GEDEÓN
Y EL ÍDOLO
Jueces
6:25-34
En el libro
de Jueces, las dos personas a quienes más espacio se dedica son Gedeón y
Sansón. Es que estos dos hombres son los
que más tienen que enseñarnos. Gedeón
ocupa los capítulos 6, 7, y 8 del libro de Jueces.
El capítulo
6 nos habla de la preparación para su victoria sobre el enemigo. En los 24 primeros versículos podemos ver su
condición y su llamamiento por Dios.
Ahora en los versículos 25-34 vemos la parte imprescindible de cualquier
victoria otorgada por Dios: la purificación, desechando a los ídolos.
I.
Es necesario derribar los antiguos altares v.25
1.
No pueden operar juntos Dios y Baal.
2.
No pueden andar juntos la luz y las tinieblas.
3.
La necesidad de la separación para servir a Dios, para
tener su bendición (2 Co. 6:14 - 7:1).
4.
La necesidad de tomar una posición. Estar por el Señor implica necesariamente
estar en contra de todo otro que se levante como un dios. Por esta razón estoy en contra de
cualquier religión o creencia que intente poner a otro salvador que Jesucristo;
que intente poner otro mediador o mediatrix.
¿Cómo podría ser por Jesucristo, sin ser en contra de todo suplantador?
II.
Es necesario levantar un nuevo altar.
1.
No basta con quitar el altar de Baal y de Asera.
2.
Jesús enseñó sobre el peligro de un vacío en Lucas
11:24-26. "El postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero".
3.
Urge la adoración al Señor.
4.
Por esta razón la plenitud del Espíritu en Efesios 5:18
viene acompañado con la música y de la adoración cristiana de Efesios 5:19.
III.
Es necesario hacer frente al peligro del cambio
1.
El temor de Gedeón: quiso hacerlo de noche.
2.
¡Mejor hacerlo de noche que no hacerlo!
3.
La oposición de la gente local: demuestra que Gedeón tuvo
razón de temer. (Los templos de Baal
eran los mayores lugares de desenfreno sexual del mundo: la gente no quiso perder
eso).
4.
No nos preocupemos si alguien prefiere hacer una
"profesión de fe" en secreto.
Si es verdadera, habrá derribado los falsos altares de su vida, y todo
saldrá a la luz. Tendrá eventualmente
que hacer frente a la oposición del mundo, de una manera u otra.
5.
La defensa de su padre.
IV. Es necesario tener la plenitud del Espíritu
1.
¡Qué mejor preparación para servir al Señor que tener la
plenitud del Espíritu!
2.
Con el Espíritu de Dios sobre él, era invencible.
3.
No se podía hundir el Titánico - pero se hundió; dependía
de su estructura física. La Armada
española era invencible: pero se destruyó - porque dependía de su cualidad y
organización humana. Lo que hace
invencible no es humano, sino lo
sobrehumano. Si andamos en el Espíritu,
el enemigo no puede ganarnos, por lo más débiles que seamos.
Gedeón tuvo
que depender del Señor. Tuvo que quitar
los falsos dioses, las falsas bases de confianza, y reemplazarlas con
Dios. Todavía tendrá que aprender mucho
en cuanto a confiar en Dios, pero Dios, que es paciente, se lo enseñará poco a
poco. No pide de nosotros más de lo que
tenemos, pero nos pide que estemos dispuestos a aprender de él.
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