Teniendo Cuidado
1 Timoteo 4:16
"Ten
cuidado de ti mismo y de la doctrina (enseñanza); persiste en ello, pues
haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyen".
Vemos
dos aspectos aquí del "ten cuidado" para el obrero cristiano. Solemos hacer mucho hincapié en la segunda
parte, y con razón. Si un obrero,
llamado a enseñar la Palabra de Dios, descuida esa enseñanza, ¿qué está
haciendo en el ministerio?
Pero
igualmente importante, y aún más, es la parte "Ten cuidado de ti mismo".
Porque si el vehículo está estropeado, el producto no llegará en buen
estado tampoco. Aquí el vehículo es el
obrero, y el producto es la enseñanza.
Bien
sabemos que si somos llamados a enseñar la Palabra de Dios, somos llamados de
ser modelos de esa enseñanza. Y no hay
nada que pueda hacer más daño que si el modelo de la enseñanza bíblica se
muestre indigno de alguna manera.
A veces
podemos pensar que somos invencibles: el obrero no puede caer. Tiene una protección especial de Dios. Pero si fuera así, no habría el aviso de
tener cuidado a nosotros mismos.
Que no tengamos una idea
demasiada alta de nuestra fidelidad.
Como obreros, como pastores del redil, somos también ovejas con las
mismas debilidades que las demás ovejas.
¿En qué
manera debe el obrero cuidarse?
I. En su relación íntima con Dios
1)
La facilidad de llegar a ser tan ocupados en las cosas de Dios que no
tiene tiempo para Dios
2)
El peligro de ser tan "acostumbrados" a la Palabra de Dios
que la lee como un libro de estudio, pero no para beneficiar personalmente de
sus maravillas
3)
El peligro de ser tan acostumbrados a orar
"profesionalmente" que cuando ora personalmente, sigue orando por los
miembros de la iglesia, y para cosas "grandes" pero sin presentar su
propia vida interior a Dios.
4)
Es importantísimo que nosotros como obreros reservemos un tiempo a solas
con el Señor en que durante unos momentos olvidemos que somos
"obreros", y que tratemos con el Señor como cualquier oveja del
redil, necesitado de una mejor relación con él.
Personalmente estoy luchando en esa área, y necesito crecer en ello.
II. En su relación con su familia
1)
No se trata de decidir cuál es la prioridad: el ministerio o la
familia. Las dos son prioritarias, y no
se trata de hacer una lista vertical de prioridades. No es "uno" u
"otro". A veces una cosa es
prioritaria, a veces otra, según la circunstancia.
2)
Es bueno involucrar la familia en su ministerio, pero no
"utilizar" la familia para el ministerio.
3)
Por otro lado, si el obrero descuida las necesidades espirituales y
emocionales de su familia, está olvidando una parte importante de su
ministerio.
4)
¿Llegamos al punto en que tenemos que poner un tiempo para la esposa o
para los hijos en la agenda de trabajo?
5)
Hay que reservar tiempo en el día y en la semana para estar con la
familia. Sino, la familia puede acabar alejándose no sólo del servicio
cristiano, sino del mismo Señor, sintiendo que él les ha robado el padre y
marido.
III. En su relación con el pecado y
el otro sexo
1)
El obrero cristiano tiene ciertas tentaciones que otros no tienen:
i
A veces es admirado por algunos del otro sexo por ser al frente,
visible, en posición de liderazgo
ii A veces es apreciado por alguien
del otro sexo por haber sido de ayuda
iii A veces es objeto de compasión
por alguien del otro sexo por sus dificultades en el ministerio
iv A veces una persona del otro
sexo siente que el obrero, por su formación, la comprende mejor que su marido
la comprende
v El obrero no tiene la protección
del "profesionalismo" del psicólogo o consejero profesional.
2)
El obrero cristiano debe tomar ciertas precauciones
i
Aun que es bueno y necesario tener amistades especiales dentro de la
iglesia, hay que cuidar de que esas amistades no sean exclusivas ni tampoco
acaparantes.
ii Cuando hay tales amistades, hay
que tener el doble de cuidado de no hacer actividades con la mujer de la otra
pareja.
iii Siempre llevar a su mujer, u a
otra persona, si hay que visitar a una mujer.
Nunca debe estar a solas con una mujer.
iv Debe cuidar de su propia actitud
cuando tiene que ver con otra mujer, haciéndose las preguntas siguientes, que pueden
identificar puntos de peligro:
a)
¿Suelo cuidar más mi aspecto cuando sé que ella estará presente?
b)
¿Me siento algo decepcionado cuando ella no está presente? ¿Por qué?
c)
¿Tengo la impresión de ser la única persona que puede comprenderla, y
ayudarla?
d)
¿Siento que es una persona que me comprende mejor que mi mujer?
3)
El obrero cristiano debe huir toda posibilidad de caer,
sentimental o físicamente, en una relación especial con otra mujer. Es un área en que debe tener miedo a su peor
enemigo: si mismo.
i
"Huye también de las pasiones juveniles" (2 Ti. 2:22) esta
exhortación fue dirigida a un obrero experimentado que tenía más de 40 años. Si
no se ofendió él, tampoco debemos ofendernos nosotros.
ii Un diácono en una iglesia tenía
una reputación "impecable". Amaba a su mujer, y era buen padre de
familia. Su mujer tuvo una recaída de
cáncer, cuando él pensaba que el Señor la había sanado completamente. Mientras
ella moría, una pareja cristiana, buenos amigos suyos, vino para prestar apoyo,
y la mujer de la pareja ayudó a cuidar de la enferma. Pocos meses después de la muerte de su mujer,
el diácono se había juntado con la otra mujer, destrozando una familia, y su
propio testimonio.
iii Un joven pastor evangélico tuvo
una excelente relación con una pareja clave en su iglesia. Ellos le ayudaban económicamente, y las dos
parejas pasaron mucho tiempo juntos. Su
trato con la mujer de la otra pareja era como con una hermana, una hermana de
sangre. Pero con el tiempo, parece que
eso cambió, y él tuvo que dejar su iglesia por haber caído en pecado sexual.
4)
Como obreros, debemos cultivar amistades en la iglesia, pero más de una
amistad. Debemos cultivar otras
también. Y, además, tener cuidado de no
pasar demasiado tiempo con las amistades, haciéndonos de vez en cuando, como
chequeo, las preguntas sobre nuestras actitudes que hemos mencionado arriba.
El obrero, que sea pastor, anciano, diácono,
misionero, tiene una importancia en el redil del Señor. Dios se interesa en cuidarlo y guardarlo para
utilizarlo mejor. Pero hay también otro
que le da importancia: Satanás. En una
conferencia una vez Pablo Martínez comentó una entrevista que una cristiana
tuvo con un líder de una iglesia satanista de Amsterdam. Resulta que en aquella iglesia hacían
reuniones de oración - a Satanás, por cierto, y que en su lista de temas de
oración tenían las familias de los líderes cristianos, pidiendo la destrucción
de la vida familiar.
"Ten
cuidado de ti mismo y de la enseñanza."