SER LLENO DEL ESPÍRITU SANTO
Leer Efesios 5:18; Colosenses 2:6;
Romanos 6:1-14
Creo que cuando hablamos de la plenitud del Espíritu Santo, eso es sinónimo con expresiones bíblicas tales como "caminar en la luz", "andar por la fe", "caminar en él", estar "en comunión con Dios", etc.
Cada cristiano debe entrar, por la fe, en la vida llena
del Espíritu Santo, por las razones
siguientes: porque es un mandamiento de Dios;
porque es la única manera de triunfar sobre el pecado en su vida; porque
es la única manera de servir al Señor.
Cada
cristiano tiene interés en entrar, por la fe, en la vida llena del Espíritu para conseguir los resultados
siguientes: para disfrutar plenamente
del gozo del Señor y de la vida abundante; para ser un vencedor; para ver actuar a Dios en su vida y en las
vidas de los demás; para evitar
desastres en su vida.
Pero lo mejor es que cada cristiano puede entrar, por la fe, en la vida llena del Espíritu. Este último es el tema que más nos interesa
en este momento. Por esta razón,
proporciono a continuación los apuntes de un sermón que prediqué sobre este
tema.
Muchos creen que la plenitud del Espíritu Santo es la experiencia
ideal, pero que no la pueden conseguir.
Muchos se conforman con ser vencedores en el cielo, sin serlo ahora en
la tierra. Muchos se conforman con ser
perdonados de sus pecados sin ser liberados de sus pecados.
Y tú, ¿has llegado a la conclusión que para ti,
una vida triunfante es imposible?
Cada
creyente puede entrar, por la fe, en una vida llena del Espíritu, siguiendo los pasos descritos en Romanos
6:
1) SABER
que todo ya está hecho para ti en la crucifixión y la resurrección de Jesucristo.
Romanos 6:6.
2) CONSIDERARLO
como siendo hecho en tu vida: aceptarlo, por decisión personal. Romanos 6:11.
3) PRESENTAR
tu vida en sus varios aspectos a Dios en lo práctico, por la fe. Romanos 6:13; Colosenses 3:5.
El ser lleno del Espíritu es como la salvación. Para ser salvo, hay que saber que
Jesús derramó su sangre por tus pecados.
Luego, hay que considerarlo como tuyo; aceptarlo personalmente.
Por último hay que aplicarlo por fe a los varios aspectos de tu vida,
tus pecados, aprendiendo a decir: "Gracias Señor, ya me has justificado
de esto, y esto, y esto..." Es así
la plenitud del Espíritu.
I.
HAY QUE SABER QUE
TU VIEJO HOMBRE HA SIDO CRUCIFICADO CON ÉL (Romanos 6:6)
1.
No puedes
prescindir de la doctrina y de su conocimiento.
2.
Tú no debes
tratar de morir al pecado. Ya está
hecho. No trates de crucificar a tu
viejo "yo". Rom.6:2,3,6; Col.3:3,9.
3.
El
"yo" es el único obstáculo a la plenitud del Espíritu Santo, y el
"yo" fue crucificado con Cristo hace 2.000 años, a pesar de las
apariencias. Ya no hay impedimento sino
tu propia incredulidad o ignorancia.
4.
No es
cuestión de convencerte mentalmente mediante la concentración o repetición de
ciertos versículos, sino SABERLO, ESTAR ENTERADO, y descansar en este
conocimiento.
5.
El pecado no
tiene ningún poder sobre ti, ni para condenarte, puesto que la sangre de Cristo
se ha aplicado a ti, ni para esclavizarte, puesto que la crucifixión de Cristo
ha sido aplicado a tu vida.
6.
El pecado
actúa mediante tu carne, mediante tu "YO" (Romanos 7:14,18). El
"YO" no puede dominar el pecado, porque el "YO" es el
vehículo del pecado. Pero si el
"YO" ha muerto ya con Cristo, entonces ¡es otra cosa!
7.
La primera
cosa es saber, sin ninguna duda, y contra toda evidencia, que tu carne ya ha
sido crucificado juntamente con Cristo, y que tu has sido liberado de la carne
y del pecado.
8.
¿Estás
dispuesto, ahora, por la fe, a decir: “Yo sé que por la gracia de Dios mi carne
ha sido crucificado juntamente con Cristo" ?
II.
HAY QUE CONSIDERARSE
COMO MUERTE AL PECADO (Romanos
6:11)
1.
Aunque éste
parece similar al punto anterior, hay que notar una diferencia muy importante
entre saber y considerar. Es como la
diferencia entre ver una fiesta y disfrutar de la fiesta.
2.
La palabra
traducida por "considerar" en Romanos 6, es una expresión de
contabilidad. Significa hacer una
entrada en tus libros. No puedes hacer
una entrada en tus libros de contabilidad de algo que no existe; de una venta
o una compra o una adquisición cualquiera que no haya sido hecho.
3.
Por otro
lado, sólo sacas provecho del dinero que tienes cuando cuentas con aquello.
4.
Ya sabes que
tu viejo hombre, esclavo del pecado, ha muerto con Cristo, y que la vida de
Cristo resucitado está en ti con todo su poder. (Romanos 6:4,5,8). Lo sabes por doctrina, por enseñanza. ¿Por qué no aprovecharlo ahora, por la fe,
contando con aquello?
5.
Si quieres
creerlo, puedes decir ahora, por la fe:
"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
Cristo en mí; y lo que vivo ahora en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de
Dios, el cual me amó y se entregó a si mismo por mí." (Gálatas 2:20)
6.
En otras
palabras, se trata de vivir como si estuviera cierto. Porque lo es.
7.
Es una
decisión que tú puedes, y debes, y tienes interés en, tomar en este
momento: la decisión de aceptar por la
fe, lo que ya ha sido dado... y creer que lo tienes en seguida.
III.
HAY QUE ENTREGARSE,
PRESENTARSE CON SUS MIEMBROS A DIOS (Romanos
6:13; Colosenses 3:5)
1.
No puedes
volver a crucificar el "yo". Fue hecho una vez por todos, por
Jesucristo.
2.
Una vez
aceptado esta verdad, hay que aplicarlo por la fe a diversos aspectos de tu
vida.
3.
En la
tentación, dices: "Esto es una atracción para mi carne, para mi
"yo", pero aquello ha sido crucificado ya, y ¡gracias a Dios, Cristo,
que vive en mí, no cae en este pecado, sino lo rechaza!"
4.
Sin embargo,
no puedes presentarte, ni presentar tus miembros a Dios antes de aceptar que
has sido crucificado con Cristo.
5.
Depende
ahora de tu decisión personal. ¿Quieres
vivir según la carne, y tratar de combatir la carne con la carne? ¿o dejarás
más bien que Cristo viva y lucha victoriosamente en ti?
Esta vida es la cosa más emocionante que hay, y es tuyo
ya si la aceptas por la fe. Es la vida
llena del Espíritu de Dios. La puedes
tomar y vivir, a partir de ahora mismo.