LA LLAMADA DE GEDEÓN
Jueces
6:1-24
Es
triste ver cómo el pueblo de Israel volvió siempre a pecar contra el
Señor, olvidando sus caminos, y adorando
a falsos dioses. Un pueblo que fue creado para la victoria, tuvo que vivir
siempre en la derrota. La razón por esto
no era sus circunstancias, sino su corazón rebelde.
Hoy
en día es también triste ver la Iglesia de Dios sufriendo derrota tras derrota
por sus infidelidades. No es que Dios
sea demasiado pequeño. Es que el pueblo
de Dios no permanece fiel a su primer amor.
Es un pueblo infiel, adúltera, reemplazando la adoración del señor por
la admiración de las cosas del mundo; la contemplación de su Palabra por la
contemplación de sus deseos personales.
Por
otro lado, es alentador ver cómo el señor siempre intervenía con misericordia
para liberar a su pueblo de los problemas que ellos mismos habían causado. Nosotros también tenemos esta misma
esperanza. Si nos arrepentimos, y clamamos
al señor, podemos contar con su ayuda.
I. La imagen de un pueblo derrotado vv.1-13
1. La culpa es suya, y no de Dios v.1; vv. 7-10
2. Están en la defensiva
3. Su trabajo es en vano
4. Gedeón está tratando de esconder lo que cosecha v.11
5. Cuando los cristianos viven una vida de derrota no pueden
tomar la ofensiva contra el enemigo.
Hacen lo menos posible: y esperen no perder terreno ante el enemigo. No evangelizan, y se preocupan por el estado
de la Iglesia. Les parece que son cada
vez más débiles, y tienen razón.
6. Aun cuando sacamos algo bueno, lo guardamos escondidos, como
Gedeón; escondemos nuestra fe y testimonio.
No queremos que se burlen de nosotros.
II. Un encuentro con Dios
vv. 11-23
1. Dios responde a la llamada de Israel v.7
2. Aunque les hace saber su culpa, les ofrece una solución
3. Es el Señor quien toma la iniciativa
4. Gedeón está allí con sus dudas y complejos v.13
5. Al final, sólo puede adorar v.22
6. Lo que necesitamos nosotros es un encuentro con Dios. No basta con escondernos dentro de nuestra
ortodoxia o nuestra supuesta rectitud.
7. Es un encuentro con Dios que cambiar< toda nuestra
situación.
8. Para nosotros, un encuentro con Dios consiste a menudo en
conocernos a nosotros mismos, reconocer nuestro fallo, nuestra derrota, y dejar
que Dios nos hable.
III. Un encuentro provechoso
1. Un altar: lugar de adoración
2. Un altar: lugar de memoria
3. Un encuentro con Dios, por lo exaltante que sea, no sirve de
nada si olvidemos enseguida. O si no
cambiamos nuestra manera de ser como resultado.
4. Que tengamos, cada uno de nosotros personalmente, este
encuentro con Dios, y que saquemos provecho de ello.
Nosotros
sabemos qué es la derrota. O al menos es
de esperar que lo reconozcamos. Aquí en
Alcañiz, la iglesia ha estado viviendo una derrota desde no sé cuánto
tiempo. Pero esto no es lo que Dios
quiere de nosotros. Quizá estemos
clamando a Dios. Pues Dios también está
llamando a nosotros. En alguna parte,
deberíamos tener un verdadero encuentro con él.
Lo necesitamos. Un encuentro que
cambia nuestras vidas, y que cambia la vida de la iglesia. Pero para esto, necesitamos reconocer nuestra
necesidad.
No comments:
Post a Comment