútil, ya que no puede ser líder en una iglesia.
5.
« Pero
se salvará… » ¿Qué significa ser salvo, aquí? Véase I Tim. 4 :16
«Ten cuidado de ti mismo… persiste … haciendo
esto, te salvarás a ti mismo, y a los que te oyeren » ¿Habla de la
salvación en el mismo sentido que hablamos nosotros de la salvación? ¿Como si
Timoteo no fuera salvo ya? No. Se trata aquí de « proteger », y
« librar del mal ». La palabra « salvar » no tiene siempre
automáticamente el mismo significado.
Pero, basta de hablar de las mujeres. Hablemos un
poco de los hombres, también.
II. Los hombres
deben tomar su responsabilidad
1.
« Porque Adán fue formado primero, después
Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, engañada, incurrió en
transgresión. » v.13-14. ¿Estaría
Pablo implicando aquí que la mujer es inferior porque fue creada en segundo
lugar, y que ella sería la responsable de traer el pecado en el mundo? Sin
embargo ese mismo Pablo, en Romanos, capítulo 5, hace muy claro que es por un
hombre, Adán, que el pecado entró en el mundo. Creo que hay que ir a ver en Génesis,
capítulo 3 para saber de qué está hablando. « tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así
como ella. ». Parece que todo lo largo de la tentación, su marido
estaba allí cerca de ella, ¡pero no intervino! Él dejó que su mujer tomara las decisiones.
Abdicó su responsabilidad. Y parece que eso es el problema en muchas familias y
en muchas iglesias hoy en día. ¡El hombre descuida y deja su responsabilidad! Y Pablo está intentando corregir esto. Me parece que está utilizando esto como una ilustración,
más que un argumento para rebajar a la mujer.
2.
Los hombres
que no quieren hacer nada parecen ser divididos en dos extremos malsanos. Los
unos son muy relajados, miran cómo lo hacen las mujeres, que van por delante, y
se dicen : « Pues, que lo hagan ellas, - ¡seguro que lo hacen mejor!
Y además, ¡la religión es cosa de mujeres! » Los otros se sienten incómodos con la
situación, y critican el hecho que las mujeres se ponen delante. ¡Pero ellos,
no hacen nada! (¡Porque cuando los hombres ponen manos a la obra, generalmente
no tienen mucho que preocuparse de que las mujeres estén haciendo demasiado!)
3.
Así que
hombres, ¡sean hombres! Pongan manos a la obra! Tomen el liderazgo, tanto en
sus hogares como en la iglesia, - actúen conforme a lo que creen : que no
hay nada mejor que consagrar su vida, y su tiempo, al Señor. La mayoría de las
mujeres estarán muy felices de seguirles!
Que se trate de hombres o
de mujeres, estoy convencido que el Señor no nos llamó a una guerra entre los
sexos, ni a una lucha de poder. Nos llamó todos a que le sirvamos con celo, en toda
humildad, con el propósito que su reino se extiende donde vivimos, y en el
reste del mundo. Hombres, en vez de preocuparse de que las mujeres toman
demasiado lugar, pónganse a servir al Señor de todo corazón, poniendo sus
intereses personales de lado, o al menos dejando lugar a Jesús en medio de esos
intereses. Mujeres, en vez de preocuparse del hecho que no las dejan servir al
señor en una manera o en una otra, recuerden que es al señor que sirven, y no a
ustedes mismas. Así, aprovechen las oportunidades que ya tienen para servirlo.
Dios las utilizará, y las reconocerá en su gloria. Elizabeth Elliot, una mujer
que fue mucho utilizada por el Señor, dijo : “Es en la sumisión
voluntaria, en vez que en una capitulación de mala gana, que la mujer en la
iglesia (que sea casada o soltera) y la esposa en el hogar, encuentran su
realización.”
Lo que el Señor quiere de cada uno de nosotros, es
que nuestras vidas sean completamente consagradas en sus manos.
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