Apocalipsis
20:11-15
El
Juicio Final
Si bien la primera parte
de este capítulo de Apocalipsis es el texto más controvertido del libro, estos
últimos versículos del capítulo son seguramente entre los menos populares.
Porque habla del juicio, y termina con el lago de fuego.
Recordemos que, como en
gran parte del libro, vemos las palabras “Y vi …” dos veces. No dice “Y será…” sino “Y vi…”. Juan está describiendo la visión que vio, y
luego nos queda interpretarla a la luz del resto de las Escrituras.
¿Qué es lo que Juan
vio? Dos cosas:
1. El gran trono blanco y al que estaba sentado en él
2. Los muertos, grandes y pequeños de pie ante Dios.
Se trata aquí del juicio.
Hay varios libros, y un libro especial, que es el libro de la vida. El juicio está basado en lo que está escrito
en los libros, pero los condenados son aquellos que no se hallan
inscritos el el libro. Juzgados
según sus obras, condenados eternamente según su inscripción o no en el libro.
También vemos que no hay
excepción al juicio. Que sean personas ahogadas en el mar, o enterrados en el
cementerio, no hace ninguna diferencia.
La lección que aprendemos
en este texto es que todos, sin excepción, tendrán que rendir cuentas ante el
trono de Dios.
Cada persona tendrá que
rendir cuentas en el trono de Dios en el sentido en que lo vemos en Apocalipsis
20:11-15
I. Cada uno
rendirá cuentas por sus obras v.12
1.
Creyentes y
no creyentes, las obras de cada uno serán examinados “porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal
de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en
el cuerpo, sea bueno o sea malo.” (1 Corintios 5:10)
2.
Algunos dirán
que este juicio es a un momento distinto, y hasta que haya mil años, o mil
siete años, o mil tres años y medio, entre este y el juicio del gran trono blanco.
Sin embargo, ni el texto de Corintios, ni este texto en Apocalipsis pretende decirnos
ni cuándo ni en qué orden estos juicios suceden (si hay más de un juicio). Por
eso, me parece que no hay que crear diferencias artificiales.
3.
Si no conoce
a Dios, sepa que Dios sabe todo en lo que le concierne a usted. Y él conoce sus
obras. Dice la Palabra de Dios en más de un lugar que rendirá cuentas por sus
obras. Si conoce a Dios, por medio de Cristo, también sus obras serán
examinados.
4.
Este juicio
no es un juicio para condenación eterna. Porque Romanos 5:1 nos afirma: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para
los que están en Cristo Jesús”. Si bien las obras de los creyentes serán
juzgados, eso no significa que el creyente esté en peligro de condenación.
5.
Por otro
lado, sabiendo que nuestras obras, buenas y malas, serán examinados ante el
trono de Jesús al final, ¿no quisiera que estas obras sean las que glorifican a
Cristo? ¡No quisiéramos quedar mal parados en aquel momento!
II. Cada uno
rendirá cuentas por haber recibido a Cristo o no
1.
Esto es un
juicio infinitamente más serio. Nadie será eternamente condenado por una obra
que cometió, sino por el hecho de haber rechazado a Cristo.
2.
Son los cuyos
nombres no están escritos en el libro de vida que serán echados al lao de fuego.
3.
¿Quiénes son
los que están escritos allí? Aquellos que siguen a Jesús. “Mas
no os regocijéis en esto de que los espíritus se os sujetan; antes regocijaos
de que vuestros nombres están escritos en el cielo.” (Lucas 10:20)
4.
En Apocalipsis 17:8
menciona que hay nombres “escritos desde
la fundación del mundo en el libro de la vida” ‘ el resto son los
seguidores de “la bestia”, que le admiran.
5.
Sólo hay una elección
básica que el hombre de hoy puede hacer: poner su fe en Cristo, o rechazarlo.
No hay medio término. El día vendrá en que haya que rendir cuentas de esa
decisión, y no habrá oportunidad para cambiar la decisión.
III. La consecuencia de haber
rechazado a Cristo es el ser echado en el lago de fuego.
1.
¿Qué es ese lago de
fuego? ¿Es algo literal?
2.
Recordemos que esto es
una visión. Si queremos algo literal, tendremos que mirar en otras partes de la
Biblia, por ejemplo en las mismas palabras de Jesús.
3.
En Mateo 5, y en Mateo
10:28, como en varios otros textos, Jesús hace mención de Gehena, como siendo el destino de los condenados. La Gehena era el lugar donde se quemaba la
basura cerca de Jerusalén. En algunos de
sus parábolas, Jesús habla de las tinieblas de fuera, donde habrá “llanto y crujir de dientes” según Lucas
13:28. Esta última expresión parece ser
definitivamente en un contexto literal. Lo que es muy claro por el Nuevo
Testamento es que aquellos que insisten durante todas sus vidas a rechazar a
Jesús, pues ellos serán definitivamente rechazados al final. Y lo lamentarán
amargamente.
La cuestión que nos
queda por hacer, pues, no es: “¿Es justo ese juicio?” ya que es Dios de
justicia que lo hace. Tampoco es: “¿Cómo evitar la condenación?” ya que el
Nuevo Testamento nos pone la solución de manera muy clara. La cuestión ahora es,
¿Qué le pasará a usted? ¿Acabará lamentándose por haber rechazado al único
Salvador o Señor, Jesucristo? No ponga esta decisión para más tarde. El hecho
de no decidirse es decidir en contra. Y entonces la decisión será en su contra
también.