¿UN
CÍRCULO VICIOSO O UN CÍRCULO DE GRACIA?
Jueces
3:7-31
v.7-11
Olvidan
al Señor
La ira
del Señor
Sirven
al rey de Mesopotamia 8 años
Claman
al Señor
Les
libera por la mano de Otoniel
Tienen
paz por 40 años - 40 es
el número de la prueba. ¿Qué harán con
su paz?
Quizá
los israelitas se sintieron tranquilos, porque su opresor que Dios había
utilizado para castigarles ha sido destruido.
Se equivocan: Dios no está
limitado a un solo medio de castigo.
¡Tiene otros!
v.8-30
Vuelven
a hacer lo malo ante los ojos del Señor.
El
Señor fortlece a Eglón rey de Moab.
Eglón
hace una alianza con dos naciones más.
Conquista
"la ciudad de las palmeras".
Seguramente se establecieron donde había sido la ciudad de Jericó, para
poder controlar el Jordán.
Sirven
al rey de Moab 18 años. - Claman al Señor
Liberados
por el Señor por la mano de Eod
Tuvieron
paz durante 80 años.
v. 31
No
sabemos cómo pecó Israel, sólo que volvieron a pecar.
Ni
sabemos por cuánto tiempo el pueblo tuvo que servir a los filisteos.
El pueblo
fue liberado por el Señor por la mano de Shamgar.
No
sabemos cuánto tiempo de paz tuvo el pueblo después.
¿Qué
aprendemos en estos relatos?
Primero,
aprendemos cuán fácil es para el pueblo alejarse de Dios.
En
segundo lugar, aprendemos que las bendiciones de Dios son mucho mayores que sus
castigos: si el pueblo está bajo el yugo por muchos años, está en reposo por
muchos años más. (Véase la diferencia
entre 8 y 40 años; entre 18 y 80 años).
Otra
cosa que aprendemos es que nunca nos hallamos sin esperanza. A veces un creyente que ha sido desobediente
al Señor dice: "Ya está, lo he estropeado todo. Me he puesto en un lío por mi propia culpa, y
ya no hay salida. Da igual ahora que
siga viviendo por el mundo y los deseos de la carne."
Estos
relatos demuestran que Dios siempre tiene su Libertador; Cristo, nuestro
Salvador, siempre está allí ante nosotros.
Podemos tener confianza de que el Señor nos liberará gloriosamente de la
trampa en que nos hemos metido, si nos arrepentimos sinceramente.
Todavía
la trompeta de la victoria suena, para que respondamos a su llamada y vayamos
adelante en la batalla contra el enemigo de nuestras almas.
Es
interesante también que ningún instrumento es demasiado humilde para que Dios
lo utilice. En el v. 31 utiliza a un
hombre con una aguijada de bueyes.
En el
v. 21 utiliza a un hombre con un puñal y un regalo.
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