Tuesday, May 19, 2015

1 SAMUEL 2:12-36 UN PRIVILEGIO PERDIDO; UN HONOR DESHONRADO

1 SAMUEL 2:12-36
UN PRIVILEGIO PERDIDO; 
UN HONOR DESHONRADO

Aquí vemos una historia de familia.  Una historia bastante triste.  Se trata de un hombre que es aparentemente piadoso, que ama al Señor; un sumo sacerdote fiel.  Pero Dios le culpa por lo que hacen sus hijos.  O por lo que deja a hacer a sus hijos.  Y Dios condena a este hombre en términos muy fuertes.  ¿Es acaso el padre responsable por todos los pecados de sus hijos?  Si miramos más cerca al pasaje, veremos el por qué de la condenación por parte de Dios.  También veremos algunos paralelos entre Elías y el creyente de hoy.

I.          El privilegio del sacerdocio v.27-28
1.         Poder estar en comunión con Dios
2.         No todos pueden ganar su vida haciendo lo que les gusta
3.         El privilegio de servir al pueblo de Dios
4.         El privilegio de conocer a Dios

II.        El abuso del sacerdocio  v.15-17
1.         En vez de tomar lo legitimo de lo que se ofrecía en el sacrifico (v.3-14), se tomaba la parte intencionada para Dios
2.         Querer aprovechar las bendiciones de la vida cristiana sin obedecer a Dios
3.         Querer vivir cómodo sin sufrir
4.         Querer tomarse algunas bendiciones no intencionadas para nosotros
5.         Los "predicadores de televisión" que aprovecharon las ofrendas de muchos creyentes ingenuos

III.       La responsabilidad de la autoridad v.29-30
1.         como sumo sacerdote
a.         debería haber impedido que esos dos hombres ejercieran el sacerdocio
2.         como padre de familia
a.         debería haber exigido la obediencia y el respeto de las ofrendas a sus hijos
b.         Hizo de sus hijos su Ídolo cuando toleró aquello: para Él era mejor quedar bien con sus hijos que con Dios v.29b “has honrado a tus hijos más que a Mí”

IV.       Hablar no basta v.22-25
1.         Como en los asuntos internacionales
2.         Como en el caso de un predicador: predicar contra el pecado no siempre basta.
3.         Hay veces que hay que tomar medidas.  Hay ciertas rayas de las cuales no se puede dejar pasar.  Hay que actuar.
4.         En el caso de Elías:  echar de la casa; echar del sacerdocio; o exponer al pueblo para juicio.
5.         En el caso de un padre de familia:  castigar severamente cuando son pequeños; cortar relaciones cuando son mayores.
6.         En el caso de una iglesia: después de amonestar en privado, hacerlo públicamente.  Después de ello, cortar la relación de la iglesia con el miembro.


No es siempre agradable actuar.  Aun para Dios el actuar en juicio le es extraño según Isaías.  Si somos decididos a llegar a aquel punto, normalmente no es necesario llegar hasta allí.  Es cuando esa decisión no es clara que las cosas suelen llegar a puntos extremos.  Y en aquel entonces a veces es Dios que actúa.

Wednesday, May 6, 2015

UNA MADRE DE VERDAD 1 S. 1:1-12; 20-28

UNA MADRE DE VERDAD
1 S. 1:1-12; 20-28


          Esta semana, celebraremos el día de la madre.  ¿Qué es una madre, en verdad?  Se podría encontrar muchas bonitas definiciones y descripciones. La Biblia tiene mucho que decir sobre madres, tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento.  Pensé que sería interesante examinar a una madre en el Antiguo Testamento, en el primer libro de Samuel. Lo que vemos a continuación se aplica igualmente, por supuesto, al padre. Pero en este texto se trata de una madre, y es el día de la madre que celebramos hoy. Por tanto, vamos a hablar de las madres.

I.              Una madre cristiana reconoce que sus hijos vienen del Señor  v.27
1.                 Agradecimiento
2.                 Cuidamos lo que apreciamos
3.                 Nos fueron regalados para que les formemos
4.                 Este niño nació en un trasfondo de fe. ¡Qué mejor regalo les podemos hacer!
II.           Una madre cristiana ofrece a sus hijos al Señor v.11
1.                 Reconociendo a quién pertenecen en verdad: no son nuestros.
2.                 Reconociendo su deber: que hay una meta para sus hijos.
3.                 No les criamos para nosotros: primero para Dios, luego para ellos.
a.                  ¡No les veamos como una seguridad para cuando seamos mayores!
b.                 Si Dios los llama a ir a otro país, ¿estás dispuesto a soltarles?
4.                 Orando para saber la voluntad de Dios para ellos.
5.                 No queremos dar algo viciado o flojo al Señor.
III.        Una madre cristiana entrega a sus hijos al Señor  v.28
1.                 El gesto de ofrecer no sirve si no se siga con la entrega.
2.                 “Dedicar” o “presentar” a los niños es una cosa, pero carece de significado si no les entregamos en realidad al Señor.
3.                 “Entregar” es un gesto activo, y no pasivo.
4.                 Hacerlos llegar a la meta como las flechas en Salmo 127:4-5
a.                  Hay que saber cuál es la meta (donde está la diana a que apuntamos)
b.                 Hay que apuntar a la diana; dirigirles
c.                  Hay que hacer todo lo que hay en su poder para hacerles llegar a la meta.
5.                 Empezar a hablarles del Señor antes de que ellos puedan hablar, y estar orando por ellos.
6.                 Recuerda: esto hace la diferencia entre su perdición eterna o su salvación eterna.
IV.        Una madre cristiana se entrega a sí mismo al Señor  v.28 “Adoró allí al Señor”
1.                 Ha de ser un modelo
2.                 Entregándose a sí mismo puede orar con confianza
3.                 Entregándose a sí mismo puede retarles a hacer lo mismo
4.                 Entregándose a sí mismo les mostrará qué significa la vida cristiana. La enseñanza sin ejemplo vale poco. (¡pero lo mismo en cuanto al ejemplo sin enseñanza!)


Nunca hay que subvalorar la importancia de una madre cristiana. Tienen una vocación importantísima delante del señor. Detrás de Samuel, que fue uno de los líderes más importantes que Israel haya conocido jamás, hubo una madre fiel que le entregó al Señor.  Detrás de la fe de Timoteo, tan elogiado por el apóstol Pablo, estaba la influencia de su abuela Lois, y de su madre Eunice.  Tampoco hay que sorprenderse de que hombres como Nerón y el rey Joram tuvieron madres malas, crueles e intrigantes.