EL VELLÓN DE LANAJueces 6:34-40
Hemos visto
en el pasaje anterior cómo Gedeón obedeció a Dios y derribó los altares de Baal
y de Asera. Sabía que había tenido un
encuentro directo con Dios. Por esta
razón estaba capaz de mostrar un cierto valor.
Pero ahora llegaba la hora de prueba.
Tenía que enfrentarse a los enemigos temibles de Israel: los madianitas,
que habían aterrorizado al pueblo desde años. Antes, necesitaba asegurarse una
vez más de que el Señor estaría con él.
Francamente, tenía miedo. No era
muy distinto de nosotros. Le daba miedo
hacer cosas así. ¡Pero las hizo!
Recordemos
que el Señor, tras haberle manifestado su presencia en una manera indiscutible,
le había protegido tras haber derribado los altares del pueblo. Ahora, sin embargo, Gedeón necesitaba más
pruebas. Lo que nos anima a nosotros es
ver cómo Dios fue paciente y condescendiente para con él. Esto nos anima a creer que lo será con
nosotros, aun cuando no nos autoriza a pedir señales parecidas.
I.
El acceso al pueblo
vv. 34-35
1.
Cuando tocó el cuerno, vinieron los abiezeritas. Eso era su propio pueblo - seguramente la
prueba más difícil para él. Ellos habían
querido matarlo poco antes. Además, les
era familiar - ¿por qué reunirse bajo su estandarte?
2.
Cuando envió mensajeros a tres tribus más, vinieron a su
encuentro. A pesar del hecho que no lo
conocían.
3.
Este acceso hacia el público era algo que sólo Dios podía
darle. Sino, no habría pasado nada. Trata tú de reunir a gente de varias
provincias de España. ¡Buena suerte!
4.
Este acceso al pueblo era una prueba de que el Espíritu
del Señor estaba con Gedeón.
5.
Podemos estar seguro de que si Dios nos manda a hacer
algo y lo hacemos, él estará con nosotros para llevar el proyecto a cabo.
II.
El primer vellón
1.
El atrevimiento de Gedeón. “Si has de salvar a Israel por mi mano, como
has dicho” v.36. Si tomamos estas
palabras literalmente se trata de blasfemia.
“Como has dicho” implica que Dios podría haber mentido.
2.
Sin embargo, estoy seguro que el mismo Gedeón habría sido
duro con cualquiera que dijera que Dios podía mentir.
3.
Es una cosa creer que Dios es fiel. Es otra cosa sentir que Dios es
verdad. Es una cosa creer que Dios está
presente con nosotros. Es otra cosa sentir
que Dios está presente con nosotros.
4.
Dios sabe que como seres humanos, especialmente para
llevar a cabo grandes empresas, necesitamos sentir.
5.
“Y si alguno de vosotros falta de sabiduría, pídala a
Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Stg
1:5). "Pero pida con fe" (v.6). Es interesante que Gedeón es contado entre
los hombres de fe en Hebreos 11:32.
6.
Lo que en Gedeón nos parece una falta de fe era, en
realidad, un acto de fe. Tuvo la fe para
acercarse a Dios, y esa es la fe que vale.
¿La tenemos nosotros?
III.
El Segundo Vellón
v.39
1.
Dios le había contestado en una manera notable. Pero hay un problema con esas señales que
pedimos. Más adelante, en momentos
difíciles, vendrá la pregunta: ¿y si era fortuita? ¿si me he engañado?
2.
Gedeón quiso no sólo estar seguro ahora, sino sentirse
muy seguro más adelante cuando podría tener razones para dudar.
3.
Yo a menudo he luchado con la idea de basar la fe en los
sentimientos. La fe basada en
sentimientos no es muy sólida: no es duradera.
4.
Pero eso no significa que los sentimientos sean
malos. A veces necesitamos esos
sentimientos para fortalecer nuestra capacidad de acción en momentos difíciles.
5.
No es por nada que
aun en el Nuevo Testamento, los apóstoles experimentaron señales, como una casa
que empezó a temblar después de que oraran a Dios.
6.
Por esta razón Gedeón pide otra señal a Dios, esta vez
una señal opuesta a la primera, para asegurarse de que no se haya
engañado con alguna cosa accidental. Gedeón está consciente de que se está
pasando aquí: "¡No se encienda tu ira contra mí!" Gedeón tiene cierta
confianza en la gracia de Dios, y esto es lo más importante. Está desarrollando una relación de un hijo
con su Padre. Esto a veces es mucho más
importante que el ser correcto en todas las demás cosas.
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