ABIMELEC
o
EL
AFÁN DE DOMINAR
Jueces
9:1-7
La historia
de Abimelec es una historia de política.
Una historia de política regionalista, e interesada. Una clase de política que no debe existir
entre el pueblo de Dios.
La historia
de Abimelec nos habla de un afán de un liderazgo que contrasta radicalmente con
el liderazgo que Jesús presentó en Marcos 10:35-45 - el liderazgo que está allí
para servir.
I.
EL AFÁN DE LIDERAZGO
Jueces 9:1-3
1.
Abimelec fue a su familia y a sus vecinos en Siquem
2.
Jacobo y Juan fueron a Jesús Mr 10:35-37, 40
3.
Es mejor pedir a Dios que a los hombres: es más honrado,
y el resultado generalmente sale mejor.
II.
EL COSTE DEL LIDERAZGO
Jueces 9:4-6
1.
Para Abimelec costó la vida de sus 70 hermanos y
quienquiera se opusiera
2.
Para los que serían líderes con el Señor, cuesta su
propia vida. Mr 10:38-39
3.
Hay una diferencia entre sacrificarse a sí mismo para los
intereses del Señor y de los demás, y sacrificar a otros para sus propios
intereses.
4.
Puede ser la diferencia entre sacrificar tu reputación o
sacrificar la reputación de los demás. O
puede ser una cuestión de comodidad.
III.
EL PROPÓSITO DEL LIDERAZGO Jueces 9:2b y 6
1.
Para Abimelec, era un propósito interesado; ser rey;
enriquecerse; tener más poder; dominar.
2.
Para Jesús, era servir Mr 10:45
3.
Para nosotros, ha de hacerse más pequeño, y engrandecer a
otros Mr. 10:42-44
4.
No se trata de dominar, o tener señoría, sino para
cumplir con la tarea que el Señor ha
dado 1 P. 5:1-4
El estilo de
liderazgo del Señor, el liderazgo cristiano, es muy distinto del liderazgo del
mundo. Es la diferencia entre el
servicio y el egoísmo. La diferencia
entre glorificarse a sí mismo y glorificar al Señor. No debemos hablar en contra de los que nos
gobiernan, o difamarles, pero sabemos que muchos de los que gobiernan son
acusados de corrupción; de enriquecerse mediante su posición, o adelantar sus
propósitos personales enriqueciendo a otros que pueden ayudarles. No creo que debemos necesariamente creer
todas las acusaciones de corrupción sin más.
Por otro lado, sabemos que es la manera del mundo. Es la manera del hombre. Cuando alguien tiene una posición de poder
sobre otros, la gran tentación, que se pone cada vez más fuerte, es aprovechar
de ello personalmente. ¿Que lección hay
para nosotros? ¿Para cualquier creyente? Es que debemos analizar constantemente
nuestras motivaciones en cualquier cosa: ¿por qué lo hago? ¿Para mis propias ventajas? ¿O para servir en la causa del Señor, y
servir a los demás?
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